—¿Qué? ¿Acaso ese hombre te hizo algo? ¿Te obligó?— mi mamá entró en pánico.
—No, claro que no. Sé que debe ser difícil escuchar esto luego de todo lo que pasó, pero…— me interrumpió:
—¿Ese hombre te tiene amenazada otra vez o lo estás haciendo para hacerle creer eso? ¿Qué está pasando, lisa? ¿Acaso abusó de ti otra vez?
—No, han pasado muchas cosas luego de que te fuiste.
—¿Abusó de ti? ¿Es por eso?— preguntó en lágrimas.
—No, mamá, todo lo contrario. Akira ha sido una buena persona conmigo. Él ha cambiado.
—¿Cambiar? ¿Crees que un criminal como él puede cambiar? ¡Lisa, reacciona!
—Mamá, créeme cuando te digo que él ha cambiado. No me obligó a nada, todo lo hice por mi cuenta.
—Lisa, tú no estás bien. Necesitas ayuda. ¿Cómo puedes estar embarazada de ese hombre luego de todo lo que te hizo?
—Lo siento, mamá. Entiendo que es difícil para ti entenderlo, pero no llores más. Estoy enamorada de él y no hay nada que lo pueda cambiar. Perdóname por causarte tanto daño, pero lo amo, lo amo y no quiero estar sin él. Vamos a tener una familia ahora.
—Lisa, ¿qué futuro puedes tener con un criminal como ese?
—No sé, pero no lo sabré si no lo intento.
—Esto está mal. Vámonos ahora que puedes, aún estás a tiempo.
—No, mamá. No tengo porqué huir. Créeme cuando te digo que él no me hará más daño. Sé que todo es tan repentino y esta noticia es difícil de entender, pero no puedo cambiar lo que siento, mamá.
Akira llegó a la casa en ese momento. Mi madre se dirigió a él y le dio una bofetada. Él no trató de evitarla.
—¿Qué le hiciste a mi hija, abusador?—Akira bajó la cabeza y dejó que mi mamá lo golpeara en el pecho.
—Mamá, él no me hizo nada. ¡No lo golpees más!— caminé a donde Akira e intenté defenderlo, pero me echó a un lado.
—Señora, lo siento. Entiendo cómo se debe sentir y lo confundida que debe estar en este momento. Quiero pedirle perdón por todo lo que le he hecho a usted y a su hija, pero por favor, permítame tener la oportunidad de enmendar todo lo malo que hice. Yo amo a su hija y sé que no soy el hombre indicado o correcto para ella, de hecho soy lo peor que le pudo haber pasado, pero aún así, la amo y no puedo estar sin ella; y no quiero estar sin ella. La amo a ella tanto como al bebé que estamos esperando. Soy un cobarde, un abusador, un cretino y, muchas cosas más, pero créame que amo a su hija desde el fondo de mi corazón y no voy a dejar que sufra más. No le pido que entienda lo que siento o que considere mis sentimientos, pero quiero pedirle que me dé una oportunidad para hacerla feliz. No se va a arrepentir ni ella ni usted. Le doy mi palabra que no le haré sufrir nunca más, pero por favor, acepte nuestro compromiso—Akira se arrodilló frente a mi madre y puso su cabeza en el suelo.
No podía creer que Akira haya hecho eso. Mi madre aún estaba en llanto. Luego de un rato en silencio mi madre habló:
—Te juro que si le haces más daño a mi hija, yo misma te mataré. No voy a permitir que le hagas más daño del que ya le hicistes. Si quieres a mi hija, deja esas porquerías que haces y demuéstrale a mi nieto y a ella que realmente quieres ser un hombre de familia. Muéstrame ese cambio del que tanto habla mi hija. No puedo decidir en las decisiones que toma mi hija y no estoy de acuerdo en esta relación, pero una madre debe aceptar lo que a su hija le haga feliz. La felicidad de lisa es mi felicidad, es por eso que aunque no quiera aprobarlo, lo haré —Akira se levantó del suelo y sujetó las manos de mi madre.
—No se va a arrepentir, pondré de mi parte para ser un mejor hombre. Tiene mi palabra. No sabe lo feliz que me hace contar con su aprobación. Le demostraré que amo a su hija y que voy a luchar por ganarme su genuina aprobación —Akira lucía agradecido.
