El tiempo pasó y la temporada cambió; la vida en el palacio retomó su normalidad, enfocándose en entrenar y proteger el valle. Los días transcurrieron y la fama de los Humanos creció, ya que salían junto a las Cinco y Po, dejando de ser considerados seres extraños para convertirse en reconocidos maestros de kung fu del palacio.
Fueron días agradables, a pesar de los problemas ocasionados por malhechores y desastres en la tierra. La relación entre las personas del palacio también experimentó un ligero cambio. Aunque todos eran amigables entre sí, el ambiente solía ser serio y disciplinado. Sin embargo, con la llegada de Po, cuya actitud se alejaba de las normas estrictas de Shifu, el ambiente comenzó a cambiar. Además, los contragolpes de los poderes de Riuz a veces lo hacían actuar de manera menos "normal" de lo habitual.
...
Levantándose por la mañana, salieron de las barracas como de costumbre. Sin embargo, esta mañana era algo diferente, ya que entre todos los presentes fuera de la puerta, Tigresa era la única que no lograba mantener la compostura. A pesar de sus esfuerzos, no pudo evitar estornudar y toser ligeramente, algo que parecía insignificante si solo hubiera sido una vez, pero a lo largo del día se demostraría que no era así.
En el salón de entrenamiento, bajo la dirección de Shifu, comenzaría el entrenamiento. Siguiendo las indicaciones de su maestra, los hermanos, Víbora y Mantis, completaron sus pruebas y ahora era el turno de la panda.
Shifu: PANDA, te toca a ti. Tienes diez segundos para llegar al otro lado sin un rasguño -Ordenó a su alumna pasar entre los guerreros de madera.
Po se lanzó a la acción, confiado y emocionado como siempre, mencionando sus comentarios habituales sobre tener "reflejos felinos", aunque la única felina aqui era Tigresa y no dejaba de toser. Casi logró completar el circuito de entrenamiento, pero fue atacado por Monkey, quien le hizo un sorpresivo y exitoso ataque en su contra.
Observar la destreza de la panda podría resultar interesante, pero aquellos que esperaban a un lado tenían que soportar la tos constante y los estornudos de Tigresa, claramente enferma. Fue un tanto triste cuando, debido a un estornudo, cayó bruscamente entre los guerreros de madera y empujó a Po y Monkey contra la tortuga de jade.
Riuz: Está bien, ya no me quedaré callado... ¿Estás bien? -preguntó estirando el cuello.
Mantis: Finalmente alguien lo dijo.
Tigresa (voz nasal): Estoy bien -respondió con su habitual expresión de enfado mientras se levantaba del suelo.
Moony: Creo que está enferma.
Tigresa (voz nasal): No lo estoy -les miró amenazadoramente.
Aunque todos notaban que no era así, Tigresa seguía negándolo. Dejando eso de lado, Po y Monkey, que habían rodado por el suelo, estaban teniendo su propia discusión.
Po: Po 5, Monkey 4 -contaba los puntos a favor después de haber aplastado a Monkey en el accidente.
Monkey: ¡No puedes... contar eso! -se quejó saliendo de debajo de Po.
Po: Claro que puedo. Shifu, ¿ese fue un punto, verdad? -preguntó a la maestra, que se acercaba a ellos.
Shifu: No me importa tu juego infantil de puntos, Panda -respondió con indiferencia y luego miró a su otra alumna-. Monkey, ese fue un ataque engañoso y encubierto. ¡Buen trabajo! -la felicitó, lo que provocó que Monkey lanzara una mirada de suficiencia a Po. Shifu prosiguió- El objetivo del entrenamiento de ataque furtivo es hacer lo inesperado.
La maestra se volvió hacia Po y hizo una mueca estúpida, y cuando Po quedó desconcertado, ella lo derribó usando su bastón.
Shifu: ¿Ves? Inesperado -le sonrió. Algunos podían darse cuenta de que Shifu disfrutaba desquitándose de esa forma con Po-. Tigress, Crane, ustedes son las siguientes.
Tigress: Aachuu -estornudó fuertemente sobre Crane, pero eso fue solo el comienzo, ya que luego de eso vinieron muchos otros estornudos, dejando a Crane empapado.
Crane: Maestra Shifu, ¿puedo tomar cinco minutos para esterilizar mi pico con brasas ardientes?
Po (falsa voz nasal): Uh-oh, creo que Tigresa me contagió su resfriado... -dijo al tener una idea.
Tigress (voz nasal): Yo *cof cof* no estoy resfriada *cof* -afirmó nuevamente frunciendo el ceño.
Po: ¡AACHOO! -estornudó falsamente, lanzando un nabo al suelo y luego riéndose junto con Monkey por la estúpida broma.
Monkey: ¡Oye, yo también estoy resfriado! -siguió a Po.
