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78.44% DISFRUTAR PLENAMENTE MI VIDA / Chapter 85: La caída carmesí (R-18) (EDITADO)

บท 85: La caída carmesí (R-18) (EDITADO)

"Tsunade-sama… esto…"

"No me preguntes Shizune, tampoco sé qué diablos sucedió"

Ambas mujeres hablan mientras veían el panorama frente a sus ojos.

Cuando llegaron a la aldea, no preguntaron directamente por Yuuma ya que querían pasar desapercibidas, tratando de no levantar sospechas al reunirse con alguien a quien, en teoría, no conocían.

Los ojos de muchas personas recaerían sobre ellas una vez que ingresaran a la aldea, por ello se avocaron a ver todos los cambios ocurridos en Konoha en plan de actuar como si tuvieran interés en ello.

¡Pero para su admiración, quedaron inesperadamente sorprendidas por todo lo que había sucedido!

Tratando de procesar todo lo que habían aprendido, salieron del edificio Hokage y se dirigieron al restaurant más cercano para pedir un aperitivo, ya que no habían almorzado y tenían hambre, por lo que pusieron rumbo a reponer nutrientes, ya que pensar con el estómago vacío no trae nada bueno.

Cuando estuvieron sentadas un uno de estos locales escucharon a un par de personas renegar sobre un tipo a quien adjudicaban varias quejas, principalmente sus problemas maritales.

A Tsunade esto le hubiera tenido sin cuidado si no fuera por que escuchó el nombre de dicho sujeto aludido, el cual era igual a la persona que ella estaba buscando.

Cuando la Sannin les preguntó a esos dos sobre el paradero de aquella persona, le dijeron que este tenía una tienda de conveniencia en el bosque aledaño al paseo Nagusame, en la parte oriental de la aldea.

Sin esperar a que la comida pedida llegara, ambas mujeres partieron hacia dicha ubicación ya que la descripción dada sobre ese tal Yuuma era similar a la del hombre que ella pudo ver esa noche.

Así caminaron por un tiempo hasta que llegaron a dicho lugar, pero lo que vieron fue algo 'peculiar'

"¡NO! no saques las pelotas de su lugar Ikari-cahn"

"¡Sado-kun, eso no se vale, saltaste desde más adelante, por eso ganaste!"

"Que lindos tus perritos Hana-chan ¡nunca me cansaré de verlos!"

Niños corriendo de un lado para otro, riendo mientras formaban algunos grupos, algunos de ellos estaban sobre los juegos mecánicos, otros estaban en un lugar de arena mientras trataban de formar figuras muy raras, algunos pocos se caían y levantaban con tierra en el rostro y ropa, pero estaban muy felices por lo que se podía ver.

Todo este escenario se desarrollaba al lado de la tienda de conveniencia, en un área parecida al patio de recreos de la academia ninja, pero mejor distribuida y con muchos más juegos.

Esto podría ser muy especial, pero no era lo único que llamó la atención de la maestra y discípula ya que, al otro costado de la tienda, entre esta y una casa muy bonita, se podían ver varias sillas y mesas campestres, las que tenían una sombrillas de madera, todo muy bien distribuido.

Pero lo 'extraño' de esto era que se podían ver a un gran grupo de mujeres reunidas.

Algunas de ellas estaban hablando entre ellas, otras estaban entrando y saliendo de la tienda, algunas estaban llevando de la mano a sus pequeños hijos mientras charlaban con estos.

En lugar de ser una tienda extrañamente ubicada en lo profundo del bosque, parecía un club de reunión familiar

'¿Qué diablos? ¿Acaso llegamos a una guardería o una escuela civil?' - se preguntó la ojimiel al ver todo esto.

"Vamos Shizune, veamos si el tipo a cargo de todo esto es a quien estamos buscando" – dijo en un tono bajo la Senju a su alumna.

Cuando se acercaron llamaron la atención de varias de esas mujeres, quienes reconocieron de inmediato a la Sannin.

"¿Humh? ¿No es ella Tsunade Senju?" – Dijo sorprendida una de las mujeres.

"¡Es Tsunade-sama, volvió a la aldea!" – Exclamó otra de ellas.

"¡La princesa Senju volvió! ¡Ella fue mi inspiración para ser kunoichi!" – Se pudo escuchar esas palabras entre todo el cuchicheo.

