El hechizo de Vinculación produjo varios hilos azules hechos de mana puro que pasaban a través de los cristales y la armadura una y otra vez.
Con cada paso, los cristales se acercaban a la armadura hasta que tocaban su superficie. El metal parecía volverse líquido, sin ofrecer resistencia a las gemas que se hundían hasta que solo su parte superior permanecía visible.
La Vinculación era uno de los muchos hechizos de Forjamagia creados por falsos magos que empleaban lo siguiente mejor a la Magia Espiritual. Cada hebra azul funcionaba como una línea de mana que permitía que la energía del cristal se filtrara en el metal, evitando su rechazo, y como puntos de sutura, manteniendo ambas partes juntas hasta el final del proceso.
Lith daba por sentados tales efectos, mientras que Nalrond había centrado sus estudios en dichas ramas de la Forjamagia con la esperanza de desbloquear la Magia Espiritual.