—Tengo que preguntar. —dijo Eno—. ¿Cómo sabías que estaría aquí?
Con una hoja apuntando a una pulgada del cuello de Eno. Parecía bastante tranquilo y no parecía afectado en absoluto. A juzgar por su aura, Leo también pudo percibir esto.
—¿Esa fue una pregunta? —preguntó Leo—. Pensé que solo respondías preguntas si obtenías algo a cambio. Pareces una persona muy compuesta, pero desafortunadamente para ti, puedo ver más de lo que otros jamás podrían ver con sus ojos. Por un breve momento, tal vez no reaccionaste, pero sí lo hizo tu aura cuando viste el cambio de color del cabello de Erin.
—Es mi deber cuidar a los de la Familia maldita.
—Tienes la actitud adecuada para ser un caballero vampiro. Si fueras un vampiro de verdad, todos lucharían por tenerte como su caballero. —dijo Eno—. Parece que Quinn ha encontrado uno bueno, pero mi pregunta no iba dirigida hacia ti.