Así varias mujeres se le acercaron a Tsunade, quien estuvo un poco sorprendida por la atención que volvía a recibir.

Cuando llegaron a la aldea, varios de los civiles y los ninjas también le dieron mucha atención y saludos, causándole un poco de curiosidad ya que, si bien no era una desconocida debido a su fama bien ganada o su mundialmente conocido abuelo, ella no era en si una celebridad.

Pero al instante siguiente supo porque estas mujeres en particular estaban siendo tan familiares con ella.

Tsunade, mientras estuvo en la aldea, ayudó a varias de ellas a traer al mundo a sus hijos, por lo que esas madres reconocían a la médica que los ayudó mucho.

"Lady Tsunade, es un gusto tenerla de vuelta en la aldea"

De pronto, una suave voz llamó la atención de la ojimiel, quine miró en dirección de esta y vio a una mujer pelinegra a quien no reconoció en un inicio, pero luego se dio cuenta de quien era.

"Mikoto-chan, no puedo creer que hallas cambiado mucho desde la última vez que te vi" – Dijo una sorprendida Tsunade al ver a la Uchiha quien sostenía un bebé en brazos – "¿Otro Hijo? Veo que no perdieron tiempo eh"

"Es mi pequeño Sasuke" – Dijo la pelinegra mientras sonreía al enseñar a su menor hijo.

"Owww, es muy indo" – Shizune se acercó y comenzó a acariciar las mejillas del pequeño Uchiha, quien solo atinó a arrugar su cara en señal de molestia.

"Dígame lady Tsunade ¿Qué la trae de vuelta a la aldea?" – Preguntó la Uchiha.

"Volví para reunirme con un conocido" – Respondió la Senju mientras miraba al interior de la tienda para ver quien era el que estaba despachando todo lo que se vendía, pero el numero de mujeres aglomeradas no le daba fácil acceso

"Pero escuché sobre este local cuando estuve por la zona comercial, por lo que quise pasar a darle una ojeada ¿Tú también viniste a comprar algo?" – Preguntó Tsunade de manera casual, mientras disimulaba ver todo el lugar, pero la respuesta que recibió de la Uchiha la hizo girar rápidamente para verla directamente.

"No, yo no vine a comprar algo, solo estoy conversando con las chicas aquí presentes ya que es hora de recoger a los niños. Por el momento soy quien está a cargo de la tienda ya que mi esposo, el dueño del local, tuvo que salir a atender algunos asuntos" – Respondió tranquilamente la pelinegra.

"¿Tu esposo? ¿Acaso Fugaku no era el patriarca del Clan Uchiha? ¿Por qué tendría que estar trabajando en esta tienda?" – Preguntó la ojimiel con tono de duda.

"No lady Tsunade, no me refiero a ese hombre de quien ya estoy separada, me refiero a mi esposo Yuuma" – Dijo la Uchiha con una expresión alegre, mientras que la cara de la Sannin quedaba desencajada.

"...¿Qué? ..."

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Kushina estaba tranquila… muy tranquila.

Hace unas noches había llegado a una conclusión, una que había preferido evitar, pero que su cuerpo no podia negar.

Ella quería estar al lado de este hombre.

¡Pero su imperioso orgullo no la dejaba ir y buscarlo!

Ella, aunque había aceptado la realidad, no podía lanzarse a los brazos de Yuuma como si fuera una Genin enamorada.

La Uzumaki había logrado sobrevivir gracias a su ingenio y orgullo, nunca sintiéndose menos que el resto.

Ella había logrado plasmar su personalidad 'explosiva' en la mente de todos, con el objetico de que la vieran como alguien simple de tratar y no ver más allá.

Sin embargo, ella no podia negar la actual necesidad de su cuerpo, no podia sabía, ni quería, como apagar el fuego interno que el solo pensamiento de ese hombre podia causar.

Era este calor apasionante el que poco a poco iba librando la mente de la Uzumaki, comenzando a pensar que no sería mala idea ir al encuentro de Yuuma, pero un pequeño rastro de conciencia frenando todo.

"Ahh… maldito seas… Yuuma...mmm" – Dijo la mujer mientras salía del cuarto de baño, secándose el cabello.

Luego de un corto trayectó llegó a su lúgubre habitación.

