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14.91% The Guardian [Spanish/Español] / Chapter 146: La información era valiosa.

บท 146: La información era valiosa.

En una sala en un barrio residencial en Zerzura, Érica estaba sonriendo de modo brillante al ver a una pequeña al frente de ella.

"Eres muy bonita Ashanti, ¿lo sabías?" Preguntó Érica y sin esperar respuesta abrazo a la pequeña.

La pequeña en vez de sentirse incómoda devolvió el abrazo mientras frotaba sus mejillas con ella.

Érica no pudo evitar estar feliz por su agradable abrazo y la abrazó con un mayor cariño.

Si alguien que la conociera la viera abrazando a Ashanti de forma tan animada y entusiasta, sin duda se sorprenderían.

La misma Érica sabía de eso, ya que se había dado cuenta de su apariencia a los ojos de otras personas era altiva y ligeramente arrogante.

No era como si lo intentara cambiar, a ella no le importaba lo que pensaran, aunque no iba a negar que probablemente sorprendería a sus compañeros por su actitud.

¿Pero cómo podía evitarlo?

¡Ashanti era adorable!

"¿Te gustan mis regalos?" Preguntó Érica dejando que la pequeña Ashanti escapara de su abrazo.

La pequeña asintió una y otra vez con una expresión emocionada, lo que hizo que Érica se riera para sí misma.

De vez en cuando llamaba a Ashanti, la hija de Okello y Lewa, ya que esa adorable pequeña le gustaba hablar y llamarla.

Por tal razón, ahora que estaba en áfrica Érica se tomó un tiempo de todas sus misiones diarias para realizar una visita a la familia que la recibió con los brazos abiertos.

"Muéstrale tus notas, Ashanti." Aconsejó Lewa con una sonrisa y los ojos de la pequeña brillaron con entusiasmo.

Ella salió corriendo a su dormitorio y en unos minutos trajo sus notas de este corto periodo de tiempo.

Eran algunas pruebas y exámenes todos con detalles y descripciones de 'excelentes', 'muy buen trabajo' y 'diez'.

"Oh, sabía que serías una gran estudiante." Anunció Érica orgullosa logrando que la pequeña se avergonzara y señalando a los juguetes, comentó. "¡Creo que te mereces todos mis regalos!"

"¿Si?" Preguntó la pequeña muy animada y en vez de dirigirse a los juguetes, observó a su madre.

Lewa dio una suave sonrisa y asintió.

"¡Gracias!"

Con un agradecimiento tierno y un rápido abrazó, ella empezó a correr a donde estaban todos los juguetes.

Como Érica y los demás ya había recibido el pago de Akira, que sorprendentemente fue bastante jugoso incluso cuando hubo bastante participantes, ahora podía gastar dinero sin pedir a su familia.

Los sapos de la isla fueron numerosos y los materiales que podían conseguirse eran caros.

Las glándulas de veneno de algunos sapos venenosos y otros órganos eran valiosos y útiles para la alquimia, llevando a que se pudiera sacar un buen beneficio de la venta.

Y con ese pago, Érica compró varios regalos para Ashanti.

Desde un reloj holográfico, un gran oso de peluche y otros juguetes muy variados, junto a un anillo espacial para guardarlos a todos.

¿Exagero?

Mirando la sonrisa de la pequeña, Érica sabía que no había exagerado.

Es más, sintió que esto fue poco.

"Gracias." Dijo Érica al recibir la taza de té que Lewa le trajo.

"No, gracias a ti. Es difícil pasar de un lugar a otro de forma tan repentina. Me gustaría, decir que los niños se adaptan rápidos, pero incluso ellos tienen sus problemas." Dijo Lewa dando una media sonrisa y mirando a Érica, reveló. "Tu visita es muy bien recibida."

Érica pudo ver que no solo era difícil adaptarse para la pequeña Ashanti, sino que la misma Lewa tenía sus propios problemas.

Como disfrutaba de su compañía ambas empezaron a charlar durante un largo rato.

Sobre Okello que no estaba presente debido a su entrenamiento en el ejército o los demás refugiados que ya se dirigieron a otras áreas, la conversación fue variada.

En la escuela, Ashanti era muy bien tratada y los profesores buscaban enseñarle por medio de programas educativos que se adaptara a su conocimiento personal.

Okello, por otra parte, estaba siendo entrenado por el ejército y los militares buscaban que él mostrara todo su potencial, tratando de desarrollar su habilidad innata al máximo.

Érica habló de su tiempo en la academia, como estaba deseando unirse al torneo internacional y como ya se había registrado para tomar un puesto.

Si bien no se inscribió en el torneo académico, se le dio permiso para retar a alguien por un puesto el torneo internacional, lo que fue agradable.

