—Te acostumbrarás, querida. —Jirni dijo, tratando de tranquilizar a su hija después de ver cuán pálida se había vuelto Phloria—. Tengo el mismo problema con Kamila. La pobre mujer vomita y llora mucho cuando nos encontramos con ciertos tipos de crímenes, pero se está volviendo más fuerte por ello.
—Te diré lo mismo que le dije a ella. No reprimas tus sentimientos, de lo contrario un día vas a estallar. Encuentra a alguien en quien confíes y comparte tu carga con ellos, como yo lo hago con tu padre.
—Podrías hablar con Quylla…
—De ninguna manera. Ella ya tiene suficiente en su plato. No creo que pueda manejar la presión de saber cuán en conflicto estoy acerca de esta misión. Ella necesita creer que pase lo que pase, estaré allí para protegerla. —Dijo Phloria.
—Entonces podrías hablar con Lith. —Jirni 'casualmente' sugirió, como si no hubiera sido su objetivo desde el principio—.