Hoy iba ser un día como el resto, un día en el que ella pasaría la fría noche en soledad. La casa en donde vivía hace tiempo perdió el calor de un hogar, dejando todo en una penumbra.

El Hokage, quien se suponía era el hombre de la casa, no había pisado su casa en casi dos semanas, dejando a su esposa aparentemente olvidada.

Kushina en un principio sintió que esta crisis debía ser solucionada, pero poco a poco sus deseos comenzaron a virar hacia un nuevo rumbo… uno al cual gustosamente estaba dispuesta a dirigirse, solo que no encontraba el momento para hacerlo.

Así, la Uzumaki siguió con lo que estaba haciendo, hasta que un par de manos le taparon los ojos desde atrás, sorprendiéndola.

"¡¡¡!!!"

"Tranquila querida, nadie te hará daño"

Su mente alzó todas sus alarmas al sentir esto, ya que claramente era la voz de un hombre el que estaba haciendo esto.

Ella estuvo a punto de reaccionar violentamente, sin embargo, se quedó estática ya que su cuerpo pudo reconocer ese tacto, reconoció el calor producido por estas fuertes y amables manos.

Este calor, esta voz… si, era él

"Y-Yuuma" – dijo débilmente la Uzumaki.

"Bingo" – respondió nuestro protagonista mientras se acercaba más a la mujer.

"¿Q-Qué haces aquí?"

Aunque ella era una mujer muy inteligente, el saber que el único hombre en esta tierra a quien deseara y que pudiera leerla completamente, la hacía sentir malditamente sumisa.

"¿Qué hago aquí? ¿Qué crees que estoy haciendo?" – Dijo Yuuma burlonamente mientras comenzaba a aflojar las manos, pero en su lugar, estaba poniendo una venda roja sobre los ojos de la mujer.

"Ahhh~… n-no puedes hacer esto"

Sin que ella pudiera decir nada, le fue puesta la cinta para tapar sus ojos, haciendo que el fuego interior de la Uzumaki comenzara a crecer de manera alarmante.

"Puedes llamarme escoria si quieres, pero ambos sabemos que significa esto"

La pelirroja escuchó las palabras de Yuuma mientras este comenzaba a jugar con el cuerpo de la mujer, quien, sin poder ver lo que sucedía, solo atinó a recostarse sobre el amplio pecho de aquel hombre.

"Mmm~"

Sintió como la toalla de baño le fue quitada, como la tibia y áspera respiración masculina chocaba contra su cabello.

Sentía como las manos de ese sujeto acariciaban sus delgados hombros, como es que se deslizaban por los costados de su cintura y llegaban hasta sus bien tonificados muslos, rodeándolos para acariciar su gran trasero.

¡Sintió como ese hombre la rodeaba con los brazos, aumentado la excitación de Kushina al sentir los dedos de Yuuma masajeando suavemente sus grandes senos!

Esto siguió hasta que él la recostó suavemente sobre la cama, poniéndose por detrás de ella, para luego quitarle la venda de los ojos y dejar que ella viera el cielo nocturno, mientras que Yuuma solo le acariciaba el cabello.

"¿Ves el cielo?" – Le preguntó suavemente nuestro protagonista.

"Si…" – Respondió Kushina.

"Aunque es una simple ilusión, en verdad existen múltiples mundos, cada uno con sus leyes y sus reglas. Cada mundo que existe en el cosmos es único" – Dijo Yuuma mientras seguía dándole cariño a Kushina.

"Sabes Kushina, eres inteligente, mucho más de lo que todos creen diría yo, tanto que lograste sobrevivir en este mundo caótico"

Yuuma siguió hablando mientras giraba a la pelirroja cuidadosamente, poniéndola dentro de su abrazo, con el bello rostro de la mujer sobre su fuerte pecho.

"Pero este mundo no está hecho para mujeres como tú. Eres alguien destinada a más, destinada a la grandeza, destinada a vivir sin ataduras. Las personas de este lugar nunca entenderán lo que en realidad puedes dar, lo que puedes lograr, siendo solo seres que no tienen ni idea de los grandiosa que eres"

Los ojos de Kushina se abrían más con cada palabras que escuchaba, mientras que su corazón latía a galope.

