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El cuerpo de Lin Juelong se balanceó.
Las venas de su mano que sostenían el retrato se hincharon.
Debido a su ira, el retrato ya se había hecho añicos.
Su ilimitado aura asesina fluía en todas direcciones, y su aura era muy extraña, diferente a la que debería tener un cultivador.
Además, el poder en su cuerpo era extremadamente caótico.
Era como si innumerables fuerzas diferentes se hubieran reunido.
Este era el resultado de los experimentos de la Alianza de Sangre.
Para ser más precisos, Lin Juelong ya no era una persona. Era más como una máquina llena de odio.
Con cada paso que daba, escenas del pasado aparecían en su mente.
Originalmente era una existencia alta y poderosa que podía decidir el destino de otros con un simple gesto de su mano. ¡También era un genio de primer nivel en Huaxia!
¡Sin embargo, nunca esperó que la basura a la que había aplastado en el suelo como un gusano hace cinco años, en realidad regresaría y lo derrotara en la arena de artes marciales!