El miedo y la vacilación de Raquel crecieron mientras salía corriendo del hotel. Su visión estaba borrosa mientras las lágrimas caían por sus mejillas.
Sentía que su mundo se desmoronaba a su alrededor y no sabía cómo detenerlo. Su corazón estaba cargado de tristeza y sentía el pánico crecer dentro de ella. Su mente estaba consumida por pensamientos sobre Abigail.
Estaba aterrorizada de que Sebastián se llevara a Abigail y que nunca más volvería a verla. No podía soportar la idea de perder a la niña a la que había criado y amado como suya.
Mientras corría por la calle, los pensamientos de Raquel eran un caos de confusión y miedo. No sabía qué hacer ni adónde ir. Se sentía atrapada en una pesadilla de la que no podía escapar. Sus piernas estaban pesadas y luchaba por respirar mientras seguía corriendo.