Tigress: ¡No estoy resfriada! ¡Achuu!
Monkey también simuló un estornudo, pero en lugar de lanzar algo, Tigresa tuvo que esquivar un shuriken volador. Po y Monkey continuaron riéndose y, para terminar, Po hizo un último truco de estornudo, esta vez haciendo que Mantis cayera al suelo.
Mantis: ¡Eso no está bien, mujer!
Po: jajaja, a todos les encanta el truco del estornudo -continuó riendo junto con Monkey.
Tigress: Ya dije que no estoy... -contiene otro estornudo- ...resfriada.
Shifu: Hmm... puede que tengas razón -dijo después de apoyarse en su bastón para estar más a la altura de Tigresa, luego procedió a hacer una inspección muy intrusiva en los ojos de Riuz, lo cual lo excitó, aunque en ese momento casi todo le excitaba-. Hmm, entiendo, es la fiebre del río -pronunció en tono serio, seguido de un silencio que seria roto por Po.
Po: ¿Cuál es el problema con la fiebre del río? Te da sueño, estornudas un poco. Personalmente, vomité un par de veces, historia real -se agachó para susurrarle a Mantis y Viper antes de enderezarse y continuar-. ¡Entonces todo habrá terminado al día siguiente! Todos lo tuvimos de niños.
Tigress: Yo no.
Crane: Oh, no. La fiebre del río es peligrosa si la tienes de adulto. ¡Puedes terminar así! -explicó mientras sacaba un rollo que tomó de algún lugar en algún momento.
Po: ¡Ahhh! -gritó asustado repentinamente- ¿Eso es un cerdo...?
Al ver la imagen, todos quedaron un poco impresionados, especialmente Riuz, quien se asustó de verdad, pero más por preocupación que por impresión. La imagen no era un cerdo como decía Po, pero parecía tener zonas inflamadas y deformidades que lo hacia confundirlo con uno.
Riuz, al ver la imagen y luego a Tigress, no pudo evitar que su corazón se acelerara. Tener un aspecto así no parecía nada cómodo, y eso sin mencionar el sufrimiento que debía experimentar la persona al pasar de un estado saludable a... eso. Esas emociones eran intensas, pero al mismo tiempo sintió algo dentro de él que las potenciaba: la otra parte de su poder, el lado bueno.
Crane: Solo hay una cura: el té hecho con la orquídea sagrada del sol -extendió otro rollo que tenía un mapa poco claro.
Shifu: Es cierto, la orquídea del sol es poderosa, pero conseguirla es peligroso. Solía crecer aquí, pero ahora solo se encuentra en un lugar: el Valle del Escorpión.
Tigress: Nadie arriesgará su vida por mí, estoy bien -ella, que tenía bastante conocimiento, sabía lo peligroso que era y no permitiría que sus amigos se arriesgaran.
Po: Bien?!, jaja... Mira el cerdo. ¡Mira el cerdo! -le puso el rollo en la cara para que lo viera.
Riuz: Tigresa, Po tiene razón, eso no está bien.
Crane: Puede que te sientas bien ahora, pero puedes tener espasmos musculares en cualquier momento... -no terminó su oración, ya que recibió una patada de parte de Tigresa, estampándola contra el muro- Justo así... Tigresa, si no consigues esa orquídea antes de la puesta del sol, vas a... -no pudo terminar sus palabras.
Tigress: ¿Qué?
Crane: No puedo... -desvió la mirada, sin querer pronunciar la verdad.
Tigress: ¡Qué! -preguntó con más impaciencia mientras sujetaba a Crane con sus manos para que no escapara.
Crane: Bueno, primero... nunca volverás a practicar Kung Fu.
Tigress: Ahhh... -dio un jadeo de asombro y soltó a su compañera- Prefiero morir -Dijo sin dudarlo, el Kung Fu era parte fundamental de ella, era la base de su ser.
Riuz: ¡NOO! -gritó imperativamente, alarmando a todos los presentes, quienes casi notaron un brillo celeste en sus ojos.
Crane: Ese sería el segundo resultado... -terminó de aclarar.
Riuz: No vamos a permitir que eso suceda, iremos a ese valle de la muerte o como se llame, por esa cosa mágica -dijo con exaltación- no vamos a dejar que mueras, aunque nos cueste la vida.
Tigress: No es...
Riuz: Shhhh... -se acercó tan rápido que no tuvo tiempo de reaccionar, la sujetó por la cintura y la inclinó mientras la sostenía- En mi vida permitiré que algo como esto te suceda. Te amo desde lo más profundo de mi corazón y si crees que estaría dispuesto a arriesgarme a perderte, estás muy equivocada. Lucharé con todas las fuerzas que tenga para salvarte y si por alguna razón cruel del destino se me impide lograrlo... relájate, porque eso no detendrá mi amor por ti. Incluso si tengo que seguir adelante con nuestra boda después de tu fallecimiento, ¡lo haré! -su voz se llenaba cada vez más de determinación y una ardiente pasión.
