Nahuel había ido a esa ciudad a buscar a su tío Naruto ya que eran parientes por parte de la madre de Naruto. De echo él era el único familiar que Nahuel tenía vivo.
A duras penas acabó la carrera de abogacía. Vendió todo y se trasladó a esa ciudad donde compró una hermosa mansión. Estaba lista y habitable.
Nahuel tuvo la desgracia de conocer a Menma cuando sus padres murieron en ese dudoso accidente de auto.
Mucha casualidad, sus padres eran excelentes abogados y estaban a punto de lograr que la justicia condene a pena de muerte a Menma Namikage por aquel entonces. Solo necesitaban sus respetivas firmas.
Pero ellos nunca llegaron a la cita del juez debido al accidente sufrido. Por supuesto que con sus muertes todo quedó anulado y Menma fue declarado inocente por pura burocracia.
Ahora, tres años después Nahuel era abogado como sus padres y tenía planeado retomar el caso Menma. Sabia que él asesinó a sus padres, provocando dicho accidente.
Sin embargo investigó hasta obtener las pruebas necesarias. Ahora si podría agregar un cargo más a los que tenía para que lo maten. Sabía que en éstos momentos era un Ootsutsuki, o sea casi intocable.
Solo casi, ya que Menma comentió dos grandes errores. Uno no indagar mejor en la rama familiar de ese clan y dos no haber investigado a fondo esas reglas que lo volvían intocable.
Nahuel necesitaba encontrar con urgencia al abogado Sabaku para poder hablar con él. Por esas cuestiones se hubo trasladado a esa ciudad. Y la suerte se puso de su parte, al colocarle en su camino nada menos que al sobrino de Gaara.
No desperdiciaría semejante oportinidad. Ahora Shikadai le hablaba nervioso, era evidente que pudo cautivar su interés. Mejor así.
Nahuel hizo uso de toda su seducción para lograr atraer más aún al sobrino de Gaara quien se le caía la baba practicamente. Que fácil estaba resultandole aquello.
Pero si debía ser sincero, él también se sintió atraído por aquel azabache. Y planeaba conservarlo a su lado. Pero supo discimular aquello muy bien. Luego de un par de horas, Nahuel le entregó su tarjeta quedando volver a verse.
- Debo irme Shikadai. Ahí tienes mi tarjeta, llamame.
- Lo haré, pierde cuidado Nahuel.
- Eso espero. Hasta entonces.
Nahuel salió del lugar para dirigirse a esa dirección que tanto trabajo le resultó encontrar. Necesitaba verlos antes que cualquier otro asunto. Así llegó al edificio en cuestión. Miró la fachada sintiendo cómo le transpiraban las manos.
Estaba en verdad nervioso pero ya había llegado hasta allí y sabía que tenía que proseguir. Respiró bocanadas de aire para tomar impulso y entrar al edificio.
Mientras el ascensor iba acercándose al piso indicado, su corazón latía como un alocado tambor. Al detenerse supo que estaba temblando, abrió la puerta y salió del ascensor.
Nunca imaginó que le costaría tanto ver a un pariente. Pero él siempre fue así, tímido aunque no lo demuestre. Cuando pudo controlarse un poco aunque más no sea, se encaminó hacia el departammento en cuestión.
Dió tres golpes y aguardó. La puerta se abrió y Nahuel dijo:
- ¿Boruto Ootsutsuki?
- Si, soy yo ¿Qué pasa Boris? ¿Por qué me llamas así? Pasa.
Nahuel lo miró levantando una ceja a modo de interrogación. También lo llamó así. Empezaba a preguntarse ¿quién era ese tal Boris?
- Hay un error - dijo sin moverse del lugar - No soy Boris. Mi nombre es Nahuel Uzumaki Ootsutsuki - le entregó su tarjeta a Boruto quien al oírlo quedó en una pieza - Mi madre era del clan Ootsutsuki. He venido a verte....primo.
-¿Nahuel Ootsutsuki?
- Uzumaki Ootsutsuki, esos son mis apellidos. Ahora así acepto tu invitación Boruto.
Sin decir más Nahuel entró al departamento sabiendo que Boruto estaba asorado por lo que acababa de oír. Asimilando la información en si mente.