"Un sombrío silencio se instaló en la sala de conferencia del centro de seguridad. Finalmente, Verne fue el primero en romperlo. Enderezándose, miró a Sunny y, con un tono grave, dijo:
—Lo... lo mejor que puedo hacer es pedir voluntarios entre mis Despertados. Para arriesgarse a quedarse dormidos. Algunos de ellos podrían morir, pero algunos deberían regresar con las noticias del Reino del Sueño. Luego podemos discutir la evacuación por tierra.
Sunny lo miró sin decir nada. Su rabia había desaparecido de repente y, en su lugar, todo lo que quedaba era fatiga, arrepentimiento y una vaga sensación de oscuro resentimiento.
«Maldita sea todo...»
Si Verne de hecho enviara voluntarios al Reino del Sueño, aun sabiendo que sería un viaje sin retorno para algunos de ellos... volverían en unas ocho horas. Saber lo que estaba ocurriendo en el norte ayudaría enormemente a Sunny.
Pero ocho horas era demasiado tiempo.