La tensión es fuerte, nadie sabe que va a pasar, inclusive los Profesores y el Director se encuentran en ese lugar, lo único que pudo hacer Olympico es intentar calmar la situación:
—Bien muchachos el ejercicio salió excelente, pueden ir a descansar — Olympico
A pesar de que las apaciguadoras palabras de Olympico intentaron calmar a ambos muchachos, aunque quien se encontraba por cometer una locura era Kamata, no serviría de nada pues que el mismo joven seguía con enojo y con su mano en su Arma.
A pesar de su rostro furioso se puede ver a Kamata con brillosos ojos y temblor en su mano que tocaba el arma:
—Tú no entenderías, entrenar todos los días, intentar ser el mejor espadachín y un gran asesino, Tu no entenderías porque solo llegaste sin siquiera, ser considerado monstruo solo por temor! Tu jamás serás un gran asesino porque jamás has tenido la motivación que yo tengo! — Kamata
—Yo…te entiendo, tu también debiste tener una infancia difícil, nunca habría imaginado entrar a la academia, pero algo en mi salió deseando que siga ese camino, golpéame si quieres no te detendré ni hare nada, se cómo te sientes — Kaizer
—No, no lo entenderías!! — Kamata
Con furia y llanto en sus ojos, Kamata sostiene del cuello a Kaizer para golpear a su rostro, pero antes de llegar a su rostro, el joven espadachín comienza a llorar, y cayendo por su agotamiento la breve tensión desaparece tan lento pero seguro.
El Joven de rodillas y con la cabeza gacha cubriendo su rostro aunque no impidiendo que sus lagrimas lleguen al suelo, quedaría completamente en silencio, pero una breve luz de esperanza aparta a la soledad, sin temor y con fuerza de voluntad Kaizer le ofrece su mano a Kamata para que se logre levantar, junto a él, Megumi se suma y a lo lejos Lucian se aproxima para también ofrecer su anima.
Al ver esta muestra de camaradería Kamata levanta su cara y observa a los tres a quienes continuamente maltrataba y odiaba:
—Porque? Porque me ofrecen su ayuda? Los he odiado desde que… —Kamata
—Eso ya paso, Ni tu ni yo ni nadie puede saber el porqué, pero sé que no debes estar solo — Kaizer
—Intente golpearte… —Kamata
—Lo sé, si pudiera también me golpearía, pero la fuerza de voluntad me ayuda a no hacerlo, tampoco mis dos nuevas amistades — Kaizer
—Pero intente…golpearte…maldecirte — Kamata
—Ya…Ven aquí — Kaizer
Kaizer agarra la mano de Kamata y lo impulsa a levantarse y este rápidamente se para y mira a quienes lo ayudaron, aun con lágrimas en sus ojos pero con un cambio en su mirada, acepta la ayuda y con una leve sonrisa muestra su agradecimiento:
—Mu…muchas gracias, y lo siento mucho a todo —Kamata
—Descuida Hijo, estas cosas pueden pasar, vayan y descansen. Todos pueden descansar y quienes estaban en clases vuelvan — Doncaster
—Iremos a la cafetería… —Megumi
—Pueden ir, solo por unos minutos — Doncaster
Los cuatro jóvenes caminan rumbo a la cafetería para descansar, mientras los profesores Olympico e Hiroshi y el Director Doncaster los observan con entusiasmo:
—Director, que piensa? — Hiroshi
—Ese grupo, a futuro será grande, posiblemente me este adelantando pero quizás en esos cuatro jóvenes estemos viendo el futuro de los Asesinos y a increíblemente poderosos seres humanos — Doncaster
—Usted Cree? —Olympico
—Y ustedes que opinan? — Doncaster
—Son dispar, flojos, incrédulos, buenos, con total seguridad en un futuro sean grandes asesinos, inclusive mucho mejor que nuestra generación —Olympico
—Y Tu Hiroshi? —Doncaster
—Tú ya los conocías de mucho antes no es verdad? Comienzas a apreciarlos — Olympico
—Sí, aunque no debería, es un grupo que tiene sus diferencias, pero presiento que quizás veamos en ellos el amanecer de la generación Dorada de los Asesinos — Hiroshi
Al llegar a la cafetería, los cuatro jóvenes se sientan alrededor de una mesa, y comienzan a conversar y reír, Kamata mostraría una sonrisa olvidando el mal momento, mientras que lo seguiría Kaizer, Megumi y Lucian.
Kamata comenzó a sentir que tiene más en común con sus compañeros de lo que pensaba, no obstante el joven se pone serio y se dirige a sus compañeros:
—Creo que puedo contarles, creo que puedo — Kamata
—Contarnos? Qué? — Lucian
—Mi historia, así entiendan mi vida — Kamata
—Puedes confiar en nosotros — Megumi
—Quedo todo dicho, confía en nosotros — Kamata
—Confianza, es difícil para mí, pero les contare mi historia… — Kamata
Con confianza en su pacho, y determinación, Kamata decide contar su propia historia.