—Lisa, si esto escogiste para tu vida no tengo derecho de negarme, pero por favor, cuídate mucho, y si algo te hace este desgraciado dímelo. Le cortaré las manos si te pone un dedo encima o si te hace derramar una lágrima más.
Estaba tan feliz, que no sabía cómo explicarlo. Estaba en llanto, no pude decir otra palabra más. Abracé a mi madre tan fuerte como pude.
—No llores más, mamá, estaré bien. Akira no es tan malo como parece—lo miré, y él desvió la mirada.
—Nos casaremos, es por eso que quería traerte aquí. Entre más pronto mejor.
—Pero ¿Por qué tan pronto?
—Quiero que cuando el bebé nazca, ya estemos casados — respondió Akira.
—¿Ya tienen fecha?—preguntó mi mamá.
—Aún no. Necesitábamos tu aprobación primero. Quería que me acompañaras en ese día tan importante.
—Espero que esta sea una decisión correcta— acarició mi mejilla.
—Sé que lo será, mamá.
Estuvimos sentados hablando los tres sobre los planes de la boda y coordinando un día. Akira permitió que mamá escogiera el lugar para la boda. Hoy iremos a buscar mi vestido y mamá me va a acompañar. Le dije a Akira que se quedara y protestó, pero al ver que mi mamá iría, prefirió quedarse sin resistirse mucho. Akira le tiene mucho respeto a mi madre, es algo que me hace sentir tranquila y feliz.
Fuimos las tres con Keita a la casa del diseñador. Yuji se quedó con mi madre mientras me medía el traje. El traje era muy hermoso, jamás había visto algo así. Al mirarme en el espejo no podía reconocerme. Había visto trajes de novia, pero jamás vi uno así. Luego de que el diseñador arreglara algunos detalles, bajé a mostrarles el traje. Estaba nerviosa, aún más, porque mi mamá estaría ahí para verme.
Al bajar estaba mi madre, Yuji y Keita esperándome. Estaba muy nerviosa y temblorosa. El traje era demasiado voluptuoso y el caminar se me hacía un poco difícil. Bajé poco a poco y todos se quedaron mirándome fijamente y asombrados al verme vestida así. Mamá no paraba de llorar, Yuji estaba igual y Keita estaba mirándome fijamente. Su mirada se me hacía algo incomoda. Todos estaban sin palabras, así que para acabar con el silencio hablé:
—¿Qué les parece?
—Es perfecto, lisa—mi mamá habló casi sin voz de tanto llorar.
—Lisa, te ves hermosa— dijo Yuji.
—Te ves muy bien—Keita desvió la mirada.
—Quiero ver la cara de Akira al verte. Es una obra divina la que he hecho. Quiero tirarte unas fotos con el traje puesto. Vamos a arriba— me dijo el diseñador.
Subimos y tomó muchas fotos, jamás me habían retratado tanto. Estaba súper avergonzada al estar ahí. Luego de la sesión de fotos, nos fuimos. Keita ha estado muy raro últimamente. Ha estado mirándome por el retrovisor. No he querido preguntarle qué sucede, pero su mirada me incomoda de cierta forma. Es como si quisiera decirme algo, pero no se atreve. No diré nada ahora mientras que mi madre esté aquí, pero cuando llegue le preguntaré.
Al llegar, mi madre y Yuji se bajaron. Akira nos estaba esperando en la entrada, así que no podré preguntarle. Será en otra ocasión.
—Keita, quiero hablar contigo.
—Esta bien. Vaya con el Sr. Akira, luego la buscaré.
Me bajé y fui directo a donde Akira.
—¿Cómo te quedó el vestido, my Queen?
—Lo amarás, estoy segura—le dije sonriendo e intentando echarle fiero.
Me agarró por la cintura y me pegó a él.
—Es una pena que en nuestra luna de miel no va a durar mucho puesto— rio.
—Al parecer alguien está pensando en cosas pervertidas desde temprano— burlé.
—¿Quieres que te muestre en lo que estoy pensando?—respondió rápidamente.
Creo que compliqué las cosas, pero con su expresión de burla me es imposible no reírme.