"Y yo soy el único que puede ver todo en ti, toda tu verdad, toda tu esencia. Mi existencia va más allá de este mundo, por lo que es inevitable para ti sentir este desborde de emociones, algo que nunca habías experimentado y por ello estoy aquí, justo a tu lado, para darte el lugar y la posición que por derecho te corresponde"

En este punto, las palabras de Yuuma estaba generando un caos dentro del pecho y mente de Kushina, ya que este tipo no estaba criticando su personalidad, no estaba recriminándole el haber aprovechado su destino y manejarlo desde la sombras, no le recriminaba nada.

"No tienes por qué sentirte mal Kushina, no hiciste nada que no fuera para sobrevivir, no hay de lo que arrepentirse"

Las palabras de Yuuma hicieron que los ojos de la Uzumaki se enrojecieran y no pudieran contener las lágrimas que cayeron por sus mejillas.

Incluso la mujer más fuerte, con la personalidad más aguda y el poder más grande, llegan a quebrarse con las palabras adecuadas y la persona indicada.

"Solo déjame mostrarte lo que la vida tiene para darte, solo déjame enseñarte esos mundos en donde no tendrás que ocultar tu verdadero ser, en donde puedas mostrar a la verdadera Kushina"

La mujer solo asintió ante estas palabras, solo para ser besada apasionadamente por un largo momento. Decir que Kushina casi se corre sería mentir, ya que todo su cuerpo se tensó ante este contacto íntimo.

Después de separarse, Kushina comenzó a relamerse los labios al sentir como este hombre, solo con su presencia, pudo imponerse sobre ella tan fácilmente.

Atrás quedó su orgullo y esas palabras en donde criticaba como este sujeto vivía relacionándose con otras mujeres.

Y es que esta demostración de sentimientos pasionales era algo que la mujer había estado deseando sentir desde hace tiempo, tanto en cuerpo como en mente.

Luego, sin decir palabra alguna, Yuuma le dio vuelta a la pelirroja, sorprendiéndola momentáneamente.

Al instante siguiente, una mano traviesa se dirigió hacia su coño, comenzando a jugar con su perla secreta, mientras que la otra mano cruzó por debajo de Kushina y empezó a masajear uno de sus abultados pechos, pellizcando su turgente pezón y liberando una corriente de espesa leche.

"Ahhh… mmm… Yuuma~…"

La Uzumaki Extendió su cuello para recibir los besos de nuestro protagonista.

Su boca se entreabrió para dejar salir sus dulces gemidos, permitiendo que finos hilos de saliva mojaran sus labios separados, comenzando a caer libremente por sus comisuras.

"Ohhh… ahhh…"

La pelirroja siguió disfrutando esta actividad acalorada, yendo lentamente, disfrutando cada momento de sus toques, cada roce de piel, cada estimulo fulgurante, todo mientras en su mente la figura de este hombre era impresa a fuego.

Al mismo tiempo que una sensación de entumecimiento amenazaba su vientre bajo, las manos expertas de nuestro protagonista no paraban de trabajar mientras que la mente de Kushina hace tiempo había explotado en múltiples sensaciones y anticipaciones sobre ella y él enredándose en una danza carnal.

Mientras ese sentimiento iba subiendo por su cuerpo, mientras sus gemidos aumentaban de volumen, mientras que los muslos de la mujer se apretaban a la vez que se apoyaba en la espalda del maldito bastardo, sintió como algo comenzaba a 'interrumpir' en su jardín secreto.

"Ahhh… carajo"

Sin decir una palabra más, Kushina sintió como una de las manos la cogían del cabello y se envolvía en él, hasta llegar a la base y sostener su cabeza firmemente, pero sin causarle algún daño.

Sentir el tirón de su cabello hizo que la Uzumaki dejara salir un gemido, cerrando sus ojos mientras su mente se llenaba de una excitación al disfrutar la culposa y dolorosa sensación, todo al mismo tiempo que sus manos apretaban las sábanas de la cama.

Su espalda estaba sumamente arqueada mientras mostraba toda su gloria al hombre detrás de ella.

La otra mano dejó de recorrer el curvilíneo cuerpo de la pelirroja y se posicionó en su muslo, sosteniéndolo y levantándolo para mostrar toda su feminidad a la luna y estrellas.

La excitada mujer abrió los ojos y miró hacia abajo, viendo su frondoso y rojizo bello, el cual se encontraba completamente empapado con sus fluidos vaginales.

