—¿Cómo puede ser? Estoy en tu puerta. —Winnie se paró frente a la puerta cerrada y dijo:
— Pero no te veo abriendo la puerta tampoco.
—Mmm. —Wendy estaba confundida—. ¿Estaba Winnie tramando algo de nuevo?
Un pensamiento vino a la mente de Winnie y preguntó:
— ¿Dónde estás otra vez?
—Estoy en casa.
—No, no, quiero decir, ¿en qué zona te estás quedando ahora?
—Mi casa está en la Calle Fernvale. —Wendy tuvo un mal presentimiento acerca de esta pregunta de alguna manera.
—¿Calle Fernvale? —Cuando Winnie oyó el nombre de la calle, hizo una pausa y luego comenzó a reírse entre dientes.
—Sra. Lucas, ¿de qué te ríes? —Wendy preguntó con un atisbo de vacilación.
No es de extrañar que nadie abriera la puerta para Winnie. Wendy ya no vivía en el antiguo vecindario en el que solía estar.
El vecindario en el que Wendy solía estar era un vecindario común y corriente.