Pink volvió a la realidad mientras lentamente se limpiaba la lágrima debajo de su ojo derecho con el lado de su dedo índice.
Los recuerdos de ese hombre eran una de las cosas que ella no quería hablar nunca.
Pink contuvo sus lágrimas mientras observaba la ciudad nocturna. Las palabras de Jacy se repetían en su mente una y otra vez.
—¿Cómo crees que se sentiría mi hija después de que le cuente la verdad? —preguntó.
—No estoy seguro tampoco —dijo Yellow sacudiendo la cabeza y dando palmaditas en el hombro de Pink—. Pero tienes que decírselo —concluyó.
Pink cerró los ojos. ¿Decírselo a Jeslyn? Sí, lo haría, pero tenía miedo de lo que Jeslyn haría.
...
Habían pasado unas semanas y todo parecía estar bien. Pink todavía no podía reunir el coraje para hablar con Jeslyn, aunque ya la había visto varias veces.