Después de la salida de Anthony, Christian se limpió la sangre de las comisuras de sus labios. Tomó la mano de Wendy y también salió de la oficina, pasando junto a Michael en el proceso.
Cuando pasaron junto a Michael, Wendy inclinó la cabeza para mirarle la cara. Tal como esperaba, el rostro de Michael estaba ensombrecido y su mirada estaba llena de odio.
Wendy solía encontrarse con este lado de Michael. En el pasado, él la miraba con la misma expresión cada vez que llegaba a casa borracho. Al cruzarse sus miradas, Wendy bajó instintivamente la cabeza. Se sentía como alguien que había hecho algo mal y tenía miedo de hacer contacto visual con Michael.
Una vez que salieron de la oficina, Wendy soltó la mano de Christian.
Christian, sorprendentemente, no continuó forzándola a seguir con la farsa. Después de que las puertas del ascensor se abrieron, le permitió entrar primero.