El mercedes negro y reluciente de su hermano Alex los recogió por la casa para llevarlos al aeropuerto. Lucas habia intentado buscar todas las formas habidas y por haber para separarse del grupo, para desaparecer: un reciente trabajo, un examen al día siguiente pero aunque no le gustase, era su primo que llegaba a Buenos Aires aquel miércoles a las 8 de la noche. El viaje con el coche no se les hizo tan largo como esperaban, casi 1 hora hasta el aeropuerto de Ezeiza donde el joven desembarcaria.
Manon se habia puesto sus mejores ropas para ir a recogerlo. Le gustaria saber que diria su primito cuando lo viese con aquellas pintas, todo desaliñado. Se quedó pensando durante unos instantes en como se veria, como llevaria el cabello, que estaria haciendo. Seguramente habia cambiado mucho, hacia aproximadamente año y medio que no se veian, algo nuevo se habria hecho seguramente, llegaria oliendo a perfume francés para hombre, y los zapatos relucientes. Como siempre su reloj suizo y una sonrisa mayormente falsa pero como de eso solo los que lo conocian se daban cuentan entonces no importaba.
¿Qué haria cuando lo tuviese enfrente? El no era el mismo, se habia vuelto un tanto huraño y la verdad es que esta vez si era necesario irse a las manos con él, lo haria pero no le permitiria que lo tomase nuevamente y de forma reiterada como juguete para su tiempo libre.
Miró con cierta impaciencia el reloj, dentro en la sala del aeropuerto, la gente se agolpaba en la entrada, ya que a la misma hora llegaban muchisimos vuelos y se dieron cuenta de que como no estuviesen delante de todo les resultaria muy difícil divisar a alguien.
Manon masticaba su chicle con ansiedad, ambos se llevaban muy bien cosa que residía en la la similitud de edad, Giovanni ya habia cumplido los 21, y siempre habia congeniado bien con su hermana, y tenia que admitir que de caracter ambos eran muy parecidos.
Poco sabia Manon, o mejor dicho nada, sobre lo que habia pasado entre los dos, sobre ciertas cosas Lucas simplemente habia mantenido un silencio, en principio por miedo a que no le creyesen y segundo porque era obvio que jamas le creerian.
Habia pasado ya una media hora y Alex se estaba impacientando.
—Espero que no se retrase, mañana tengo una reunión importante en la empresa y todavía tengo que preparar un informe.
—Sabias que iba a venir asi que no te pongas pesado, si tienes prisa tomate un taxi.
Alex se limitó a hacer una mueca de disgusto, era obvio que no le dejaria nunca el coche a su hermana. Lucas seguia pensando en que de los tres el que se identificaba en muchos sentidos como italiano era su hermano mayor ya no solo por las costumbres sino por ciertas actitudes que tenia que a Lucas simplemente le resultaban exageradas.
Alguien agitaba la mano en dirección a ellos, Lucas apenas respondió, Manon salió corriendo a su encuentro para estrechar en sus brazos a un joven menudo al cual sacaba con fácilidad 15 cm, escuchó aquella risa, ¿cómo haberla olvidado? Si tantas veces se habia reido de su inocencia.
Alex fue el segundo en acercarse, para darle la mano y dar un visto positivo a su nuevo look.
Lucas se acercó a lo último simulando una sonrisa, lo abrazó como era normal y lo soltó rapidamente, agarró la maleta y se adelantó. Manon se quedo detras conversando con el joven.
—¿Y qué tal el viaje Giovi?
—¡Muy bien por suerte! Gracias. Igual estoy cansado, siguen siendo demasiadas horas.
—Si es verdad, ¿tienes hambre? He preparado una lasagna, seguro que te encantará.
—Gracias— le guiñó un ojo, era obvio que miraba disimuladamente a Lucas, lo cual no paso desapercibido por Manon. La joven lo miró durante unos instantes, estaba bastante cambiado–—¿qué te has hecho en el pelo?—preguntó mientras le revolvia el cortisimo cabello negro que llevaba casi en punta y levemente teñido de naranja en la superficie.
