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68.18% LUNA LLENA (GAY) / Chapter 15: El plan; dejó de ser un secreto.

บท 15: El plan; dejó de ser un secreto.

Narra Joe

Con mucho esfuerzo y dolor en mi cuerpo, abrí mis ojos lentamente para que poco a poco se fueran acostumbrando a la luz del sol y no cegarme en el intento de abrirlos de golpe; parecía que llevaba una eternidad durmiendo.

—¿Dónde... estoy? —giré mi cabeza hacia los lados con lentitud.

—Por fin despertaste —escuché una voz en la misma habitación de donde estaba.

—¿Alex…? ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Qué hago... en casa de Nathaniel? —reconocí esta habitación a la perfección, en el pasado ya había estado aquí.

—Fuiste envenenado con acónito —respondió sin girarse—, por poco y no la libras, tuviste la suerte de que te encontráramos antes de que fuese demasiado tarde —tomó una jeringa y le colocó tres gotas a un tarro.

—No recuerdo nada —mi memoria no me ayudaba mucho en estos momentos.

—Probablemente lo recuerdes más tarde, estuviste alrededor de tres días inconsciente.

Pude percibir el aroma de Nathaniel y de otras personas en la habitación, pero me representaba dificultad poder identificar todos.

—¿Quién estuvo aquí? —me senté para recargar mi espalda en el respaldo de la cama—. Percibo varios aromas, pero no los puedo identificar muy bien.

—Solo nosotros. Douglas, Ringo, Natalia, Sarah, Nathaniel y creo que ese chico también, ¿cómo se llama? Ah, sí, Liam —Alex me extendió un tarro con líquido en su interior

—¿Qué es esto? —miré el interior.

—Bébelo, te ayudará a recuperar fuerzas —tomé un sorbo, su sabor era horrible—. Necesitas beberlo todo —di un suspiro y bebí todo el líquido, al final hice una mueca de disgusto y le entregué el recipiente ya vacío.

—Hemos llegado —se escuchó del otro lado de la puerta entreabierta, a lo que Alex tuvo que cerrarla.

—¿Qué hace Liam aquí? —le pregunté a Alex en un susurro.

—Nathaniel lo llamó —comenzó a hacer ruido con las vasijas—, quería comentarle algo...

—La manada de James no se detendrá y luchará por obtener lo que quiere —se escuchó débilmente del otro lado de la pared.

Era difícil escuchar del otro lado de las paredes, estas eran muy especiales. Lo digo en ese sentido porque a pesar de ser Hombres Lobo y tener desarrollados nuestros cinco sentidos, se nos hacía un poco difícil escuchar voces del otro lado de los muros.

—¿A qué se refiere? —le pregunté una vez más a Alex.

—La noche anterior, un Beta de la manada de James trató de llevarse a Matthew mientras dormía —con esto puedo confirmar que quieren convertirlo en un Hombre Lobo para liberar un don oculto que posee.

—No lo permitiré —dijo Liam—. Sobre mi cadáver.

—Debemos pelear —dijo alguien más.

—Si —dijeron la gran mayoría.

—Yo igual pelearé.

Me levanté de la cama.

—¿Qué haces? —dijo Alex, antes de abrir la puerta de la habitación y salir por esta.

—Y yo —dije por último.

Todos me observaron de pies a cabeza, quizás porque me miraba muy débil en estos momentos, pero conforme los minutos pasen podré recuperar mi fuerza por completo.

—Joe... Que gusto que ya estés bien —respondió Liam.

—Es un alivio que te encuentres mejor, Joe... Pero no creo que...

—Lo haré si estás o no de acuerdo, Nathaniel.

—Joe…

—Tenemos a Allen... Podrá inmovilizarlos para que nosotros podamos atacar.

—No podré hacerlo a una larga distancia —respondió.

¿Qué? ¿Allen se encontraba aquí junto a los demás? ¿Por qué no pude percibir su aroma antes?

Guardé la calma y traté de no buscarlo con mi mirada; simplemente actuaré como si no me importara su presencia.

—Nathaniel... ¿Qué haremos? — guardó silencio, mismo que rompió segundos después.

