บท 57: Cincuenta Y Siete
Kawaki llevó a Naruto al departamento, donde lo colocó en la cama de una de las habitaciones disponibles.
La lujuria se adueñó de su persona. Deseaba a Naruto desde que lo vió, hacia unos cuántos días atrás. Muy apetitoso y se lo hizo saber a Boruto quien le advirtió que su padre ya tenía dueño.
Sonrió al pensar en Sasuke Uchiha. Ese magistral doctor no podrá hacer nada con él, Kawaki Ootsutsuki. Y Naruto acabará divorciandose de Sasuke para casarse con él.
Con intensa lujuria acariciaba la entrepierna del platinado que yacía inconciente en la cama. Le quitó los zapatos y le bajó el cierre de su pantalón.
Su camisa totalmente desprendida de brindaba una estupenda visión de ese sensual cuerpo.
- Serás mío Naruto, mío y de nadie más.
- No....nunca....no....
Aquello asombró a Kawaki ya que era la primera vez que veía a alguien tan fuerte como para luchar a ese nivel contra el cloroformo. Sonrió con intenso placer imaginándoselo en la cama.
- Seguramente eres espléndido en la cama ¿eh...Naruto? - le susurró al oído sin dejar de acariciar su miembro sobre los boxers naranjas.
Nevaba y era de noche. Debia alistarlo. A desgana se apartó de ese maravilloso tacto. Le quitó los pantalones, el boxers y la camisa.
Luego le colocó un pijama negro y se apresuró a encender la chimenea. Tapó a Naruto con las colchas para que no tome frío.
Finalizó besandolo en la boca con intensa pasión. Y se fue cerrándo la puerta del dormitorio con llave.
- Naruto, tú de aquí solo te irás conmigo a la otra ciudad. Descansa bello durmiente.
Fuera la oscuridad se volvió absoluta y total. Naruto se sabía cautivo y con desesperacion intentaba despertar pero no podía lograrlo. Movía lentamente la cabeza mientras murmuraba:
- Sasuke....ayúdame Sasuke...por favor....sacame de aquí....mi amor...
No lejos de allí estaba Sasuke en la mansión de Itachi al borde del ataque de nervios por la desaparición de Naruto. Hacía tres horas que había desparecido sin dejar rastros.
No iba a quedarse quieto, si su hermano no colaboraba él solo saldría casa por casa de ser necesario para buscar a Naruto. Sabía que no estaba nada bien. Había vivido gran parte de su vida lejos de su amado Naruto. No iba a hacerlo ahora.
Al día siguiente Naruto despertó en una habitación extraña, con ropas ajenas. Recordaba parte de lo sucedido pero sabía que había sido secuestrado. Se incorporó y se dirigió a la puerta, solo para comprobar que estaba con llave.
La ventana tenía rejas pero al abrirla vió que estaba en el cuarto piso. Con intensa desesperación quiso gritar ayuda a todo pulmón. Pero la puerta se abrió para dejar entrar a Boruto quien le llevaba el desayuno.
Naruto miró a su hijo sin entender nada al principio. Boruto lo miró sonriendo con tristeza.
- Tranquilo papá, te hice traer porque quiero que seas testigo de mi boda cpn Shinki.
-¿B-Boruto? ¿Eres tú hijo?
- Si papá, estoy vivo.
Naruto se avalanzó a él para abrazarlo con fuerza. Sus lágrimas humedecieron su rostro. Temblaba como una gelatina.
- No puedo creerlo hijito - Naruto lo miraba mientras tocaba su torax, sus brazos intentando convencerse de que era real aquello.
- Ven papá sientate, desayunaremos juntos. De paso te contaré todo.
- Por favor hijo, deseo saberlo todo con detalle.
En tanto kawaki desayunaba en el comedor con Shinki. El cabello bicolor le contaba cómo se conocieron él y Boruto, y todo lo vivido hasta el momento en que los Ootsutsukis lo adoptaron, y tuvo que separarse de quien conocideraba su hermano.
Luego le contó cómo vivió Boruto el mes aquel alejado de él y de su padre, lo mucho que llegó a afectarlo, aunque ahora no lo demuestre. A Shinki le caía bien Kawaki.
Incluso pudo hablar con su gemelo Shura y contarle todos los detalles sobre su estadía y su futura boda con Boruto. Fuera nevaba con gran intensidad.
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