—Está de moda ahora, es el último grito en Torino, pensé que te gustaria
—Bueno la verdad es que mal no te queda—lo observó de arriba abajo, vestido con elegancia como siempre, tenia la piel de un moreno intenso producto del sol, era un fanático de las playas, las facciones suaves pero varoniles y unos ojos con unas tupidas pestañas negras que enmarcaban unos maravillosos ojos color ambar.
—¡Gato!
—Jajaja ya nadie me llama asi, estoy muy grande para seguir siendo el gato de la familia.
—Para mi seguirás siendo Gato, con esos ojos amarillos imposible que no lo seas.– le guiñó un ojo—y ¿qué tal? ¿Con pareja o todavía soltero?
—No por favor, no comiences tú tambien ahora con eso de los hijos y del matrimonio.
—jaja ¿Por qué tendria que decir algo asi? ¿Acaso legalizaron el matrimonio gay en Italia?— Giovanni la miró evidentemente sorprendido, no tenia ni idea que ella supiese acaso Lucas le habia contado?—No pongas esa cara, estás subestimando mi inteligencia, no soy tonta.
—No es por eso...
—Mira, estas en Buenos Aires, esta ciudad no es la más liberal pero está mejor que Torino, aparte eres un extranjero asi que aprovecha antes de que tengas que volver a tu sociedad.
Manon se adelantó para meterse en el coche. El viaje lo realizaron entra las anecdotas que Giovanni se ocupó de contar mientras admiraba el paisaje de edificios desde la ventanilla del coche.
Al llegar a la casa Alex desapareció disculpandose con el tema del trabajo y Manon se dedicó a meter la lasagna en el horno, no tanto por los chicos sino porque ella misma estaba que se moria de hambre.Se quedó un rato pensativa mirando a través de la ventanilla del horno con el ceño fruncido.
Giovanni se habia acomodado en el cuarto de huespedes, para abrir la maleta que Lucas habia metido momentos antes en aquel lugar. Por suerte el cuarto de huespedes donde dormiria quedaba continuo al de Lucas, lo cual le proporcionaba una inmensa satisfacción. Desapareció en el baño, se quitó la camisa y se pusó una camiseta blanca un tanto ajustada, se mojo un poco el pelo y se dirigió al cuarto de Lucas. Llamó antes de entrar.
—¿Si?—respondió la voz de Lucas desde el interior.
La puerta se abrió y Giovanni entró cerrando la puerta tras de si.
—¿Qué pasa? ¿Necesitas algo?—el tono era seco.
Giovanni se acercó hasta él lentamente.
—No, solo que no hemos hablado en todo el camino— lo miró dulcemente— espero que no sigas enfadado por lo de la última vez. Ya pasó mucho tiempo.
—¿Yo? ¿Por una tonteria asi? ¿Cómo se te ocurre?.—El sarcasmo era evidente.
Giovanni dió un paso más acortando la distancia entre los dos, la diferencia de altura era notable, Giovanni se sorprendió de lo mucho que habia crecido en un año aunque él siempre habia sido el más bajo de la familia.
—Vine solo de visita, dejemos el pasado de lado ¿ok?
—¿Qué te hace pensar que tengo ganas?
—No lo sé, ¿hospitalidad?
—Mi hermana te aceptó en su casa, ella es la encargada de la hospitalidad, ahora por favor vete, que tengo cosas que hacer.
—Ok— Giovanni le sonrió lentamente— pero que sepas que no me doy por vencido nunca.
Lucas se acercó, tomó la barbilla del joven entre sus dedos clavando sus ojos fríos en los de él.
—Giovanni, ya no soy un niño, asi que ve con cuidado, ¿Ok?
Lo soltó y le abrió la puerta invitandolo a salir