Aquella mañana fue bendecida con una lluvia lo suficientemente fuerte, como para despertar a Mest por el golpe de las gotas contra el tejado de su casa.
Una vez despierto, miro la hora y se dio cuenta de que aún le faltaban unos minutos para salir, por lo que decidió revisar algunos cursos para olvidar lo que sucedió ayer y su hambre, por lo menos no había parado de beber agua lo cual hacia que aún pudiera moverse.
Los minutos pasarnos rápidamente y Mest bajo más lento de lo habitual acompañado de un paraguas, hacia la salida y por suerte su madre no estaba, después de otros minutos Mest ya estaba a mitad de camino hacia la preparatoria.
Sin embargo en otro lado de la ciudad, las gotas de agua parecían ser una melodía de cuna para Nora, la cual solo despertó después de que su despertador sonará por cuarta vez.
Sobresalto de la cama y salió corriendo de su casa hacia la preparatoria, antes de esconder con maquillaje su morado, después de todo no quería ser otra vez maltratada por alguna falta. Realmente le dio igual mojarse en el camino, al menos había llegado al portón a tiempo en donde se encontró con Mest, al parecer habían llegado de forma sincronizada.
Mest cuando se dio cuenta de la mirada de Nora, la cual deseaba empezar su día molestando lo, se desmayo justo en frente de ella y los demás que habían presentes. Parecía ser que su cuerpo como su mente habían llegado al límite, después de todo parecía que era mucho para un cuerpo tan pequeño.
Nora por su parte al verlo caer, pensó que se burlaria o al menos mostraría una sonrisa, pero no. Al verlo en el piso, un fuerte sentimiento invadió su pecho, sintio como si le estuvieran arrancando los intestinos, por lo cual se abalanzó sobre el para así llevarlo corriendo hacia la enfermería.
Varias horas pasaron y finalmente Mest despertó, miro a su alrededor algo confuso por lo que había pasado pero no parecía haber nadie, eso pensó hasta que escucho la voz de una mujer.
"Tienes serias heridas en la espalda, désinfecte algunas y otras les puse pomada. Deberías comer y descansar un poco más, por suerte te acabas de despertar para la hora del almuerzo, ahora vete de mi enfermería"
Al parecer dicha mujer era la enfermera de la preparatoria, y también parecía no querer meterse en los problemas de Mest o de cualquier otra persona.
Mest solo asintió con la cabeza junto a una leve sonrisa y salió del lugar.
"Aunque me digas eso, no tengo dinero o comida"
Dijo para si mismo ya que pensaba que nadie lo escuchaba, pero para su mala suerte delante de él había una chica de su misma edad y talla, la cual no dudo en dirigirle la palabra.
"Si quieres puedo darte este emparedado, se lo iba a dar a un amigo pero te lo puedes quedar"
Extendió aquel sándwich de atún y Mest por la confusión del momento solo balbuceo algunas palabras de agradecimiento para luego tomar el alimento con amabas manos. La fémina que estaba delante de él sonrió y se fue.
Mest quien aún no creía lo que había pasado, se sintio feliz y empezó a comer con ánimos, mientras iba hacia un árbol y asi sentarse bajo este. Al parecer el hecho de no haber comido por un tiempo había reducido su apetito, ya que sólo ese sándwich lo había llenado.
La felicidad nunca duraba mucho tiempo en la vida de Mest, ya que empezó a sentir la mirada de Nora sobre el, y en efecto al mirar alrededor se encontró con Nora, quien lo desfiguraba con sus ojos.
Nuevamente por los nervios y la presión del momento sonrió, pero esta vez al intentar levantar la mano, un dolor agudo recorrió su espina dorsal haciendo que hiciera una mueca de dolor y quedará algo paralizado.
"Si ella me pega de nuevo.."
Nuevamente hablaba solo, y más balbuceaba cuando vio que Nora se acercaba poco a poco. Una vez delante de él, cerró los ojos con fuerza esperando su castigo diario.
Pero por alguna razón no pasaba nada y hubo silencio hasta que Nora hablo.
"Que débil eres por haberte desmayado esta mañana ¿Que estás haciendo aquí? ¿No deberías estar comiendo algo y descansando?"
Mest se había esperado a todo menos que ella estableciera algo parecido a una conversación con el, obviamente se quedó en blanco, pero al ver que molestaba a Nora empezó a hablar aunque tartamudeaba algunas palabras.
"S-si, eso estoy haciendo."
