—¿Y qué hay de nosotras? —preguntó Quylla—. ¿Realmente estás dispuesto a abandonarnos para siempre?
Por un lado, Orion quería detener a Jirni tanto como sus hijas. Por otro lado, no podía perdonarse a sí mismo por no haber pensado en convertirse en un Demonio primero.
—Ella se perdonaría a sí misma y yo no las abandonaría. —Jirni negó con la cabeza—. Sólo me convertiría en alguien como Trion y podríamos seguir viéndonos y hablando entre nosotros.
—No es tan simple. —A Trion le hubiera gustado mantenerse al margen, pero Jirni lo mencionó y él no quería ver sufrir a otra familia—. Estarías vinculada a Lith en Lutia. No experimentarías el sabor, los sonidos e incluso la luz como lo haces ahora.
—Tu piel se volvería fría, y nunca te cansarías ni tendrías hambre. Pasarías la mayor parte del tiempo en un Sigilo del Vacío, lamentando todos los errores que has cometido y extrañando las cosas que amas.