Keita
—Necesito saber que ha pasado con la señorita que entró hace un momento— le pregunté al guardia.
—No puede pasar, señor —respondió.
—Pero al menos díganme si está hablando con ese tal Jefferson.
—No podemos darle esa información, tendrá que esperar aquí hasta que la dama salga.
Maldición. ¿Qué te toma tanto tiempo, lisa?
Lisa
—Quisiera hacer algo por ti, me siento frustrada viéndote de esta manera y no poder hacer nada— besé su mejilla y le sujeté la mano, cuando sentí que la movió—. Akira, aquí estoy. ¿Me escuchas?—no hubo respuesta ni más ningún movimiento—. Akira, si me escuchas mueve tu mano —luego de un tiempo sentí un leve y débil movimiento en su mano—. Mi amor, tienes que recuperarte. Nuestro hijo y yo te estamos esperando —no podía soportar la tristeza al verlo tan débil.
Jefferson
Abrí la puerta de la oficina del doctor y vi a la madre de Lisa.
—¿Qué hace aquí, señora?
—Mr. Jefferson...—dijo el doctor.
—¿Son pruebas de rutina, señora?—le pregunté.
—Baje la voz, por favor — se puso nerviosa y pude comprender inmediatamente.
—Está haciendo esto por su hija, ¿Verdad?
—Le pido que no diga nada de esto a mi hija. No puedo verla de esta manera, todo lo que quiero es verla feliz. Ya ha pasado por mucho y no quiero más para ella.
—Doctor, hágame las pruebas también a mi— la miré—. Y no se preocupe, no diré nada de esto a su hija. Será un secreto entre usted y yo, le doy mi palabra.
—Grácias, Mr. Jefferson.
—Tan pronto tenga los resultados les informo. Esto puede tardar unas horas — nos informó el doctor.
—Gracias, doctor.
Keita
Mira la maldita hora que es y lisa no sale. Espero no haya hecho ninguna tontería.
—Keita, ¿pasó algo con lisa?— me preguntó Yuji.
—Algo me dice que se fue de aquí. Mira la hora que es y no ha salido. Solo espero que no hayan sido los enemigos de Akira y, que ese tal Mr. Jefferson no sea un traidor.
—¿Es eso posible? — preguntó preocupada.
—Sí, ¿Por qué no intentas entrar y buscarla?
—¿Crees que me dejen pasar?
—No sabrás si no lo intentas.
—Lo intentaré—se ruborizó.
Yuji
—Permiso, ¿será que puedo pasae?
—¿Es la amiga de la otra dama?
—Soy su hermana. Estoy muy preocupada porque aún no ha salido. ¿Será que puedo ir a buscarla, por favor?— le supliqué juntando las manos.
—Deberá salir rápido.
—Grácias — bajé la cabeza y entré.
Me acerqué donde la recepcionista y sonreí.
—Buenas noches, ¿Ha visto una chica que estaba buscando a un hombre llamado Jefferson? Ella entró hace unas horas.
—Sí, ella estaba hablando con Mr. Jefferson, pero ya se fueron. ¿Algo más en lo que le pueda ayudar?
—No, grácias.
Salí del edificio y fui a donde Keita.
—Keita, tal parece que estabas en lo cierto. Lisa se fue con esa persona.
—Maldición, ¿cómo pude dejarla ir?— se veía molesto.
—¿Qué vamos a hacer, Keita?
—¿Y tú qué crees? Buscarla.
—¿Cómo la encontraremos?
—Ya pensaré en un plan. Sube al auto.
L
isa
La puerta la abrieron y era mi madre.
—Mamá, ¿dónde has estado?
—Estaba hablando un poco con Mr. Jefferson, ha sido muy amable.
—Sí, es una buena persona.
—Hija, ¿Te has estado alimentando bien?
—Sí, no te preocupes. El bebé está bien y más ahora que está al lado de su papá.
—Lisa, quiero hablar sobre Akira contigo.
—Mamá, si es por la relación que tengo con él y tu desacuerdo, lo siento no quiero hablar de eso ahora.
—Lisa, ¿Tú eres feliz al lado de él?
—Sí, ahora más que nunca.
—¿Crees que es el hombre indicado?
—Es a quién amo y es la persona con la que voy a tener un hijo, ¿no es suficiente razón?
—Lisa, ahora más que nunca quiero decirte esto; sé que han pasado muchas cosas, que tienes la presión de todo en tus hombros. Quiero decirte que cuentas con mi apoyo. Hace unos días no estaba de acuerdo en esta relación, pero con todo lo que ha pasado, quiero que sepas que acepto tu relación con Akira y que si todo sale bien con su salud, los voy a apoyar por el resto de mi vida. Todo lo que quiero es que los tres sean felices, ¿Lo entiendes? Este bebé necesita a su mamá y a su papá juntos. Estoy segura que serás una buena madre y que Akira pondrá de su parte para ser el mejor padre, le conviene. He tenido tiempo de reflexionar y de nada vale que me interponga. El amor de ustedes es muy fuerte y tú felicidad y la de ese bebé cuenta por encima de todo— me abrazó fuertemente.
Jamás pensé que ella aceptaría está relación. Esas palabras eran las que quería escuchar de ella. No sabe lo feliz que me hace. ¿Cuánto quisiera que Akira pudiera escuchar esto?
Keita
Me serví una copa y de la rabia la tiré contra el suelo.
—¿Qué te pasa, Keita? ¿Por qué estás rompiendo eso?— preguntó Yuji.
—Tú sabías sobre eso, ¿Verdad?
—Claro que no, yo no entré con ella.
—Habías venido la noche anterior a ese lugar con ella, ¿Qué te dijo sobre ese tal Jefferson?
—No me dijo nada.
—Creo que debes aprender a mentir mejor— le sujeté el mentón fuertemente.
—Te juro que no me dijo mucho, solo quería buscar a ese señor porque pensó que le ayudaría a saber algo de Akira, no me dijo nada más.
—¿Crees que te voy a creer? Las amigas se cuentan todo, ¿No es así?
—Te juro que no sé nada más. ¿Por qué tanto afán de saber sobre eso?
—Solamente dime lo que quiero saber— la acorralé contra la pared.
— Ya te lo dije, no sé nada más.
—Supongo que tendré que hacerte hablar— saqué el arma y la acerqué a su rostro.
—Keita, ¿qué crees que estás haciendo? Baja esa arma se te puede disparar — su cuerpo estaba temblando.
—No se va a disparar a menos que yo lo decida, así que comienza a cantar lo que sabes.
—No sé nada, Keita.
—Parece que esto no funciona, ¿Por qué no probamos de esta manera?— pasé el arma por sus senos.
—¡Déjame, Keita! Tal parece que es cierto lo que piensa lisa; ¿Acaso tu eres el enemigo?
Esbocé una sonrisa.
—¿Y si es así qué? Creo que sabes demasiado y no creo que pueda dejarte salir de aquí ahora — le di un golpe con la base del arma en la cabeza y cayó de rodillas en el suelo.
—¿Por qué haces esto? — musitó tratando de arrastrarse—. Déjame ir, Keita.
—Todavía no; tú me ayudarás a traer de vuelta a lisa. Mientras tanto, ¿por qué no nos divertimos un rato? — me bajé el cierre del pantalón.