Las presentes, excepto Moony, se quedaron boquiabiertas ante lo que escuchaban. Incluso Tigress, que era sostenida por los brazos de Riuz, no pudo evitar congelarse.
Viper: ¿Algo le pasa a tu hermano y no nos dimos cuenta? -le preguntó a Moony sin poder creer lo que oia.
Crane: ¿También se contagió y la fiebre lo hace delirar, o simplemente está loco y habla en serio? -Trató de dar una explicación.
Mantis: Yo voto por ambos.
Tigress: ¿Qué demonios...? -iba a preguntar ante la repentina muestra de amor tan... real, diferente a cualquier broma realizada en el pasado.
Riuz: ¡Incluso si llega a suceder lo peor, incluso si tengo que encargarme por completo de consumar nuestro amor, llevarte a nuestra cama y hacer el amor con tu frío cadáver...! -su emoción no se había detenido y no se dio cuenta de que sus palabras eran cada vez más perturbadoras, al igual que no se dio cuenta del golpe que lo hizo estrellarse contra el suelo.
Crane: Ahí hay otro espasmo muscular.
Tigress (voz nasal): No... -negó, para luego estirar su pierna y patear a Riuz, quien intentaba levantarse- Ahora sí.
Po: ¡Oh no! Riuz de alguna manera también se contagió. Debemos mantener a Moony alejada y buscar esa orquídea cuanto antes -exclamó Po mientras abrazaba a la peliblanco contra sus tetas, casi asfixiándola, como si intentara protegerla de los enfermos con su cuerpo.
Riuz: No estoy contagiado, Moony y yo ya tuvimos la fiebre del río cuando éramos pequeños. Aunque somos extranjeros, parte de nuestra infancia la pasamos en un pequeño pueblo aquí en China -explicó mientras se levantaba y se limpiaba el polvo de su ropa.
Po: Entonces, ¿por qué dijiste todas esas cosas... oh NO! -puso una expresión de miedo- Tienes una enfermedad como la fiebre del río de tu tierra natal y ahora necesitamos una segunda planta mística para curarte... ¿o la orquídea también sirve para eso? -le preguntó a Shifu.
Riuz: No estoy enfermo.
Tigress (voz nasal): Ohh... sí lo estás -comentó recordando las palabras que dijo hace un momento.
Riuz: ¿Por decir la verdad?
Po: ¿Era verdad?
Monkey: ¿Estás seguro de que no te golpeaste la cabeza en el entrenamiento de ayer? Lo de "follar cadáveres" es un poco... hmm... fuera de lo común.
Riuz: Sería lo que tendría que hacer -dijo sin pensar, pero la expresión de todos cambió a una desagradable.
Mantis: Confirmado, enloqueció.
Riuz: No estoy loco, mi amor es completamente real, capaz de hacerme partir montañas y dividir ríos si es necesario.
Viper: ¿Hablas en serio? -preguntó incrédula.
Riuz: 100%.
Mantis: Ja... no me lo creo. Alguien consiguió amar a Tigress... en su lecho de muerte... pero aun así, es un suceso histórico -bromeó, provocando que el corazón de Tigress palpitara con fuerza al comprender lo que decía, aunque sin creerlo, pero confundida y enojada con el insecto.
Riuz: No solo a Tigress, sino a cada una de ustedes -soltó involuntariamente. No se había dado cuenta de que su poder puro le estaba haciendo incapaz de mentir.
La mirada de todas las presentes se volvió hacia el humano con una expresión de desconcierto una vez más.
Po: jajaja, él se refiere a amor fraternal, como amas a tu familia, hermanos y compañeros, ¿verdad? -trató de encontrarle el lado cómico y descubrir que todo eso era una confusión.
Riuz: No, puramente romántico y sexual... muy sexual -asintió, reflexionando sobre sus propios sentimientos sin darse cuenta de que las mandíbulas de las presentes ahora estaban casi a punto de caer al suelo- Dejemos eso de lado, ahora no tenemos tiempo. El amanecer no espera a nadie y aunque dije lo que dije, prefiero que Tigress esté viva para cuando lo hagamos.
Tigress: ¡NO VAMOS A HACER NADA! -le respondió gritando, sintiendo una mezcla de vergüenza y asco, entre otras emociones.
Shifu: ¡Silencio! Tiene razón, no podemos perder tiempo. Luego solucionaremos... lo demás -hizo una pausa, dándole también una mirada a su alumno, que estaba mucho más raro de lo habitual.
Po: Bien, este es el trabajo para la guerrera dragón -dijo con confianza, tratando de ignorar lo anterior y salir de la situación incómoda, tomando el rollo que tenía el mapa hacia la orquídea, pero fue arrebatado de sus manos.
