Aurora caminó por el palacio del Rey Demonio Pacífico y frunció el ceño al ser guiada.
No le dieron tiempo para realizar una llamada y pasaron diez minutos desde que ella fue 'detenida' por las autoridades locales y ahora estaba siendo escoltada por un demonio delgado a lo que ella suponía que era la cámara del trono.
Aurora miró de reojo a su hermana y notó que su hermana fruncía el ceño mirando el reloj holográfico.
Probablemente, su hermana no tenía ni idea de lo que iba a suceder y si bien tal falta de conocimiento no daba confianza, ella sonrió y le dio una palmada a su hermana.
"Solo mantengamos la calma." Dijo Aurora en voz baja.
No sabía que era lo que haría el Rey Demonio Pacífico y si bien ellas intervinieron en estas tierras y básicamente fueron por arriba de su autoridad, ella suponía que las consecuencias no iban a ser graves.
Tal vez pagar una suma de dinero o quizás algo más… La verdad era que el Rey Demonio Pacífico no podía hacerle mucho más.
Ambas estaban relacionadas con la Iglesia del Tiempo y el Espacio y como si fuera poco eran fuertes y el Rey Demonio Pacífico era solamente un rango SS, lo que significaba que no trataría de ser extremo.
Que no le quitaran las armas, anillos espaciales y relojes holográficos le dio confianza a Aurora para pensar de tal manera.
Aurora al ver una gran entrada al final del pasillo se puso seria y siguió al guía cuando se abrió la puerta.
Ambas fueron traídas a la ciudad llamada Bursa al noroeste de los Restos de Turquía, y era aquí donde el Rey Demonio Pacífico había creado un castillo, y Aurora al entrar a la sala del trono fue sorprendida.
Cerca de diez pilares estaban en la sala del trono, cinco a cada lado del centro y cada pilar tenía grabados de demonios que parecían escalar a la cima y en lo alto de los pilares como candelabros se encontraban calaveras con cuernos.
Probablemente de los demonios que el Rey Demonio Pacífico había vencido durante la guerra europea-demoniaca.
Al avanzar por el centro, en la parte superior se encontraba una plataforma en la que estaba un gran trono de piedra en donde estaba sentado el Rey Demonio Pacífico.
El demonio media cerca de dos metros, pero era tan musculoso que parecía más grande de lo normal. El cabello corto de color rojo fuego era tan intenso como los ojos del mismo color.
"¡Arrodíllense ante el Rey!"
Aurora, que miraba al gran Rey Demonio por momentos, percibió que él estaba incómodo no en el trono, sino que en la situación en la que se encontraba.
Sin embargo, el demonio delgado que la había detenido habló en voz alta y los seis demonios que lo rodeaban las miraron intensamente.
"¿Disculpa?" Alice dudó en voz alta al escuchar la orden y su expresión cambió sutilmente.
"No tengo mucha experiencia en esto." Murmuró Aurora codeando a su hermana para simplemente obedeciera y ella se arrodilló en calma al estilo de los caballeros.
Ella todavía tenía sus armas y hasta ahora la trataron bien, así que supuso que arrodillarse frente al 'rey' era normal en estas tierras.
Cithrel era de la realeza, pero ella vino como invitada y no obligaba a que las personas se adaptaran a su estilo, sino que ella se adaptó a ellos. No obstante, Aurora y su hermana eran invasoras y ella no quiso causar un mayor problema.
Aurora respiró aliviada al ver que su hermana suspiraba y se arrodillaba a su lado. Alice no estaba molesta o enojada, pero encontraba todo como una farsa sin sentido.
"Su Majestad, ellas dos atacaron a una sucursal de la Sociedad de Asesinos. A pesar de que no somos aliados de ellos, tampoco somos sus enemigos." Dijo el demonio delgado y mirándola a ellas, anunció. "Ambas violaron la soberanía de nuestra nación y actuaron por su cuenta sin consultar con nosotros o informarnos."
Soberanía… A pesar de que la nación de Turquía se había derrumbado, los 'Restos de Turquía' quedaron y en este punto ellos eran considerados como una nación.