Al final ambas compartieron sus pensamientos y preocupaciones sobre los Portales Abismales y como la Ciudad Zerzura enfrentaba el temor y el pánico.

La ciudad utilizaba todos los canales posibles para traer canales.

Las autoridades enviaban expertos a los canales de televisión locales, a las escuelas para que respondieran dudas e incluso la policía y la iglesia calmaba el pánico con distintas conferencias y comunicados.

Al ser una ciudad prácticamente fundada por la Empresa Apicius, sus conexiones estaban en la mayoría de las empresas locales y aquellas que se asentaron en la zona.

Eso significaba que eran bastante estrictos con los que los medios de comunicación informaban tratando de que no inculcaran el pánico.

Era extraño debido a que varios de esos medios de comunicación tenían sus choques con la Empresa Apicius, ya fuera por la organización o la idea de que la empresa únicamente buscaba beneficios, siendo varias de esos medios los principales críticos.

Criticas que a pesar de sus conexiones la empresa no detuvo.

Eso no significaba que extendieran el pánico a causa de rencor empresarial.

La Empresa Apicius era una organización aparte que la Ciudad Zerzura.

Todas las empresas se tomaban esa división muy directamente, por el hecho de que nadie deseaba ponerse en contra a una ciudad que tenía el apoyo de la Iglesia del Tiempo y el Espacio y el ejército.

Ni hablar del apoyo ciudadano que tenía la Ciudad Zerzura.

La ciudad no era tan antigua y la mayoría de los ciudadanos seguía confiando en la ciudad que les brindó un hogar y si bien el número de extranjeros era alto, los antiguos ciudadanos que estaban desde el inicio tenían una confianza incuestionable.

El camino que la ciudad tuvo que atravesar para alcanzar el nivel que tenía actualmente no fue fácil.

Fue un camino empinado, rocoso y escapado, que estaba rodeado de peligros

Y para una ciudad que se enfrentó a Señores de la Guerra, oleadas de bestias u hordas, los ciudadanos tenían el temple suficiente como para enfrentarse a los Portales Abismales por más misteriosos que fueran.

No era la única ciudad que tenía la confianza del pueblo y había otras naciones cuya confianza en los gobernantes o autoridades eran altas.

A veces hasta poniendo la confianza en personas de alto rango y había que elogiar a cada uno de esos lugares, ya que en otros sitios había pánico.

Tal vez el número de esas personas que hablaban del fin del mundo era bajo, no obstante, existían.

Tras charlar hasta la noche, Érica abandonó la casa luego de abrazar a la pequeña Ashanti durante un periodo que no era bastante corto.

Érica había dejado su número en el reloj holográfico nuevo de Ashanti para que la llamara cuando lo necesitara y dejó sus saludos para Okello.

Entonces volvió a la sede del grupo de mercenario de Aurora.

Para Érica era agradable venir a visitar la familia de Okello, por el hecho de que ellos eran cariñosos y Lewa la recibía con los brazos abiertos.

A pesar de que estaba en contacto con ellos, Érica no podía visitarlos a causa de su ajetreado estudio.

Érica no había dejado su entrenamiento de lado y su estudio de diferentes hechizos tomaba la mayor parte de su tiempo libre.

Sin embargo, ella no se quejaba y menos cuando estaba aumentando su repertorio de hechizos.

Tras bajar del taxi que la trajo, llegó al edificio y al entrar saludo a los presentes.

"Por cierto, ¿Alice te unirás al torneo internacional?" Preguntó Clémentine con curiosidad.

Érica dirigió su mirada a ambas cuando escuchó esa pregunta y no fue la única, ya que los demás eran iguales.

"Si." Respondió Alice comiendo sus papitas.

"¿En qué sección?" Preguntó Nicole esta vez sin poder resistirse.

Que se uniera al torneo internacional era normal y lo que daba curiosidad era en que categoría entraría.

¿Iba a ir como un rango A o trataría de tomar el único puesto disponible que estaba más arriba? Si era el último caso, entonces significaba que el mejor estudiante iba a tener un rival.

"Como un rango A." Respondió Alice y riéndose entretenida, añadió. "Después de todo, soy oficialmente una mercenaria de rango A y debo seguir las reglas."

Se notaba que estaba divirtiéndose por su propia respuesta.

Alice estaba siguiendo las reglas y la idea de que era necesario que fuera un rango A oficial y si bien algunos podrían considerar la tramposa, otros lo verían como astuta.

Aunque no era tan raro que hiciera eso, cuando literalmente estuvo engañando a la academia durante medio año.

Incluyendo a los profesores quienes le intentaron enseñar.

"Ahora que he ganado tengo que cobrar la cena que me prometieron. Tal vez vaya a un restaurante sudamericano para probar las delicias locales junto a Aurora." Dijo Alice dando una mirada pensante y al ver que todos lo miraban de forma extraña, ella se encogió los hombros y anunció. "Yo no soy la única que oculta su fuerza."