—Primero idearemos un plan, tenemos tiempo pero no el suficiente —comenzó a vernos de reojo—. Debemos ser más listos que ellos y atacar a quienes serían un mayor problema para todos en caso de que haya una batalla. Allen —miró a mi ex pareja, a lo que todos pusieron su mirada en él a excepción mía—, tú conoces mejor que nosotros a tu antigua manada, ¿qué sabes de ellos?

—A pesar de que la mayoría posee un don no son tan fuertes y peligrosos como aparentan, se necesitan el uno del otro para poder combatir y utilizar su poder. No es por ser jactancioso pero sin mi, ellos no tendrán posibilidades de ganar —pude sentir su mirada sobre mí, a pesar de que evité contacto visual con él en todo momento—, sin embargo quién podría ser un gran problema para nosotros podría ser Violett pues de sus garras puede emerger acónito líquido.

Narra Liam

Aquí estoy nuevamente tocando su puerta un día entre semana para recibir como respuesta un profundo e inhóspito silencio. Él estaba del otro lado, escuchaba su respiración y el latido de su corazón, sin embargo nunca accedió a abrirme la puerta, quería hacerme creer que no se encontraba en casa.

Pero eso no me detenía a pesar de que me lastimaba y quemaba el alma; seguí insistiendo para demostrarle mi interés por él. No sé cómo es que sucedió todo esto, ni siquiera sé qué hice mal para merecerlo.

Los días pasaron en un abrir y cerrar de ojos, pero para mí parecía pasar una eternidad. Todo parecía estar perfectamente bien hasta el día de hoy, Matthew no corría ningún peligro y los miembros más antiguos de la manada de Nathaniel vigilaban su casa día y noche, sin que él notara algo raro; ellos eran los más fuertes de la manada y en algunas ocasiones nosotros también hacíamos guardia, pero especialmente yo.

Por suerte ahora contamos con la ayuda de Dallas y Malia y de Douglas también. Nathaniel los entrenó durante días en el bosque y ahora eran más fuertes y ágiles, incluso nosotros recibimos un entrenamiento en caso de que se iniciara una batalla, dándonos algunos consejos y técnicas para ganar ventaja en el combate.

Por otro lado, también teníamos otro gran y principal problema: los Cazadores. Creímos habernos librado de ellos por un momento, pero aún continuaban buscando a Douglas; creen que la manada de Nathaniel fue quien lo secuestró y como consecuencia reforzaron sus trampas y aumentaron su vigilancia en el bosque.

Nathaniel insistió en que teníamos que hacerles creer de alguna manera u otra que él se encontraba muerto, a pesar de que era un buen plan tendría consecuencias, pues se vengarian.

Básicamente estábamos entre la espada y la pared.

Toc toc...

Toqué su puerta una vez más, pero esta vez ya había perdido la paciencia. Necesitaba alguna respuesta de lo que estaba pasando ahora mismo o perdería el control.

La puerta produjo un crujido; la había forzado para entrar.

—¿Qué demonios estás haciendo? —susurró Allen.

—Lo siento, pero necesito respuestas ahora mismo o enloqueceré —respondí antes de entrar.

—Liam, no lo hagas. Regresa —ignoré sus palabras.

Las luces estaban apagadas y le daba un aspecto tenebroso al lugar. El sol ya estaba por ocultarse y cada segundo que pasaba se volvía más oscuro aquí adentro por la falta de luz.

—¿Matthew...? —escuché como respuesta el ladrido de un perro.

—Firus... No hagas ruido —esa era la voz de Matthew.

Como el sonido provenía del segundo piso, me dirigí hacia allá sin hacer mucho ruido y abrí la puerta de su habitación. La mascota de Matthew comenzó a ladrar cuando me vio entrar por la puerta y dejó de hacerlo después de ver quien era. Por instinto volteé hacia el lado derecho al ver una silueta que se movía y tomaba algo, que no pude distinguir muy bien que era.

—¿Qué haces aquí? —su voz era temblorosa.

—Necesitaba saber cómo estabas y por qué habías faltado a clases todos estos días.

—No es algo que te importe...

—Pero tú me importas —di un paso adelante.

—No te muevas —me amenazó con un cuchillo—. No quiero que te acerques a mí.

—Matthew, guarda la calma —levanté mis manos en señal de paz.

—¡Sé lo que eres! —tragué saliva.

—¿De qué estás hablando? —solté una pequeña risa para ocultar mi nerviosismo.