Una en donde el Rey Demonio Pacífico gobernaba y una nación donde los demonios podían vivir junto a las personas que perdieron todo.
También era una nación reconocida y por ende que dos individuos poderosos se movieran por sus cuentas y no informaran sobre las acciones era un grave problema a la soberanía de esta nación.
Básicamente era política.
"Como una nación forjada en…"
"Suficiente Azal." Intervino el Rey Demonio Pacífico y viendo que el demonio delgado se callaba, las miró a ellas dos.
Aurora pudo percibir la extrañeza de la mirada del demonio y si bien antes supuso que él no sabía nada de la cooperación que Alice llevaba con Mercurio, ahora se sintió confundida, ya que sintió lo contrario.
Él sabía quiénes eran y por la mirada que le daba a Alice probablemente estaba al tanto de la cooperación que el líder del gremio Los Caídos tenía con ella.
Sería lo más normal que supiera en qué andaba su aliado y 'Mercurio' en estas tierras era un aliado, así como un individuo extremadamente influyente.
"He escuchado las noticias de Zerzura y no estoy seguro si esto tiene algo que ver con lo sucedido. Es más, no preguntaré." Dijo el Rey Demonio Pacífico y levantándose de su trono, anunció. "Sin embargo, criticaré su imprudencia y su falta de control. No pueden venir a mis tierras a hacer lo que deseen sin avisar."
Aurora al levantar la cabeza parpadeó y si bien la expresión de ese demonio era solemne y su voz poderosa, ella no lo sintió como una crítica, sino como un regaño.
¿Los otros lo sintieron? Los demás demonios también le dieron una mirada a su rey.
No, Aurora al recibir la mirada de ese demonio vio que la queja no era porque vinieran a sus tierras, fue porque no avisaran.
"Vuelvan. Es probable que todavía tengan asuntos que atender." Dijo el Rey Demonio agitando su mano para despedirlas.
Aurora en este punto se dio cuenta de la situación. No era que el Rey Demonio Pacífico no estuviera al tanto de la cooperación que Hermes tenía con Alice, solamente no estaba informado de todo lo que sucedía.
No obstante, seguía estando de su lado.
"Gracias por su amabilidad." Respondió Aurora al levantarse.
"Envíenlas a la iglesia." Ordenó el Rey Demonio Pacífico al volver a sentarse.
Aurora miró a su hermana y ambas salieron y apenas cruzaron la puerta, vieron a Hermes que llegaba apresurado.
"Tarde." Murmuró Alice frunciendo el ceño con molestia.
A pesar de que Aurora todavía seguía enojada y tensa por lo que había sucedido en Zerzura, ella al ver como su hermana miraba a Hermes con enojo, le sacó una ligera sonrisa y le dio palmadas a su hermana para que se fueran.
"Agradécele al rey por su amabilidad." Pidió Aurora y viendo que Alice intercambiaba miradas con Hermes, ella también notó como la oscuridad bajo los pies de su hermana se dividía y una parte iba hacia ese hombre.
Ambas se retiraron luego de eso.
No hablaron aquí, ya que todavía el demonio delgado que el rey llamó Azal estaba cerca y ese individuo las guio a una sala con varios magos demoniacos esperando.
Aurora entró al círculo mágico con su hermana y ambas fueron movidas espacialmente a la entrada de la iglesia en Estambul y ellas, al entrar al edificio, se dirigieron al portal de la iglesia.
La ciudad de Zerzura estaba en una alarma máxima y solamente los portales de la iglesia funcionaban, lo que significaba que enviarla espacialmente por otro medio iba a ser problemático.
"Le pediré al idiota que interrogue al asesino." Dijo Alice con seriedad.
¿La oscuridad que se había dividido fue para dejarle al asesino? Mercurio era un mago mental de alto rango y probablemente descubriría todos los secretos, incluso más allá del pasado.
Sin embargo, Aurora al llegar al portal no respondió y solamente cuando los sacerdotes las dejaron solas miró a su hermana.