Monkey: 50 puntos a que llego antes que tú.
Po y Monkey estaban peleando en su habitual competencia, pero Shifu los detuvo y comenzó a relatar por qué el valle del escorpión era peligroso, una tarea algo inútil porque en medio de su historia ambas chicas ya se habían ido.
Shifu: Haaa... -suspiró- Espero que su imprudencia no las mate.
Viper: O a Tigress.
Riuz: No lo permitiré -dijo acercándose a Tigress y extendiendo su mano hacia su pecho.
Tigress: ¡¿Qué haces?! -exclamó lanzando un golpe hacia el recién descubierto depravado, pero su golpe fue atrapado por su mano.
Riuz: Cálmate -sosteniendo la mano de Tigress, siguió con su movimiento anterior y colocó su otra mano en el pecho de la iracunda felina.
Tigress estaba a punto de volver a atacar al sentir que era tocada por aquella persona que, hace unos minutos, dijo que violaría su cadáver. Pero en ese momento, sintió una extraña sensación y vio algo que la sorprendió. La mano sobre su pecho empezó a brillar levemente y soltaba pequeños puntos de luz, mientras que el malestar que había sentido durante todo el día pareció aliviarse un poco.
Tigress: ¿Qué es...? -preguntó con curiosidad ante la imagen y las sensaciones que percibía, también llamando la atención de las otras chicas presentes en el salón.
Riuz: Perdón por no ser mejor en esto y no poder curar tu malestar. Solo puedo aliviarte un poco y quizás darnos algo más de tiempo -se disculpó, impulsando todo el poder que tenía en el cuerpo de Tigress. Se sentía un poco culpable por no tener tanto control de su poder para poder curar enfermedades como sabía que podría.
Viper: Eso es nuevo -comentó un poco maravillada con la sensación que esa luz liberaba y el poder que su compañero era capaz de producir.
Riuz: No, solo es un viejo truco que no suelo usar en otros -dijo, retirando su mano al sentir que ya no había poder en su interior-. Yo también voy a por la orquídea.
Antes de que alguien pudiera hacer o decir algo, el humano salió corriendo del lugar a gran velocidad. Las que se quedaron allí solo podían mirarse entre sí, sin saber qué pensar de lo que había sucedido esta mañana en el salón de entrenamiento.
...
Saliendo del palacio y dirigiéndose hacia donde se suponía que iban Monkey y Po, Riuz corrió en busca de la cura para su amada enferma. Aunque no tenía un mapa para guiarse, encontró otro método para encontrar el camino. Siguiendo las huellas de Po, pudo orientarse, ya que eran muy notorias debido al peso de la Guerrera Dragón. Nunca estuvo más agradecido de que ella estuviera tan gorda como este día.
Corriendo por la pradera y entre los bosques de bambú, sintió que el poder que se había agotado anteriormente en el tratamiento de Tigress empezaba a surgir como una erupción una vez más. Percibió cómo su velocidad aumentaba y, al mirar sus pies, notó cómo sus saltos dejaban arcos de luz celestes en el camino que rápidamente desaparecían. Se sintió renovado y con una resistencia infinita, ademas de bastante mas emocional, como si sus emociones se vieran potenciadas por su poder, pero también sus atributos físicos. En su interior, aunque no lo creyera del todo, tenía un amor puro, y era eso lo que ahora alimentaba su poder y le daba un impulso temporal.
Riuz: ¡Puedo hacerlo! -se dijo a sí mismo mientras aceleraba tratando de alcanzar a sus compañeras.
...
Monkey: ...Vaya. Tal vez deberíamos habernos quedado y escuchar a Shifu. -Sentado en un bambú mientras miraba el mapa, comentó contemplando la gran cantidad de calaveras dibujadas en él.
Po: Nah... se preocupa demasiado. Esa mujer debería dejar el té verde... Lo que quisiera saber ahora es qué pasó con Riuz. Yo creo que se comió algo en mal estado, me pasó una vez... o dos...
Monkey: ¿Tú crees? Aunque me cueste creerlo, parecía ser muy sincero, hasta asustaba un poco lo auténtico que se sentía.
Po: Entonces, ¿crees que es verdad que nos quiere... de esa forma? -Preguntó con cierta duda y nerviosismo.
Monkey: No lo sé... ¿deberíamos preocuparnos?
Po: Yo tampoco lo sé, por ahora la única que debería preocuparse es Tigress. Parece que ni la muerte la salvará de este tétrico y depravado Riuz. -Tapó la mitad de su rostro con su brazo para darle teatralidad.
Monkey: ... sabes algo gracioso, si Tigress terminara muriendo y Riuz se casara con su cadáver, si bailaran, Tigress estaría igual de rígida para bailar que si estuviera viva. -Hizo una broma un poco oscura.