Pronto, la estrecha calle por la que caminaban dio paso a un pequeño lote. Espacios como estos no eran raros en las afueras, ya que realmente a nadie le importaba la planificación urbana aquí. El desorden de calles y callejones crecía caóticamente, con muchos de ellos siendo simplemente el resultado accidental de la construcción de edificios altos, fábricas y enormes colmenas humanas en estrecha proximidad entre sí.
Como resultado, había muchos huecos al azar como este. Sin embargo, lo que hacía especial a este terreno vacío era que de alguna manera se había convertido en un pequeño parque. La vegetación era extremadamente rara en las afueras, lo que hacía que el parque fuera especialmente valioso.