Era la primera vez que Nora escuchaba la voz de Mest diciendo algunas palabras, lo cual le sorprendió un poco, ya que hasta su voz era algo suave.
Mest quien aún se sentía nervioso por la mirada de Nora, pudo relajarse un poco y aprovecho para mirar el rostro de su abusadora, pensando que así podría dibujarla mejor, pero obviamente se dio cuenta del morado aunque estuviera bien escondido con todo ese maquillaje.
"¿Que? ¿Que te paso?"
Parecía idiota preguntándole eso a la persona quien lo golpeaba, pero no fue lo único que hizo, se puso de pie aunque sentía ese dolor en la espalda y llevo su mano a la cara de Nora.
Ella durante ese lapso de tiempo quedo paralizada, sintio terror por ser golpeada por un hombre de nuevo, pero en el momento en que Mest la toco, sin embargo el solo acarició el morado con el índice.
En ese momento ambos se miraron a los ojos y tuvieron pensamientos diferentes.
-El nunca me a devuelto los golpes y aunque tiene la oportunidad, no lo hace. Sus ojos parecen estar llenos de preocupación ¿Por que?-
Pensaba Nora mientras buscaba la respuesta en la pupila de Mest.
-Nunca pensé que ella pudiera tener una mirada tan suave y un aroma tan dulce..-
Pensó Mest al estar tan cerca de Nora sin ser golpeado.
Aquel momento que ambos compartieron y que jurarian tomó varios minutos, en verdad solo duro unos segundos y al acabarse ese tiempo, Nora quito la mano de Mest con un golpe violento, para luego por primera vez hablarle sin insultarle ni gritarle.
"No"
"No me vuelvas a tocar sin mi permiso o lo lamentaras.."
Nora sintio como toda la sangre de su cuerpo se reunió en sus mejillas, para luego darle la espalda a Mest e irse caminando poco a poco.
Aunque no fue la única quien sintio eso, en el caso de Mest toda su sangre se reunió en su rostro, para luego caer sentado contra el árbol.
— ตอนใหม่กำลังมาในเร็วๆ นี้ — เขียนรีวิว
ความคิดเห็นย่อย
คุณลักษณะความคิดเห็นย่อหน้าอยู่ในขณะนี้บนเว็บ! เลื่อนเมาส์ไปที่ย่อหน้าใดก็ได้แล้วคลิกไอคอนเพื่อเพิ่มความคิดเห็นของคุณ
นอกจากนี้คุณสามารถปิด / เปิดได้ตลอดเวลาในการตั้งค่า
เข้าใจแล้ว
บท 2: Capítulo 1- Parte 2 "Todos tienen una vida"
Las nubes blancas cubrían el cielo y Nora parecía perderse en ellas alzando la mirada hacia el firmamento, al salir de la preparatoria despues de haberse aburrido de maltratar a Mest.
Al salir por el porton Jared, su novio, aprovecho para abrazarla por la espalda y besar el blanco cuello de Nora, algo que obviamente ella odiaba provocando que le diera una bofetada al girarse hacia.
"¡Sabes que odio que me toquen sin permiso!"
Aunque no estaba mal recordarle aquello, quizás no debió gritarle y pegarle. Ya que este muchacho de diecinueve años que media un metro ochenta centímetros, era conocido por sus ataques de ira. Por lo cual Nora recibió una bofetada de Jared delante de algunas personas que pasaban por ahí, por suerte para la reputación de Nora no había nadie de la preparatoria presente, ya que había decidido irse antes.
Esta vez fue Jared quien le recordó algo asqueroso susurrando le al oído con una voz igual de asquerosa.
"Recuerda que tu me perteneces y ese cuerpo también o ¿Quizás quieres que te lo haga en un callejón cerca de aquí?"
Nora era la víctima de Jared, el cual solo la protegía de los demás por su sentimiento de posesión hacia ella ya que para el, Nora era un trofeo, después de todo ella era conocida como la indomable y rebelde.
¿Como dicha fémina indomable le había pasado eso? Ni ella misma quería recordar como había sucedido aquello.
Nora solo pudo negar con la cabeza y pronunciar algunas palabras.
"Perdón"
"¿Que haces aquí? No te había dicho que saldría más temprano"
Jared acerco sus labios a la boca de Nora, la cual solo cerró los ojos y no por romanticismo, pero por miedo. En tiempos pasados ella nunca había imaginado que un beso podía ser tan desagradable, así que al sentir que se separaba volvió a abrir los ojos algo más aliviada.
