—Por cierto, todavía tengo una cosa que necesito preguntarte realmente. —Dijo Lith mientras Kamila todavía se reía de la broma.
—¿Qué es?
—¿Cuál es tu opinión sobre los niños? —Esas palabras la hicieron enrojecer y su somnolencia desapareció.
—Pensé que estabas decidido a no tener ninguno. —Lo miró directamente a los ojos para asegurarse de que no fuera otra broma.
—Lo estaba y sigo estando, pero no me he olvidado de cuántas veces lo mencionaste en el pasado. Esta ya no es solo mi decisión, es nuestra decisión. —Dijo él, acelerando el corazón de Kamila. —Además, yo soy un Despertado, mientras que tú tienes veintiocho años y eres humana...
—¿Desde cuándo te preocupa la diferencia de edad? —Preguntó ella.
—No lo hace. Solo quiero decir que el tiempo fluye de manera diferente para nosotros. —Recordarle la mortalidad a Kamila aplacó su entusiasmo, pero no mucho.