En el momento en que Lilith se mostró, la expresión de todos cambió. Gabriel entrecerró los ojos, pero incluso antes de que pudiera decir algo, hubo alguien que se adelantó.
—Lucifer, basta de charlas y excusas. —Nikolai tomó aire hondo y dijo ferozmente—, Ahora tienes dos opciones frente a ti. O renuncias a la vida de esa mujer que ni siquiera pertenece a nuestra dimensión, o continuas protegiendo a esta intrusa a costa de la vida de muchos de tus seguidores!
—Entonces no hay necesidad de hablar más. —Lucifer casualmente agitó su mano derecha al decir esto.
Rumble...!
La densidad de mana aumentó repentinamente varias veces, ya que algunos miembros del Ejército Demoníaco se movieron en diferentes direcciones. Unos segundos después, el cielo se cubrió de llamas amarillas y en un instante, tanto el ejército defensor como el ejército atacante se encontraron en un mundo de fuego ardiente a altas temperaturas.