Chloe despertó sintiéndose congestionada a la mañana siguiente, como si un oso la hubiese abrazado toda la noche.
—Umh… —Chloe sintió cosquillas en su nuca porque alguien soplaba aire tibio desde su nariz, así que miró por encima de su hombro y vio a Vernon durmiendo cómodamente. Mascullaba algo y la abrazaba más fuerte, sin soltarla aunque Chloe intentara zafarse de su abrazo de oso.
Vernon frunció el ceño cuando Chloe se movió demasiado. Refunfuñó y luego entrecerró los ojos. Vio que Chloe se había movido tanto dentro de su abrazo que ahora estaban cara a cara en lugar de en la posición de cucharita en la que Vernon se acostó con ella.
Vernon sonrió y le dio un beso en la cabeza a Chloe, —Buenos días, cariño.
Chloe miró a Vernon durante mucho tiempo. No sabía si algo había sucedido después de la noche anterior cuando salió enfurecido del ático. Pero parecía estar mucho más tranquilo y de mejor humor.
—Vernon, lo siento —dijo Chloe en voz baja.