Hoy asistiré a mi primer día en la escuela. Estoy emocionado y aterrado. Estoy emorrado( lo sé. mal chiste).
Antes de todo esto. Creeía que era el fin del mundo cuando mi cuerpo cambió. Me volví alto, furerte y peludo. Pensé que era un monstruo, una abominación. Temia que la gente me lastimará, me insultara, que se rieran de mi. El único de quien no dudaba era mi abuelo. Él era amable y muy cariñoso. Nunca me dijo como me conoció; pero por mi parte, desde que tengo memoria ya lo conocia. Él me enseño a hablar, leer, y sobre el mundo en la ciudad. Siempre me preguntaba qué hacía que se quedara en un pueblo tan apartado, cuando cada vez que hablaba de la ciudad lo hacia con añoro y deseo; pero nunca me atreví a preguntar por temer la peor respuesta: por mi.
Aunque mi cuerpo cambiaba cada noche cada cierto tiempo. Él no se alejaba de mi. Por el contrario, se encerraba conmigo en casa y me daba enseñanzas como para dormir. Y sí que me hacian dormir, los libros son escasos por lo que leer más de dos veces el mismo libro es muy normal. Sucede que una noche de cambio, escuché algo, no entendí qué fué, pero tuve la urgencia de salir, y así hice, empujando todo a un lado y rompiendo la puerta salí, volví a escuchar ese sonido, y mira al cielo y grité, pero no dí un grito normal o humano, sino un aullido largo y hondo.
Mi abuelo me jalo de mi brazo peludo y me obligo a entrar. Yo no entendía que pasaba, el porqué lo hice. Solo podía ver con la cara en blanco a mi abuelo que ponia la mesa y sillas en el espacio donde antes estaba la puerta. Entonces entraron. Eran medianos, rápidos y muy salvajes. Sentí sus ojos observandome, midiéndome. Me congele, quería escapar pero mi cuerpo no respondía. Queria gritar pero mi garganta no cooperaba al ver sus colmillos. No podía hacer nada. Temia lo peor. Y los lobos no tenian paciencia para quedarse observandome, voltearon hacia mi abuelo. Quise creer que se retirarían si los vecinos salían ahora, pero nadie acudió. Yo no hice nada. Solo pude ver a mi abuelo tratando de defenderse. Cuando acabaron, se fueron en un largo aullido. No se giraron hacia mí hasta el final. Y yo no hice nada.
Yo no sabia que hacer, me quede ahí parado mirando lo que alguna vez fue mi única familia. Unas voces me sacron del estupor. No me dieron mucha atención, todos los que pasaban se quedaron viendo el lugar y se miraban entre ellos. Queria gritarles. Queria preguntarles porqué no salieron para ayudar. Si lo hubieren hecho esto se habría evitado.
Pero no. Me quedo mudo ahí parado. Una tumba simple en el cementerio del pueblo. Yo ya no sabía que decir y me dirigí a la casa que me dio refugio hasta ahora. No quería ver a la gente. Queria enfadarme con ellos pero sabia que haría lo mismo en su posición. Fue poco después, en la noche silenciosa, que volvi a cambiar y volví a escuchar ese sonido. Salí concientemente a la calle y di el aullido más furioso que pude. Que vengan y destruyan todo. Los vi acercarse rápidamente. Cuando casi llegan, me arrepenti. No me atrevía a dañar a la gente que creí que odiaba. Así que me di media vuelta y corri fuera del pueblo para que no me vean. Al salir, escuche sonido atras, y al girar la cabeza ví a esa manada persiguiendome y no parecuan amistosos. Lleno de miedo acelere y mi altura de vision se redujo y me sentí mas veloz. Aunque me alejaba cada vez mas, la manada no dejaba de seguirme. Solo al perderme en el denso bosque los perdi de vista.
Solo y agitado busque donde refugiarme del viento. Y al encontrarlo me quedé pensando dentro.
Qué hize. Qué hago ahora. Ignore el hambre, el frio al perder el pelo y el sueño. Fue en la noche que le grité a la luna como un loco lleno de furia y autodesprecio; que tiraron como pidras de colores. Deben de ser fuertes para tirar piedras tan rápidas. Pero mi furia no se habia apagado, si creen que aceptare sus insultos pues se equivocan, sé que mi forma actual puede asustarlos fuertemente, así que me lance hacia ellos. Pero cada paso me pesaba más que otro. Mi cuerpo quedo hechado cerca a ellos y mis parpados se cerraban.
Para cuando desperté, me encontré amarrado a una cama. Parece que abuelo tenía razón. Si la gente me descubre, seré cazado para matar o como ani.al de zoológico. No. Debo salir de aquí. Por mucho que tiraba de las cuerdas, estas no cedian por muy delgadas que sean. Entonces lo conocí. Entrando a la habitación vi un niño un poco mas alto que yo. Daba un ambiente frío e indiferente. Y me dio una mirada como midiéndome. Quise soltarme para que obligarlo a dejar de mirarme así. Pero dio una sonrisa que me heló la sangre. Me dio la impresión que si no me detenia algo terrible me ocurriría.
Cuando se presentó, yo no sabía cómo responder(si pudiera). Tenia un primo lejano. y esta era su casa, y, él era un mago. Mago. Magia. Parecia tan irreal. Pero yo cambiaba de forma mi cuerpo cada tanto, así que aceptarlo fue facil. Una vez liberado, pregunté tanto cuanto pude, a veces hablaba tan rápido y sin interrupciones que él me daba otra sonrisa que me congelaba, y tartamudeaba al hacer un pregunta a la vez.
Esa noche me desvele ordenando todas las respuestas. Existe magia. Existe una sociedad mágica aunque escondida del mundo general. Aunque Él daba indirectas de cuanto despreciaba a los magos, su curiosidad aún se notaba. Y también rebeló que soy lo que se conoce como hombre lobo. Pero que soy muy especial. Yo conservo mi mente pero otros se comportan como bestias al cambiar. Y que soy muy afortunado de poseer esa particuliaridad, pues puedo hacer creer a los demas que soy un mago cambiaformas que ya existen. Pues los hombres lobo son repudiados como víctimas del racismo mágico.