Jared respondió, pero con el mismo tono de voz que hacían temblar de miedo las piernas de Nora, mientras pasaba su mano por el largo pelo de ella.
"Quería ver a mi hermosa novia o al menos eso quisiera decir, pero estoy aquí por algo más interesante que tu"
En ese momento, algunas personas que parecían ser los amigos de Jared lo llamaron desde la otra parte de la carretera. Este tan sólo se despidió dándole una palmada sobre el trasero de Nora, ella tan sólo se quedó en silencio y fue hacia su casa, claramente no tenía energías como para vagar por las calles, solo quería llegar a ducharse y dormir hasta mañana. Aún así, la vida no es tan amable como para darle un descanso ya que al llegar a casa debía lidiar con otro hombre asqueroso y aunque este era gordo y más bajo que ella, era su padre y quien la mantenía.
Dicho padre al escucharla llegar tan sólo se puso de pie y fue hacia ella, para cuestionarle a gritos.
"¿¡Que haces tan temprano aqui!? ¡Sabes que el otro día me llamaron para darme quejas por tus ausencias!"
Nora no tenía ya nada que decir, se sentía tan enojada pero a la vez tan débil que sólo desvío la mirada, pero eso solo provocó una nueva bofetada por un diferente hombre pero con más fuerza, lo suficiente como para hacerla caer contra el suelo.
En ese momento su padre ya había perdido el interés y solo la dejo ahí para luego salir de casa. Nora quien aún se encontraba en el suelo, dio un leve golpe contra el piso mientras susurraba.
"¿Por que todos los hombres son así? No creo haberme merecido esto ¿Entonces porque estoy rodeada de estas bestias llamadas hombres? ¿¡Por que todos son asi!?"
Finalmente se puso de pie y en un arranque de ira fue hacia la cocina en búsqueda de un cuchillo el cual llevo a su abdomen, cerró los ojos con fuerza y después de unos segundos suspiro.
"Hacer esto no tiene ningún sentido, no soy lo suficientemente valiente"
Dejo el cuchillo donde lo encontró, subió a darse una ducha tibia. Al salir de la ducha y vestirse con ropa casual se dio cuenta al verse al espejo que tenía un morado en la mejilla y entre risas pensó que era normal después de esos dos golpes, al final solo acabo con un suspiro y fue a acostarse.
Lo que ella nunca imagino es que en otro lado de la ciudad, Mest pasaba por algo similar. Al llegar a la puerta de su casa después de haber asistido a todas las clases y haber recibido sus notas de anteriores exámenes, su madre lo esperaba en la entrada y al verlo llegar, le indico que estaba en retraso de algunos minutos, lo cual era normal para la poca energía mental y física que tenía Mest.
Al entrar, le dio sus exámenes y el rostro de decepción de la madre se hizo visible.
"¿Diecisiete sobre veinte? Deberías ser mejor que esto ¿Estas rebelan dote? Maldito malagradecido ¿Sabes cuanto me cuesta mantenerte sola? Lo único que debes hacer es darme resultado y no puedes, vaya pedazo de inútil eres."
Mest solo agachó la cabeza esperando que no pasará nada más que palabras, pero su deseo no fue cumplido, ya que su madre saco un cinturón de cuero que había en el salón para luego volver junto a Mest.
"Da la vuelta y levanta tu camisa"
Mest obedeció.
A cada golpe que recibía se formaba un morado y a veces abría su piel, lo único que podía hacer era quejarse del dolor, dejar caer lágrimas al suelo e intentar no gritar ya que al hacerlo, su madre aumentaba la fuerza del próximo para que se callara.
Luego de una hora, cuando la madre se canso, le ordenó ducharse con agua helada para que los morados no se vieran tanto y también le prohibió la cena.
"Los inútiles, no cenan. Eres igual a tu padre, esperando que lleguen las cosas pero no hacen nada"
Hacia ya algunos meses que Mest ya no veía su padre, aunque tampoco lo echaba de menos. Cuando su madre término de hablar, el joven Mest subió a ducharse como se le había ordenado, se vistió y al llegar a la habitación se sintio feliz por la simple razón de que por alguna manera su madre no se había dado cuenta de la mancha roja sobre su pantalón, si lo hubiera hecho, no sólo lo habría golpeado con un cinturón.
"Supongo que hasta yo tengo suerte algunas veces"
Dijo antes de esconder el pantalón bajo su cama para luego acostarse sobre ella.
Así fue como el día término para Mest y Nora