"Él y el Rey parecen confiable, pero… ¿Lo son su gente?" Dudó Aurora y viendo que su hermana le prestaba atención, murmuró. "Atacamos la guarida de los asesinos y momentos después llegó el rey demonio. No sé qué utilizaron, pero que llegara allí significa que fue atraído con algo importante o alguien entre su gente logró que fuera."
Aurora suspiró.
La ira no disminuía y el rencor tampoco, pero en este momento estaba más tranquila. Lo suficiente para reflexionar sobre sus planes y ver más allá del deseo de venganza.
Su cuñada le dijo que aquellos que la veían como un rival en la carrera a la necesidad no se detendrían y el asesino que capturó confirmó ese hecho.
Aquellos que iban detrás de ella no se detendrían y harían lo que fuera para asesinarla y si no podían matarla, la quebrarían y romperían de tal manera que ella no tuviera la voluntad para enfrentarlos.
Ella quería interrogar al asesino para perseguir a ese individuo que había estado yendo en su contra y que había cooperado con el tirador, pero no podía hacerlo. No en este momento.
"Ellos tienen gente entre nosotros, Alice. Lo tuvieron en Zerzura y probablemente sea lo mismo en estas tierras y con el Rey Demonio o con Mercurio." Dijo Aurora y mirando a su hermana, declaró. "No podemos enfrentarnos a enemigos externos cuando desconocemos los internos."
Aurora todavía no podía sacar de su cabeza la idea de que los terroristas tuvieron ayuda interna.
Si no se utilizó el bajo mundo, entonces recibieron ayuda de alguien dentro de la ciudad. Incluso si no fue para entrar, probablemente fue para preparar los escondites, para planear el ataque terrorista y evitar las cámaras de Atenea.
Que seis explosiones sucedieran fue la muestra de que aquellos que estaban detrás de todo se prepararon bien para causar daño.
Y hoy, con el Rey Demonio Pacífico, siendo atraído a la sociedad de asesinos luego de que ellas atacaran, le mostró que Zerzura no era el único que podía tener miembros que iba en contra de ellas.
"Lo entiendo. Le recomendaré que se deshagan de los insectos." Respondió Alice y utilizando su reloj holográfico, titubeó un momento y al final la miró. "No podemos seguir de esta forma. Incluso si encontramos los enemigos internos no sabemos quiénes son los culpables."
Aurora frunció el ceño y a pesar de que odiaba la idea tenía que estar de acuerdo con Alice.
¿Quién demonios eran los que la atacaban? El asesino nombró a aquel que era un colega de alto rango en la Sociedad de Asesinos y que probablemente era el mismo que motivó al tirador, pero también hizo referencia a alguien más, lo que significaba que ella confirmó que era más de una persona que iba detrás de ella.
¿Cuántas personas de ese grupo la querían asesinar y cuantas de ellas estaban cooperando? No conocía quienes eran, ni la influencia o las personas que ellos controlaban o podían ordenar.
Prácticamente, estaban a ciegas, aun así…
"Tendremos que seguir investigando hasta agotar todas las pistas y encontrar a uno de ellos." Respondió Aurora sin estar segura.
"¿Y si ese asesino no tiene la información de los demás? Volveremos a empezar una y otra vez." Replicó Alice con una expresión seria y viéndola, comentó. "Tenemos que movernos de tal manera que logremos encontrar algo más que pequeñas pistas."
Aurora lo sabía.
Por supuesto que entendía que estaba siguiendo pequeñas pistas y lo que encontraba como resultado eran migajas. Hoy vino por un alto mando y al capturarlo, no le dio nombres o ubicaciones, sino que pequeñas pistas que ella no tenía formas de seguirlas.
Los oponentes que ella se enfrentaba eran diferentes a cualquier otro que hubiera enfrentado y eran más escurridizos que cualquiera, incluso los sectarios. Al menos estos últimos tenían creyentes que declaraban su fe a todos, pero aquí no tenían nada.
Aurora miró a su hermana detenidamente.
"¿Tienes un plan?" Preguntó.