—Sabes perfectamente bien de lo que estoy hablando. ¿A quién quieres engañar? —mi corazón latía al mil—. Eres un Hombre Lobo, por ello tu calor corporal es extremadamente alto y tienes una súper fuerza y velocidad.

—¿Cómo descubriste eso? —abrí mis ojos como dos grandes platos—. ¿Quién te lo dijo?

—¿Importa?

—Por supuesto que sí, quería decírtelo cuando estuviera listo porque... porque estoy enamorado de ti —finalmente lo dije— y no encontraba una forma de decírtelo por el temor de cómo ibas a reaccionar. No quería que huyeras de mí... En especial que tuvieras miedo... Miedo de mí por ser esto —di pasos hacia adelante.

—¡No te acerques más! —siguió amenazando con el cuchillo—. ¡Aléjate!

—Sé que no quieres herirme.

—Tú no puedes saber lo que yo pienso —su brazo temblaba.

—En estos momentos no, pero lo que sí sé es que estás cegado por el miedo.

—¿Y cómo no tenerlo? En cualquier momento podrías haberme asesinado.

—Nunca te haría daño —moví mi cabeza a los lados—, al contrario… siempre te protegeré de cualquier peligro —di un paso adelante, a lo que él retrocedió uno.

—No te acerques más y vete. No quiero volver a verte nunca más en mi vida —sus ojos se cristalizaron.

—Eso no es realmente lo que deseas —nuevamente caminé un poco hacia él—. Tú me amas. Lo sé —ahora estábamos a metro y medio de distancia.

—No digas tonterías... Nunca me enamoraría de un monstruo como tú —sus palabras me hirieron.

—No soy un monstruo —oculté mi dolor y resistí mi llanto—. Tengo sentimientos y emociones como tú y como todos los demás. Por favor, dame eso y hablemos tranquilamente —extendí mi mano.

—No —movió la cabeza hacia los lados.

—Por favor —me fui acercando poco a poco—. Deja demostrarte que no soy lo que crees que piensas.

—Retrocede —respondió con miedo y nerviosismo—. No quiero hacer algo de lo que pueda arrepentirme después.

—Entonces no lo hagas y suelta eso.

—¡ALEJATE!

Por instinto traté de protegerme con mi brazo, pero aun así logró hacerme daño. Hice un gran esfuerzo para soportar el gran dolor que esto me produjo, la herida fue tan profunda que salía tanta sangre de esta y varias gotas cayeron al piso manchandolo por completo.

En el rostro de Matthew se vio reflejado arrepentimiento, pero sé que él no lo quiso hacer porque si, fue simplemente una reacción de su cuerpo; una defensa para protegerse de algo que lo amenazaba.

—Lo siento, yo... De verdad lo siento

—Tranquilo —soltó el cuchillo después de ver mi sangre en este.

Mi herida ardía y para sanar tuve que hacer resplandecer mis ojos para acelerar el procedimiento. Como consecuencia Matthew se asustó más de lo que ya se encontraba y retrocedió hasta caer al piso.

—No me hagas daño —su mascota se acercó a él y Matthew lo abrazó.

—Nunca lo haría —aparté mi mirada—. Si algo te sucede... me sucederá lo mismo a mi también —di la vuelta para que no mirara mis ojos cubiertos de lágrimas—. Perdón por haber forzado la puerta, yo cubriré los gastos de su reparación —salí de su habitación para salir de su casa completamente devastado.

¿Cómo no pude saber esto? Fui un idiota… Un completo idiota y ahora lo perderé para siempre, por ello temía que este día llegara.

—Liam... ¿Estás bien? —sequé mis lágrimas lo más pronto posible.

—Sí, lo estoy —le mentí, pero era obvio que no lo estaba.

—¿Por qué estás sangrando? —miró mi antebrazo.

—No lo creerías si te lo dijera —en verdad seguía en shock, no podía creerlo—. Matthew me atacó con un cuchillo.

—¿Y por qué no has sanado? —busqué su mirada.

—¿A qué te refieres?

—Tu antebrazo... Está sangrando...

Era verdad. La herida no había sanado y mi sangre brotaba de esta sin cesar; fue tan profundo el corte como para que se detuviera, por intuición toqué la herida sin pensar que sería una mala idea, ya que inesperadamente comenzó a doler más.

¿Qué me estaba pasando? —pensé—. ¿Por qué la herida no sana?


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