—¿Estás aquí para ver a mi hermano, verdad? ¿Quieres que te lo traiga? —preguntó Christian con una sonrisa afable. Su expresión parecía muy suave. La sonrisa en su rostro hizo que la recepcionista dudara de sus propios ojos.
Todos en la empresa sabían que Michael tenía una novia, pero Christian seguía soltero. Todas las mujeres solteras que trabajaban allí tenían sus ojos puestos en Christian.
Wendy quería ignorarlo. Sus instintos y su racionalidad le decían que cuanto más lejos se mantuviera de Christian, mejor sería para ella. Pero el Sr. York no contestaba su llamada.
Después de dudar, Wendy dijo: —Supongo que aceptaré esa oferta.
—Wendy, por favor, no seas tan cortés. Después de todo, somos una familia —dijo Christian.