—¿Qué está pasando aquí? —Rex despertó de su estado aturdido y empujó apresuradamente a Jeslyn.
Jeslyn estaba confundida. En hermosos sueños como este, estas cosas no suceden. Espera, esa voz...
Jeslyn y Rex se volvieron simultáneamente para mirar en dirección de la voz.
Sus ojos se abrieron como platos. ¿Él también está aquí? ¿Por qué?
—H-hermano, ¿q-quién es... q-qué está haciendo aquí? —tartamudeó Jeslyn.
—¿Eh? —Jeslyn miró a Rex, quien tenía el dedo señalándola mientras sus grandes ojos estaban fijos en el hombre parado junto a la puerta.
El hombre no tenía expresión en su frío rostro mientras la miraba. Sí, sus ojos sin emociones estuvieron en ella por mucho tiempo antes de cambiar su mirada y posarla en el joven de cabello azul que aún tenía su dedo señalándola.
—Ella es mi esposa —dijo antes de dirigirse hacia Jeslyn.
Rex sintió diferentes emociones correr hacia él de una vez. Una era incredulidad, otra era incredulidad, y la tercera era... ¡incredulidad masiva!