Alice dio su idea no en forma de crítica, sino que dejando en claro un hecho y en ese hecho daba a entender que ella tenía en mente algo más.
La expresión de Alice cambió sutilmente y suspiró.
"Solo algunas ideas." Respondió Alice sin querer detallar.
"Cuando aclares tus ideas y tengas un plan. Estoy dispuesta a escuchar." Respondió Aurora mientras activaba el portal.
En este punto cualquier idea o plan que le diera lo recibiría con los brazos abiertos.
El espacio se distorsionó en el viaje espacio y tomó varios minutos hasta que los alrededores cambiaron y ambas llegaron al sótano de la iglesia en donde se activó el portal.
Aurora caminó viendo a los paladines y sacerdotes que llegaban o se iban en el viaje y ella al chequear su reloj holográfico vio decenas de mensajes y cuando estaba por ver como respondía, Alice la detuvo.
"Érica está aquí." Dijo Alice y señalando hacia arriba, reveló. "Parece que está esperándonos."
Aurora frunció el ceño y le dio un asentimiento a su hermana que la tragó en la oscuridad y al segundo siguiente salieron en un pasillo.
"¿Todavía Aurora y Alice no han llegado? ¡Solo quiero hablar con ellas!"
La voz de Érica vino desde la habitación de este pasillo y apenas ellas revelaron sus presencias, la puerta se abrió y Érica salió.
"¿Quiénes fueron los que atacaron?" Cuestionó Érica mientras apenas contenía su presencia.
El aire se congeló al igual que el suelo y las paredes y Aurora vio la frialdad y la sed de sangre en los ojos de Érica. Iba más allá de la idea de ayudarlas a ella y los ojos estaban rojos de la ira.
Aurora se dio cuenta de la mirada de Érica y vio el deseo de venganza en ella, similar a lo que ella una vez tuvo.
"Quien fu…"
Aurora, al ver como Érica temblaba por la intensidad de las emociones, la abrazó y su abrazo sorprendió a su amiga, que tragó con dificultad.
"¿Quiénes fueron? Ellos asesinaron a Lewa… Ellos dejaron a Ashanti sin su madre…" La voz de Érica se quebró por segundos, pero al instante la frialdad aumentó y la temperatura disminuyó. "Voy a matarlos a todos."
Lewa, la esposa de Okello y madre de Ashanti... ¿Ella había sido una de las víctimas?
Aurora se quedó tiesa al darse cuenta de que no había visto los nombres y a pesar de que había visto los números de fallecidos y heridos, no había mirado más.
¿Desde cuándo se había acostumbrado a ver números en vez de personas?
Aurora dejó de pensar en ello y recibió la mirada de Érica, sintió la sed de sangre y la frialdad de ella y supo que Érica estaba hablando en serio y que no iba a retroceder.
La entendía bien, pero al igual que ella se equivocó al ver a las víctimas como números, Érica estaba cometiendo un error.
"¿Has venido a nosotros primero?" Preguntó Aurora y viendo que Érica asentía, recomendó. "Las investigaciones continúan, pero por el momento es mejor que vuelvas."
La expresión de Érica cambió y la ira se mostró, pero Aurora continuo.
"La venganza puede esperar. Hay personas que te necesitan ahora." Dijo Aurora.
Aurora cuando perdió a personas que conocía se dejó llevar por la ira y el rencor y empezó un camino de venganza. Ella no quería que Érica se detuviera en la venganza, no era nadie para quitarle la venganza que ella buscaba, pero si quería que reflexionara por un segundo sobre las prioridades.
"Ashanti y Okello necesitan alguien a su lado." Murmuró Aurora en voz baja.
Hace años ella también perdió personas que conocía y en ese momento no fue la única quien los perdió. Amber pasó sola por momentos difíciles y si algo de lo que Aurora se había lamentado era que no estuvo con ella en ese momento.
La venganza podía esperar, pero los seres queridos no.
Érica abrió la boca y Aurora vio el miedo en los ojos de ella. Dejarse llevar por la venganza era fácil, muy diferente a tener que lidiar con todas esas emociones y ni hablar de ser el pilar de otro.