Transcurriría en la tercer luna azul del mes de octubre, aquella que ocurre cada cien años, un niño de forma misteriosa nace, siendo el único nacimiento del pueblo en aquel año.
Sus padres, ambos campesinos del pueblo del norte en las zonas más pobres de aquel territorio asesino, donde la tradición espadachín aun se mantenía de padre a hijo, sus nombres desconocidos, aun así por las tradiciones, aquel niño que nace durante el periodo de la luna azul será reconocido como un error de la naturaleza pues increíblemente esta luna de color distinto impide los nacimientos, pero suceden de manera extraña partos aislados, aquellos que nacen son llamados Demonios.
Cinco años después de su nacimiento Kamata vivía con total paz junto a sus padres.
Su padre todos los días entrenaba a su hijo en el arte de las Katanas, mientras su madre preparaba la comida, a pesar de vivir alejados del gran pueblo, iban por lo general a comprar, sus vecinos eran amables, pero los del gran pueblo sabían la condición de Kamata y continuamente los discriminaban por tener de hijo a un demonio.
Una noche, durante la cena, se comenzaron a escuchar a los caballos rechinar, y cada vez estaban más inquietos, le pidieron a su Hijo que se quede en la casa y cierre todas las ventanas y puertas, tomaron sus picos, palas y antorchas y salieron para revisar que sucedía, mientras el pequeño Kamata los esperaba.
Al llegar a la caballeriza los padres de Kamata se encontrarían con una multitud con antorchas y Katanas.
Los padres de Kamata serian atados, mientras que otro grupo se acerco hasta la casa y comenzó a tirar las antorchas sobre la casa donde se encontraba Kamata, su madre lograría desatarse y correr hacia la casa pero frente a ella una de las mujeres de la multitud la apuñala, y cayendo al suelo quedaría moribunda, su esposo correría junto a ella aun si poder desatarse, pero su suerte seria la misma pues su vecino lo atravesaría por la espalda con una Katana, ambos morirían desangrados observando cómo su casa era quemada y con su hijo muriendo allí, no obstante su destino no sería ese, pues una sombra parecida a la de un ninja saldría de la casa con el niño en brazos, la multitud mira a esta figura tan diabólica, mientras que la mirada les seria devuelta pero con ojos de seriedad y asesinos.
Aquel ninja tendría como nombre Hiroshi el Ninja de la sombras, desde ese día Kamata comenzó a idolatrar al asesino, pero a odiar al resto de las personas llenando su corazón de completo desprecio y desconfianza. Luego del rescate de la posible promesa de asesino, Hiroshi llevaría a Kamata hacia un lugar llamado El Jardín del Desarrollo, donde aquellos niños potenciales comienzan a entrenarse desde temprana edad, allí Kamata no se despegaría de su espada y donde luego de tres años y para sorpresa inclusive de Hiroshi, logro cortar un tronco en rodajas:
—Señor Hiroshi, este tronco esta muerto? — Kamata
—No…Kamata…es el más joven y fuerte que teníamos, pero lo has roto sin esfuerzo — Hiroshi
—Porque? No hice en ningún momento fuerza — Kamata
—No, no es eso, sino que has manifestado tu habilidad especial, y para serte sincero es una habilidad muy poderosa y destructiva si la sabes usar — Hiroshi
—Entonces puedo contar troncos más difíciles de cortar? — Kamata
—No solo eso, si entrenas y dominas tu habilidad inclusive podrías cortar hasta el hierro o hasta el diamante, es una habilidad exclusiva para el combate — Hiroshi
—Entonces seguiré entrenando para ser como tu — Kamata
—No entrenes para ser como yo, sino para ser tu, puedes ser un poderoso asesinos, aprende a confiar en ti y tu habilidad — Hiroshi
Finalmente Kaizer, Megumi y Lucian conocen la historia del porque Kamata opta por una personalidad totalmente diferente:
—Supongo que todos tenemos una historia por detrás que es más que complicada — Lucian
—Pero aun así pudiste superarlo, y además Hiroshi te ayudo — Kaizer
—Sí, le debo la vida, y jamás podría pagárselo, pero es mi deber como espadachín hacerlo —Kamata
—Calma calma Samurái, odiando a todos no te hará llegar a nada — Lucian
—Tiene razón, debes confiar en tu poder pero más aun en las personas, es la mayor fuerza que existe, la confianza en las personas que te han demostrado que si puedes contar con ellas — Kaizer
—Puedes contar con nosotros, no te preocupes no estás solo — Megumi
—Yo…m….muchas gracias — Kamata
—Jóvenes, es hora de las clases Teóricas con Hiroshi — Doncaster
Luego del aviso los cuatro jóvenes se levantan y caminan hacia su Salón para la clase, mientras Lucian y Kaizer se empujan y Megumi ríe por sus travesuras, detrás Kamata sonríe y su mirada poco a poco comenzaría a abandonar su soledad y siente por fin lo que es tener compañeros.