¿Cómo llegué a esta situación?
Todo empezó esta mañana cuando el mayordomo en jefe, creo que mencionó que su nombre era Hector, y si me sorprendí mucho cuando dijo eso, está completamente seguro que se llamará Sebastian pero eso ya es otra historia. Hector me llevo el desayuno a la cama, uno deliciosos hotcakes, como jalea de chocolate y algunas fresas, la verdad estaban deliciosos, pero no pude terminarlos todos, y no es mi culpa si hubiera sido por mi no hubiera dejado nada en el plato el problema es que tengo muy poco apetito, incluso en mi segunda vida no solía comer mucho.
Al ver que no terminaba de comer todo los hotcakes, Hector me miró con una expresión extraña.
¡Por favor no me regañes! ¡No es mi culpa que ya esté lleno!
Pensé que me reprenderia por no terminar mi desayuno, pero el solo le ordenó a las sirvientas que me bañaran y arreglaran, a lo cual profundamente me negué.
Digo que en ninguna de mis vidas pasadas tuve este tipo de trato, uno supondría que el hijo de un duque estuviera acostumbrado a este trato, eso sería lo normal, pero las criadas de la mansión secundaria dejaron de hacerlo cuando cumple los siete los y luego nunca más lo hicieron por mi. Así que corro al baño me lavo yo mismo, claro que Hector se opuso, pero ya me encargue de eso, así es muy tarde para reclamar sobre eso.
Luego Hector me dio unas prendas que creo que eran de mi hermano cuando era más pequeño. No se que tan alto era Xander cuando tenía mi edad, pero esto me queda enorme. Hector se ríe diciendo:
—Parece que tendremos que mandar a pedir mucha ropa para el joven maestro.
Rápidamente me negué, diciéndole que está bien, que con esto y mi ropa en la mansión secundaria era suficiente, por lo cual Héctor mandó a traer todas mis pertenencias, bueno no es como que sea un trabajo difícil, ya que tengo pocas cosas a las que pueda llamar propias.
Cuando ya estoy listo Hector me lleva una vez más a la oficina de mi padre, ante mis increíbles nervios, empiezo a temblar un poco.
¡Calmate yo! No puedes mostrarte así ante el duque.
Respiro un poco y calmo mis nervios para entrar nuevamente a la oficina del duque.
Al entrar me encuentro con el duque, mi hermano y una hermosa mujer que no reconozco, pero al juzgar por sus ropas creo que tiene que ser alguien del templo.
Ante que pueda analizar la situación el duque habla, con un tono más amable de lo usual.
—Buenos días Andrew, ¿Pasaste bien la noche?
—E-Eh, Si, digo, S-saludos duque le deseo un buen día a usted también, agradezco su preocupación pase la noche sin inconvenientes.
Rayos, no espere que el duque de todas las personas el duque fuera a preguntarme sobre mi mañana haciéndome que me pusiera nervioso al principio.
La chica que estaba junto al duque solo tenía una pequeña risa. Lo que hizo que me sonrojara.
¿Acaso nunca dejare de pasar vergüenza?
—Bueno, lamento interrumpir tu descanso, pero hay varias razones por las que te llamamos.
Trago en seco, esta conversación se puso muy seria de repente.
—Primero que nada, quería informarte que ya nos hemos hecho caso del problema de la mansión secundaria, desde ahora vivirás aquí, más adelante prepararemos una habitación adecuada para ti.
—Eh gracias su majestad, le agradezco sus gran amabilidad de dejarme quedarme aquí, pero no hay necesidad de darme otra habitación en la que estoy ahora es más que suficiente.
—…No, tendrás otras habitación.
Dijo el duque con un tono severo, como para decirme que eso era algo que no estaba abierto a discusión. Eso me alteró un poco por lo que solo me limito a asentir ante su declaración.
—… Lo segundo es que necesitamos que hagas algo por nosotros.
—¿Qué podría ser eso?
— Solo necesito que toques y enfoques tu concertación en esto.
