Hasta ahora, todo lo que Layla había intentado hacer había sido insuficiente para enfrentarse a su oponente. Estaba desconcertada y ahora, con seis brazos Dalki dirigiéndose hacia ella, la Hannya pensó que así podrían terminar las cosas.
—Si muero aquí ahora... después de haber debilitado a todos, no tendrán ninguna posibilidad de hacerse cargo del lugar... No sólo habría fallado a todos, sino que habría empeorado las cosas para los demás... —
Mirando a Sam y sintiendo las preocupaciones de las personas detrás de ella, Layla buscaba desesperadamente alguna salida de la difícil situación. Por desgracia, no había un aumento repentino de poder ni emociones crecientes que la ayudaran a superar esto.
Sin embargo, la llamada de partida parecía resonar con alguien, o tal vez sería más correcto decir algo.