En el instante siguiente, la sensación de roce atormentó los receptores sensitivos de la Uzumaki.

Sentía como el grueso y duro miembro de su asaltante subía y bajaba mientras estimulaba su coño, como la cabeza bulbosa de aquel tronco iba separando sus labios vaginales.

"Que me haces… que me haces~"

¡Comenzó a balbucear la mujer mientras trataba de mantener su cordura!

Ella sabia que era lo que pasaba. Sabía que, en el instante siguiente, ella dejaría atrás su vida actual, pasando a una nueva etapa.

"¿Qué te estoy haciendo? Te estoy haciendo mía Kushina Uzumaki, de ahora en adelante, eres mi mujer"

¡Y sin esperar respuesta, la gruesa vara de Yuuma entró lenta pero firmemente en la vagina de la ahora ex mujer del Hokage!

"¡¡OHHHHHHHHH!! ¡¡ME CORROOOOOOO!!"

¡Kushina dejó salir un gemido enorme al mismo tiempo que abría los ojos al disfrutar de la sensación tosca a la cual estaba siendo sometida!

No sabía si era por el momento o si se trataba de una peculiaridad innata, pero esta era la primera vez que su cuerpo disfrutaba tanto.

Manteniendo una mano en su cabello y otra en su muslo, Yuuma mantuvo fija a su nueva mujer mientras el movimiento suave y constante de sus caderas enviaban a la Uzumaki al cielo a cada instante.

'Bueno, bueno, las embarazadas si que son muy fogosas ¿no lo crees así Minato? Lástima que tuvieras que ver esto, pero así es como es... Kushina estará mucho mejor conmigo que contigo. No te preocupes, seré un buen padre para tu hijo… es hora de que des el siguiente paso'

En ese instante, nuestro protagonista habló mentalmente mientras miraba de reojo hacia la puerta entreabierta de la habitación.

Kushina nunca se percató de la presencia al otro lado de la puerta, ya que estaba centrada en el placer brusco y constante al que estaba siendo sometida.

Sin embargo, si alguien abriera la puerta, podrías ver como el otrora poderoso Relámpago amarillo de Konoha estaba arrodillado, mientras tenia sus manos apretando sus rodillas mientras sus hombros temblaban.

Sus ojos estaban llenos de lágrimas amargas, mientras ahogaba sus gemidos dolorosos para que no pudiera ser escuchado.

Minato no habia vuelto a su casa ya que no sabía como enfrentar a Kushina.

El autoestima del Hokage sufrió un duro golpe con todo lo que se había enterado hace días, por ello estaba fuera de si.

No es que la haya dejado de amar, simplemente… se acobardó.

Sin embargo, no hace algunos instantes, su consejero Shikaku Nara había hablado con él y le había dicho que no sea tonto y regresara a su casa para arreglar las cosas.

Quien diría que vería esto, en su propia cama, en su alcoba, su propia mujer….

Sin embargo, en el instante que escuchó en su mente la voz del sujeto que estaba empalado a su mujer, supo que su destino estaba escrito en piedra.

Así, Minato solo pudo culparse de haber hecho un trato con el mismísimo demonio….

+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

NOTA DEL AUTOR:

Que tal muchachos ¡¡¡¡aún estoy vivo!!! ¡¡Hurra!!

Ya en serio, lamento haberme ausentado por una semana entera. el problema es que fuí victima de robo :'(

Como sabían, me mude a una nueva ciudad para empezar un nuevo trabajo y como aveces tengo turnos que son de casi 18h, por lo que no he estado yendo a mi cuarto que estoy alquilando momentaneamente.

Y hubo gente que se dio cuenta de esto y aprovechó para forzar la puerta y entrar, llevándose todo lo que pudieron, entre ellos mi laptop. Fue todo un papeleo poner la denuncia y reorganizarme, por eso mi asuencia.

Ahora ya tengo nueva PC, espero poder escribir capítulos seguidos. Gracias a todos los que estuvieron apoyandome con piedras de poder aún cuando no subí algún capitulo, ustedes lo valen (^_^)

Sin mas que decir, espero que disfrutaran este pequeño capítulo, no fue lo mejor que he escrito ya que lo hice apurado, espero me perdonen.


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