—¡Wendy! —Michael y Zen gritaron al mismo tiempo.
—¡Suéltala! —Michael levantó el arma en su mano y la apuntó hacia la cabeza de Christian.
Christian soltó una risa y presionó el cuchillo más profundamente en el cuello de Wendy. El cuello de Wendy comenzó a tener rayas de sangre bajando por su piel clara. El dolor del corte hizo que Wendy gimiera. Su llanto hizo que Michael se sintiera ansioso y devastado.
—¿Quieres ponerlo a prueba, para ver si tu arma es más rápida que mi cuchillo? —Christian dijo con desprecio—. Oh, cierto, hay otro ser en el vientre de Wendy. Si realmente quieres probarme, el precio será alto.
Michael no se atrevió a correr el riesgo. No podía soportar ver a Wendy lastimada de ninguna manera.
—Christian, suelta a Wendy. Si necesitas un rehén, que sea yo en su lugar —Zen soportó el dolor y dijo—. Me ofrezco a cambiar de lugar con ella.
Si no fuera para salvar a Zen, Wendy no habría acudido en su ayuda y no será retenida por Christian.