Me mostró una bola de cristal blanca, parecida a las que se usan en la ceremonia de atributos. Con la diferencia a la ceremonia donde hay seis esferas una de cada diferente color dependiendo del elemento. La ceremonia de asignación de atributos se lleva a cabo en el templo donde hay un gran salón con seis de esas esferas y los niños toman turnos para ser la prueba, donde cada vez que alguien se somete a la prueba, se iluminarán la esferas de tu atributo. Como podrás adivinar en mi segunda vida cuando realice la prueba ninguna de las seis esferas brillaron.
No se muy bien por que el duque quería que hiciera esto, pero trago saliva y me acerco a la esfera blanca, tenía la certeza que no pasaría nada, pero en el momento que la toque una gran luz se trago toda la habitación.
No se muy bien por que el duque quería que hiciera esto, pero trago saliva y me acerco a la esfera blanca, tenia la certeza que no pasaría nada, pero en el momento que la toque una gran luz se trago toda la habitación.
La luz azul estaba por doquier, tras unos momentos sentí como mi hombro izquierdo ardió, para que finalmente la esfera que toque se rompió en mil pedazos, y con eso la luz finalmente desapareció.
Ah esto es malo.
Todos tenían una rara expresión en sus rostros, para empeorar las cosas todas esas miradas estaban dirigidas a mi.
Ah, deben estar enojados que rompió la esfera. Cuando hice mi ceremonia de asignación muchos años atrás, nos dijeron que esas esferas eran invaluables.
Mi rostro se puso pálido.
¿Qué tal si el duque me echa de la mansión por esto?
Eso no podía suceder, rápidamente me tiró al suelo en muestra de arrepentimiento.
— L-lo lamento mucho, no fue mi intención romper su invaluable esfera, ¡por favor perdóneme!
No escuché respuesta alguna, pero no me atreví a levantar la cabeza, pasaron algunos segundos de un incomodo silencio, hasta que la mujer en la ropa del templo hablo.
—No te preocupes, eso solo era una baratija vieja, vamos levántate.
Amablemente la mujer me ayudó a levantarme, y continuó hablando
—¿No nos hemos presentado aún verdad? Es un gusto conocerlo joven amo, me llamo Rosina y soy la suma sacerdotisa del templo.
—Saludos a su santidad.
—Bueno dejando los saludos de lado, dime, ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo?
—Esto, nada en particular solo me arde el hombro izquierdo un poco. Respondí con un poco de incomodidad, iba a ser sincero, me sentí incómodo. No estaba acostumbrado a que las personas se preocuparan por mi.
Dejando aun lado mi incomodidad, al decirle que me ardía el hombro, el duque rápidamente me despojo de mi camisa. El tenía una extraña mirada, pero no pude descifrar qué era lo que el duque sentía.
—Lo sabía.
La suma sacerdotisa habló en voz baja, pero fui capaz de escucharla. Dándole más atención a mi cuerpo, tenía una extraña marca en mi hombro izquierdo, aunque a mi perspectiva tenía una forma parecida a la de una luna creciente.
Todos estaban sorprendidos por la marca, aunque de cierta manera, yo no lo estaba. No podía explicar muy bien, pero en lugar de entrar en pánico por la nueva marca en mi cuerpo, sentí calidez, algo me decía que esto no era algo malo, o calvez era yo nada mas querido creer eso.
Luego de un rato en otro silencio incomodo, enserio, ¿Que les pasa gente, yo tengo motivos para estar callados, ¿pero que les pasa?, ¿les comió la lengua el gato o que?
—Ejem, Hector. Lleva a Andrew a la habitación seguro que aún estará cansado después de toda esta comisión.
—Como ordene.
El duque fue el primero en romper el silencio, junto a Hector deje la habitación.
Regrese con mas dudas de con las que vine. Pero bueno tengo otras cosas por las que preocuparme.
Por el momento esta marca que me da cierta calidez, es la menor de mis preocupaciones.