—¿Qué haces aquí?
Mackie vio a un hombre sentado en la mesa del comedor, sus ojos eran como los de un halcón, y su mirada sombría solo la asustaba aún más.
Se parecía a su papá, pero sin el rastro de bondad que tenía su papá. ¡Además, era más grande y aterrador que su papá!
Mackie retrocedió de inmediato. Siempre tenía miedo de los desconocidos peligrosos y le temía a los adultos al azar y de aspecto aterrador.
—¿Q-Quién eres? —Mackie preguntó en voz alta, casi gritando por lo alerta que estaba.
Vernon se burló, —Esa debería ser mi pregunta. Esta es mi casa, ¿no lo sabes? No está bien entrar sin permiso.
—P-Pero… —Mackie no entendía por qué su mamá visitaría y trabajar con este tío aterrador que se parecía a su papá.
—¿D-Dónde está mi mamá?
—Tu mamá está en el cuarto de lavado —señaló Vernon con su barbilla antes de volver a su desayuno de panqueques. Mackie vio los cinco panqueques esponjosos apilados con jarabe de arce y bayas secas, y señaló a Vernon;