Al principio, Lou pensaba que su fuego sería suficiente, pero resultó que no era tan fácil destruir el cuerpo de Decrático.
Esta criatura diabólica tenía un cuerpo grueso que estaba lleno de magia negra y era tan duro como la piedra. El fuego de Lou ni siquiera podía quemarlo.
Por lo tanto, se necesitó a los cuatro, los protectores elegidos del Serafín, para deshacerse de él. Usaron su poder divino y aun así, les llevó más de cinco horas purgar realmente su cuerpo.
Mientras los cuatro tenían que concentrarse en la tarea en cuestión, Caña tenía que encontrar los otros dos pilares para detener el miasma venenoso y los monstruos que emergían de las fisuras en el suelo.
Aún no podían descansar.
—Quédate con Iris —dijo Caña a Jace y Ethan, mientras él iba con Zephyro y los guerreros restantes. Como Lu era la única existencia que podía percibir el pilar, Caña tuvo que dejar a Iris al cuidado de los demás.