"En este momento te necesitan, Érica. A veces puede ser duro enfrentarte a ellos sin saber qué decir o hacer, pero te arrepentirás si no estás a su lado." Murmuró Aurora en voz baja.
¿Qué hubiera pasado si Amber no hubiera sido tan fuerte de voluntad? Aurora había escuchado las canciones y algunas de ellas mostraron que su amiga había estado muy mal.
"Yo… Lo entiendo." Respondió Érica y respiró hondo para controlar sus emociones.
"Le pediré a alguien de la iglesia que te lleve. Te mantendré informada de lo demás." Dijo Aurora y luego de guiarla la dejó con una sacerdotisa.
Como toda la ciudad estaba en un toque de queda temporal, únicamente las autoridades se podían mover. Probablemente, Érica había llegado usando el portal de su casa.
Aurora al dejarla con la sacerdotisa la vio irse y suspiró al recibir la mirada de su hermana.
"Mataremos a todos esos bastardos." Murmuró sin contener su ira.
"Lo haremos." Respondió Alice en voz baja.
Muchas personas fallecieron por los ataques terroristas y ella estaba furiosa, ya que las bombas que utilizaron había creado un fuego negro que quemó a las víctimas, pero también corrompió a las personas y sus almas.
Lo que significó que ellos no pudieron ser revividos y aquel que había preparado el ataque lo planeó de tal manera sabiendo que la iglesia tenía la capacidad de revivir personas.
******
Érica viajó en el auto que conducía una sacerdotisa y ella contempló la calle de los suburbios.
Nadie salía y los pocos que lo hacían eran miembros de las autoridades y las personas desde sus casas miraban por la ventana.
Los drones volaban por el cielo, al igual que varias bestias mágicas y las autoridades en general que exploraban toda el área en una vigilancia recurrente.
El encierro total fue por precaución de las autoridades, pero probablemente no duraría mucho tiempo.
Ella, al mirar las casas y darse cuenta de que estaba cerca de la casa de Ashanti se miró las manos y se dio cuenta de que estaba temblando.
Su mente estaba pensando en quienes fueron los bastardos que atacaron y estaba furiosa, pero Aurora tenía razón… No era momento de la venganza, no cuando Ashanti había perdido a su madre y Okello a su esposa.
Ellos habían perdido a Lewa… Érica se mordió los labios y respiró hondo para controlar sus emociones.
Aurora no lo dijo, pero lo dio a entender. Ashanti y Okello necesitaban a alguien para que estuviera con ellos, pero más importante que todo necesitaban alguien fuerte para todo lo que estaba sucediendo.
La fuerza esta vez no era física o mágica, era emocional y Érica estaba temblando porque incluso ella no se sentía apta para poder consolarlos y tenía miedo, por tal razón fue en busca de Aurora y Alice apenas pudo venir a la ciudad.
Queriendo ir por el camino fácil de la venganza.
"Ya llegamos."
Ella reaccionó por el aviso de la sacerdotisa y Érica se giró hacia la casa de Ashanti y Okello y bajó del auto como tantas veces antes.
No agradeció a la sacerdotisa, ya que su mente quedo en blanco y ella caminó hacia la entrada y antes de tocar la puerta esta fue abierta por Ashanti cuyos ojos estaban lagrimosos.
A Érica le vinieron miles de pensamientos a la mente. Sobre qué decir, sobre qué hacer, pero al ver a Ashanti llorando abrió los brazos de la misma manera que lo hizo Aurora al verla y abrazó a pequeña.
Luego ambas lloraron.
******
Hermes caminó por la sala del trono y se dirigió al frente de la plataforma donde estaba el Rey Demonio Pacífico.
"Arrodíllate ante…"
"Por favor cierra la boca."
El demonio delgado y con un cuerno estuvo por ordenarle que se arrodillara delante del rey, pero él hizo su pedido y el demonio se tocó la boca y la garganta al darse cuenta de que no podía hablar.
