บท 230: 27
Al salir del trabajo, busqué a los niños a la escuela y nos fuimos a la casa. No sé a qué hora venga Akira y quiero estén listos cuando eso pase. Me pregunto ¿cómo van a reaccionar? Estoy algo nerviosa y ansiosa. Luego de ayudarlos a bañar y estudiar con ellos, me fui a bañar también. Ya había caído la noche y Akira no había llegado. Quizás se olvidó o le surgió algo en el trabajo. Dieron las ocho y fue cuando llegó. Escuché el toque en la puerta, pero fue Lin abrir.
—¿Papá?
—Tanto tiempo, campeón. ¿Cómo está todo?—lin se quedó frio, pero aún así lo saludó.
—¿Te gusta?— vino con varios regalos para los niños. Kaori al verlo corrió hacia él.
—¡Papá!— Akira la cogió en sus brazos y ella estaba llorando.
—¿Papá no se va a volver ir?— preguntó Kaori.
—¿Dónde estabas, papá?— preguntó Lin.
—En un viaje de negocios.
—¿Por tres meses?— Akira sonrió ante la pregunta de Lin.
—Si, por tres meses— no sé porque al verlo sonreír, sentí un escalofrío. No puedo dejarlo solo con Lin —. ¿Has cuidado de tu mami mientras no estuve?
—Sí, papá.
—Buen chico— le acarició la cabeza como siempre hacía, aún así no me da ningún tipo de confianza —. ¿Me extrañaste mucho, princesa?
—Sí, papá. ¿Te vas a quedar?
—Tendrías que preguntarle a tu mami— Akira me miró fijamente y Kaori también, no había pensado en eso.
—¿Está todo bien, mamá?— preguntó Lin.
—Sí, Lin — sonreí como si nada estuviera pasando—. Y sí Kaori, papá se va a quedar. Si no tiene trabajo que hacer, ¿Cierto, Akira?— le pregunté, esperando que diera una excusa o algo parecido.
—No, no tengo trabajo esta noche— ¡maldito idiota!
—¿Por qué no has saludado a papá? Siempre lo hacen— preguntó Kaori.
—Lo mismo me pregunto, princesa. ¿Mamá está molesta?— preguntó Akira con una sonrisa maliciosa.
—¿Estás molesta con papá?
—Claro que no, Kaori — me puse muy nerviosa por su pregunta. No puedo dejar que Kaori se dé cuenta de lo que está pasando.
Caminé hacia Akira y busqué besarlo en su mejilla para que Kaori pensara que lo saludé como siempre, pero Akira giró su cara y lo besé sin querer en la boca.
—¿Así que ibas hacer trampa? Mamá mala — dijo en un tono bajo para que solo yo pudiera escucharlo y sonrió maliciosamente.
Caminé al sillón y me senté, mientras que Akira se quedó con los niños jugando un rato. Los miré de lejos, hasta que llegó la hora de acostarlos.
—Ya es hora de acostarse, mañana tienen escuela.
—¿Te vas a quedar, papá?
—Sí, princesa.
—¿Podrías llevarme a la escuela mañana?
—Claro, princesa. Váyanse a dormir los dos. Descansen. Los amo con toda mi alma.
—Te amo, papá— ambos se despidieron de Akira y de mi, para irse a su cuarto.
Me fui al cuarto con Akira. Esto es una mala idea, pero tengo que seguir actuando, al menos frente a ellos.
—¿No pudiste conseguir uno mejor?— preguntó Akira, refiriéndose al apartamento.
—Es cómodo y estamos bien, no nos hace falta nada.
—¿Seguro que no te hace falta nada?— quise evadir el tema.
—Cuando los niños se duerman, quiero que te vayas.
—¿No vas a cumplir con lo que pidió Kaori? ¿Tanto te cuesta compartir la cama conmigo?
—No es que me cueste, es que no quiero.
—¿Ya alguien más durmió en esta cama e hicieron cosas indecentes?
—¿Qué tipo de pregunta es esa?
—Curiosidad.
—No es tu problema — quise dejarlo con la duda.
—¿Así que no me dirás?
—¿Cuántas han dormido en la cama donde dormíamos?
—Ninguna.
—¿Y en el casino o Hotel?
—Unas cuantas— ¿y lo dice como si nada? ¡Maldito imbécil!
—Ya veo— sonreí como si no me hubiera dolido —. Voy a dormir, mañana trabajo — me acosté en la cama y me cubrí con la sabana.
—¿Puedo usar tu ducha?— preguntó.
—Sí — respondí, y se fue a la ducha.
Me quedé en la cama acostada. Sentía ganas de llorar, pero quise controlarme. Ya él y yo no estamos juntos, no tiene que ser fiel a mi. No tengo razón para molestarme, pero aún así, me duele.
Cuando Akira salió del baño, aún seguía despierta. No he podido dormir sabiendo que está aquí. Me hice la dormida para evitar conversación alguna.
—¿Estabas queriendo espiar a tu ex esposo desnudo?
—Claro que no, idiota— quité la sabana para enfrentarlo y mostrar seguridad.
—¿Estabas fingiendo estar dormida?— alzó una ceja y volví a cubrirme con la sabana al ver que estaba realmente desnudo. ¿Por qué tengo que estar en esta situación?
—Ponte algo de ropa, idiota— Akira se metió a la cama.
—Y si no quiero, ¿Qué pasaría?— metió su mano por debajo de la sabana, hasta acariciar mis muslos.
—¿Qué estás haciendo, imbécil?
—¿No es obvio? Quiero a mi esposa ahora, ¿Hay algún problema?
—Ya no soy tu esposa. ¡Déjame quieta!
—Lamento decirte que aún no he firmado nada que muestre lo contrario, además aún llevas puesto el anillo. ¿Necesitas alguna razón más?
—No voy acostarme contigo, Akira.
—Mhm, tu no decides nada. Yo no estoy de acuerdo con dejarte quieta — acercó su cuerpo a mi espalda. Saber que su cuerpo estaba al desnudo detrás de mí, hizo que me calentará y no fue precisamente mi rostro.
—Si estás tan caliente, ¿Por qué no te das otro baño con agua fría?— le pregunté.
—¿Por qué no lo bajas tu?
—¿Por que no buscas a la otra perra con la que te acuestas para que te ayude?
—Porque a la perra que quiero en este momento, eres tú.
—¿Asi que me vas a tratar así?
—¿No es eso lo que eres?— eso me hizo enojar mucho. No voy a dejar que un idiota como este, me trate así. Quité la sabana y lo empujé a un lado, para subirme sobre él.
—Tu también eres un perro, no debe ser un problema si te uso como lo que eres, ¿O si?— Akira se quedó sorprendido, a lo que una sonrisa maliciosa se reflejó en su rostro.
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