Riéndose divertida, Alice observó de reojo a Érica y viendo que ella temblaba, prestó atención a su bolsa de papitas para continuar comiendo.

"¿Aurora va ir con nosotros?" Preguntó Érica cambiando de tema, desviando la atención de los demás.

Este fin de semana estaba por acabar y todos debían volver a la academia, para comenzar los desafíos y preparativos previos.

Ya estaban los puestos y las personas que ocupaban, así que mientras que los que tenían puestos necesitaban prepararse para aceptar los desafíos, aquellos que deseaban un puesto, necesitaban prepararse para ocuparlo.

Ya todos se había inscripto para retar a sus oponentes, así que ellos volverían a la Ciudad Atlántida en unas horas para descansar y estar listo para comenzar la semana.

"Aurora está en una reunión importante, pero sé ira con nosotros." Informó Cithrel.

Todos asintieron.

******

Javier miró a los presentes que estaban sentados alrededor de una mesa junto a él.

Él era el líder de su propia red de información en la República de África Occidental y si bien no tenía una fuerza considerable o una extensa red, tenía sus propios contactos que le permitía obtener información con bastante rapidez.

La República de África Occidental desde que se formó fue un desastre, así que una red como la suya le permitía encontrar pequeños eventos en esa república que era bastante corrupta.

Los demás que estaban presentes en este lugar eran similares.

Desde algunas ciudades que todavía no habían caído al oeste o al este del continente africano, hasta individuos que estaban en países como Sudáfrica que se mantenían en pie.

Esos eran otros líderes con los que Javier había tenido contacto y otros desconocidos.

Eran alrededor de cinco un número bastante bajo, aunque era diferente cuando se pensaba que detrás de esos líderes se encontraban redes de información con decenas de personas bajo su mando.

No eran criminales, solo comerciaban con la información de todo tipo y de toda clase… Un trabajo como cualquier otro.

Los pasos se escucharon desde el pasillo y un hombre y una mujer entraron a la sala, atrayendo la atención de todos.

Al primero que reconocieron fue al hombre que daba una sonrisa servicial y profesional como un simple subordinado, a pesar de que era un Rango S y un hacker muy reconocido en el bajo mundo.

Sus habilidades para infiltrarse a las diferentes redes de información, robar todo lo esencial e irse sin que nadie se diera cuenta era algo que ellos mismos experimentaron.

Lo más aterrador, era que incluso si querían venganza, enfrentarse a un Rango S no era una broma.

Sin embargo, las miradas se dirigieron a la mujer que estaba acompañando a Liam Hafen.

Delgada y delicada, su cabello negro y sus ojos del mismo color no daba una sensación ominosa o autoritaria, sino que era algo diferente.

Como una joven guapa normal.

"Terminaré esto rápido. Tengo que realizar un viaje." Dijo la mujer mirando a los presentes.

Estaba observando las reacciones de cada uno ante su tono y su expresión.

Sin embargo, nadie se molestó o reaccionó de forma exagerada.

Hizo parecer como si esta reunión fuera insignificante y lo hizo de tal modo porque quería verificar las actitudes y reacciones de ellos.

E incluso si alguien se molestaba con su tono, caería dentro de otra prueba, ya que lo que ella buscaba era dejar en claro que era ella la persona que estaba al mando.

Los rumores decían que la Protectora de Zerzura, Aurora Campbell comenzaba algunas misiones con esa clase de introducción… Y cada uno de los presentes, que consiguieron esa información, se mantuvieron a la espera.

"Como Liam les habrá informado. La promesa de apoyo será concedida, pero tiene que ser de ambos lados." Dijo la joven mujer y mirando a los presentes, anunció. "No ayudaré a alguien que vaya en contra de lo establecido en el trato. No obstante, si daré lo mejor de mí para enfrentarme a sus enemigos cuando ustedes se encuentran en una situación de vida o muerte o cuando se arriesguen a trasmitir información que puede ser vital para mí o Zerzura."

Simple y corto.

En lo establecido en el trato que se le daba mayor importancia eran los 'ideales' de la Protectora de Zerzura, ideales que mantenía la misma Ciudad Zerzura.

Proteger inocentes, ayudar a refugiados y cuidar a las bestias mágicas aliadas.

Había muchos individuos que iban en contra de esos valores y principios.

Los Señores de la Guerra al iniciar sus conflictos territoriales afectaban a inocentes y dañaban inocentes, mientras que a veces mafias, gremios de aventureros o jugadores llevaban a cabo negocios turbios.

Hasta había extranjeros que venían desde lejos para convertirse en cazadores furtivos y atacaban a bestias mágicas que la ciudad Zerzura protegía o con las cuales estaban aliados.