"¿Puedo hablar un momento con su rey?" Preguntó Hermes. En este momento estaba usando su máscara de 'Mercurio', pero la identidad no tenía importancia.
Lo que importaba era el poder y la autoridad y los demonios se quedaron tiesos al ser controlados y caminaron a la salida olvidando lo que acababa de suceder.
El Rey Demonio Pacífico se levantó de su trono y los músculos se tensaron, pero el poderoso e indomable demonio se hizo a un lado para dejarle el trono y él soltó un bufido.
"¿Qué acababa de suceder Venmurd?" Preguntó Hermes sin sentarse al trono y viendo que el demonio caía de rodillas, cuestionó. "¿Por qué llegaste a la sede de los asesinos?"
El demonio se arrodilló bajando la cabeza y él pudo oler el miedo y el temor, incluso cuando el gran demonio levantó la cabeza para responder, esquivó sus ojos como un niño asustado.
"Yo estuve investigando. Al parecer el líder de los asesinos sobornó a varios de nuestra gente para enviar la señal a mí. Yo pensé que alguien de alto rango estaba causando estragos en nuestras tierras." El demonio respondió mirándolo seriamente, pero incluso en ese momento su mirada temblaba.
Él lo ignoró y se sentó en el trono utilizando el reloj holográfico y leyendo de vuelta el mensaje de Alice sobre los insectos.
Luego pasó a las noticias de Zerzura y vio como ellos estaban en primera plana de cada diario, revista o en las noticias mundiales. Desde hace años que no sucedía un ataque terrorista de esta escala y quienes lo hicieron estaban dementes.
No por realizar una masacre, sino que por agitar un avispero tan peligroso como Zerzura.
Al terminar de leer los mensajes, él miró de reojo a Venmurd que seguía arrodillado y acarició el trono.
"Dices nuestra gente, pero no soy yo quien tiene un trono y ellos no estaban bajo mi control." Dijo Hermes y mirando al demonio, comentó. "Venmurd te di un trono, un reino y hasta te conseguí una esposa. Lo único que quería de ti es que seas la imagen de liderazgo que se necesita en esta tierra y que puedas controlar a los caóticos demonios que pululan por el mundo."
"Lo siento…"
"¿Solamente dirás lo siento?" Cuestionó al escuchar la respuesta y viendo que el demonio tragaba con dificultad, recordó el comentario de la hermana de Alice y soltó un bufido. "Te perdonaré esta vez porque fuiste amable… Aunque a mí me parece que fuiste un idiota."
El demonio dejó de arrodillarse y bajó la cabeza hasta el piso golpeando con su frente el suelo.
"Me aseguraré de no volver a cometer un error." Dijo Venmurd y levantando la cabeza para mirarlo, agregó. "Y me encargaré de encontrar a aquellos que aceptaron los sobornos. Prometo que controlaré a mi gente."
Hermes lo miró y sacándose la máscara con indiferencia. Por ahora necesitaba un títere, pero él se preguntaba hasta cuando lo necesitaría.
Aquellos que iban detrás de Aurora se estaban mostrando agresivamente y era cuestión de tiempo hasta que cometieran un error, pero incluso con uno o dos errores, aquellos verdaderamente inteligentes seguirían ocultos en las sombras.
Una prueba era el asesino que Alice le dejó antes de irse, que prácticamente no sabía nada de su colega y de quienes visitaron sus tierras.
Para descubrir más información necesitaban hacer una jugada que les diera la oportunidad a ellos de descubrir más que simples pistas.
Sin embargo, esa tarea y las decisiones les pertenecían a las dos hermanas y lo único que él debía hacer era seguir las órdenes de Alice y esperar a que necesitaran alguien como él.
Y él estaba seguro de que algún día Alice necesitaría alguien como él… Después de todo, algunas veces se necesitaba un villano que asumiera la culpa de todo y si la situación iba como ahora, las hermanas causarían muchos estragos.
Les aviso que ya no se subirán capítulos de la historia paralela hasta el final del volumen. Que serán cerca de 25 capítulos. Esta vez es un número definitivo.
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