Sin embargo, el punto principal por la que todos estaban presentes y deseaban su promesa, era porque valía la pena.

El Terror Somalí empezó una guerra en contra del Señor de Mombasa y antes de que su conflicto alcanzara el punto álgido, desapareció y ahora todo su reinado lo hizo con él.

Si buscaban información encontrarían que las Protectoras de Zerzura fueron quienes se encargaron de la tarea.

Una vez podía ser causalidad, pero ¿qué sucedía si esas veces se repetían?

Y eso es lo que había sucedido durante varios años desde que la Ciudad Zerzura fue fundada.

"Entendemos." Respondieron los presentes casi al unísono.

"Excelente." Dijo la joven con una sonrisa y sin dudarlo, señaló. "Espero que respeten el trato. No deseo tener problemas con alguien que por dinero venda información que no debió vender."

Era una amenaza oculta en una sonrisa tranquila y peor, no era una broma.

"En cuanto a lo demás, pueden realizar su trabajo siempre que no dañen a inocentes y cumplan las reglas. Los errores pueden suceder, no lo dudo, pero hay que saber admitirlo. Tal honestidad esperó de ustedes." Dijo la joven y mirando a Liam, añadió. "Buena suerte con tu trabajo."

Con una despedida casual se fue como si nada.

Los errores al vender información podían ser aterradores, ya que la venta de una información sin importancia podría llevar a un peligro mayor, pero lo que ella buscaba era la sinceridad a la hora de admitir el error.

Se trataba de confianza de ambas partes y las consecuencias de no jugar con las reglas establecidas.

En ningún momento usó el nombre de Zerzura o se aprovechó de la influencia de la ciudad y desde principio a fin, estaba hablando por ella misma.

Por alguien que literalmente se encargaba de problemáticos señores de la guerra como si fuera una misión común.

Las operaciones importantes tenían nombres claves, sin embargo, Zerzura tenía las llamadas misiones de Asalto, cuyo nombre nunca cambiaban.

"¿Aterradora no lo creen?" Preguntó Liam dando una sonrisa entretenida.

"Uno no pensaría que una joven tan encantadora como ella fuera la Protectora de Zerzura." Murmuró una mujer entre los presentes.

"Sus palabras dan miedo cuando uno sabe que ella es capaz de deshacerse de señores de la guerra." Agregó Javier en un tono entretenido y lo demás asintieron con cierta seriedad.

Si ella se encargaba de un señor de la guerra que eran considerados peligrosos y poderosos por tener un ejército bajo su mando.

¿Qué les deparaba a ellos?

"Ja, me costó mucho convencerla para qué actué amenazante. Así que me agrada que los haya afectado." Reveló Liam y cuando su sonrisa desapareció, anunció. "Sin embargo, sus palabras no son incorrectas."

Su voz era fría y seria.

¿Cuál era lo más aterrador de la Protectora de Zerzura?

No era su fuerza desconocida o su sigilo a la hora de acabar con sus enemigos, era que cuando ella miraba en una dirección, Zerzura dirigía su mirada hacia el mismo lugar.

Eso significaba que muchas personas la apoyaban y muchos de ellos eran individuos a lo que no había que molestar… Y que se sentían tocado cuando algo le sucedía.

"De todas formas, se nos ha dado un presupuesto de cincuenta millones de dólares para este gran proyecto." Reveló Liam dejando a todos atónitos.

Esa era una gran cantidad de dinero… Un número aterrador.

Para ellos que no eran las principales redes de información en su región, era un número que le permitiría extenderse incluso si obtenían solo una pequeña porción del total.

"Diez millones para cada uno de los presentes, sin incluirme lamentablemente. Espero que actualicen su equipo o extendían sus fuentes de información." Dijo Liam y sonriendo, anunció. "Mi objetivo es tener ojos y oídos en toda áfrica. Y este es solo la primera inversión que producirá una gran cantidad de ganancia."

Estaba dando una inmensa cantidad de dinero de un modo tan indiferente que dio la sensación de que era poco.

Sin embargo, que revelara su ambición mostraba que ellos necesitaban alcanzar al menos una altura suficiente como para complacer una pequeña parte de la ambición de ese hombre.

"Oh, por cierto, nada de sacar un poco para darse sus gustos, si yo me retengo, ustedes también deben hacerlo." Bromeó Liam y cuando todos soltaron unas risas, señaló. "No quiero luego ver su cuenta bancaria para ver como el dinero se filtra a otro lado."

Las risas pararon de inmediato… Aunque Liam llevaba una sonrisa no estaba bromeando.

Solo Javier agitó su cabeza, divertido por la situación.

¿Para qué quería robar unos millones cuándo en el futuro esperaba ganar decenas de millones?

La información era así de valiosa y más en un mundo caótico como este.


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