บท 80: CAPÍTULO 80- Una mala decisión.
Humanos contra demonios.
CAPÍTULO 80
Mis compañeras están desayunando en el comedor y yo me dirijo a ellas caminando.
Ah... Espero que no me haya descubierto. Rei me dijo que nadie nos escuchó, pero sigo teniendo un poco de miedo.
Lo que mis compañeros piensen sobre mí casi no me importa... Solo me importa lo que mi abuela piense de mí... No quiero decepcionarla de nuevo.
—Esta camisa está demasiado ajustada, pero es cómoda.
Alex y Rem se dan cuenta de que me acerco a ellas y se sonrojan.
—D-Daniel... T-te ves...- Dijo Rem nerviosa.
—¡Te ves genial!- Dijo Alex sonrojada y emocionada.
Todos voltean a verme y me sonrojo.
—G-gracias.
Estoy usando la ropa que me regaló Desmolfer. Estoy usando una camisa negra muy ajustada, un pantalón negro, zapatos azules y estoy usando un cinturón azul.
Desmolfer me dijo que con esta ropa me vería genial... Supongo que tiene razón... Aunque parece ordinaria, no tiene un diseño original.
Pero es cómoda... Y es fácil moverme, aunque esté ajustada... Es perfecta.
Me siento al lado de Nirfa y de mi abuela.
—Hoy es la fiesta, ¿estás nervioso?- Dijo mi abuela.
—Siendo sincero... no, no estoy nervioso... Creo que solo estoy un poco emocionado, solo quiero comer.
—Glotón como siempre.
La comida gratis no se desperdicia.
El Rey se acerca a nosotros.
—¡Buenos días, Daniel!
Cierro los ojos y suspiro... Debo actuar normal.
Abro los ojos y sonrío.
—¡Buenos días, Rey!
Espero que su día esté lleno de dolor.
—¿Preparado para la fiesta?
—¡Claro que lo estoy, gracias!
Y espero que te pudras en el infierno.
—Iré a preparar todo, la fiesta será en unas 5 horas.
El Rey se aleja de nosotros y volteo a ver a mi abuela.
—Préstame un vestido, abuela.
—¿Un vestido?
Ah, esto será vergonzoso, pero necesario.
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2 horas después.
S-sabía que sería vergonzoso.
Estoy caminando por las calles de la Capital, tengo tacones negros, estoy usando un vestido rosa, una peluca negra de cabello largo y un poco de maquillaje... Estoy vestido de mujer, y para ser sincero, soy hermosa.
¡Nunca me imaginé que me vería muy bien vestido de mujer!
Estoy sonrojado y nervioso.
Rei no está en mi espalda, no está conmigo. No quiero que descubran mi identidad.
—N-nadie sospecharía de una chica linda.
¡Ahhhhh! ¡Esto es tan vergonzoso, pero debo soportarlo!
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Minutos antes.
Mi abuela me estaba maquillando. Estábamos en medio de un bosque.
—Compraste muchas cosas en nuestro mundo... Tal vez deberías ir de compras más seguido.- Dijo mi abuela.
—Compré lo necesario para el disfraz, el oro es muy valioso en nuestro mundo, con una moneda de oro compré todo.
Mi abuela me coloca la peluca y me observa.
—Vaya, Dani, eres muy hermosa... Vaya, cualquiera pensaría que realmente eres mujer.
—Gracias, abuela... Espero que Sandro esté listo.
—Lo estará. Dani, ten cuidado.
—Sí... Lo tendré.
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(Presente.)
Estoy parado frente a un gran negocio.
El casino... Bien, aquí voy.
Entro al casino y me doy cuenta de que es un casino común y corriente, obviamente sin las máquinas. Hay ruletas, juegos de cartas, entre otros juegos de azar.
—Genial.- Digo en voz baja.
Sandro está jugando cartas.
—¡Nisfa, volví a ganar!- Dijo Sandro mostrando tres cartas, que tienen dibujos raros.
Sandro recibe una bolsa con dinero y la toma.
—¡Genial!
¡Maldito idiota!
Me acerco a él y le jalo la oreja derecha.
—Idiota, no llames la atención.- Digo en voz baja.
—No te preocupes, aquí nadie me conoce, solo te conocen a ti.
... Es cierto... Soy el único idiota que se tuvo que disfrazar para que los Orcos no descubrieran que yo descubrí lo que están haciendo.
—Vamos a buscar los experimentos.
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Mientras tanto, en el castillo.
Sara y un Orco están hablando juntos en su habitación.
—Ya sabes qué hacer, no me falles.- Dijo Sara.
—No lo haré, ama.- Dijo el Orco sonriendo.
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(En el casino.)
Sandro y yo estamos parados frente a una gran puerta.
Dos Orcos con armaduras están en el suelo, inconscientes.
Fue fácil derrotarlos.
—Esta puerta es muy sospechosa.- Dijo Sandro.
—Vaya, vaya. ¿Por qué lo dices? ¿Porque es enorme? ¿O porque estaba siendo protegida por dos Orcos?- Digo con un tono sarcástico.
—Sí, entendí el sarcasmo... Vamos, no tenemos mucho tiempo.
Abrimos la puerta y entramos rápidamente.
El lugar está iluminado por gatos... ¡Por gatos!
Los gatos están pegados en la pared.
El lugar es enorme, hay máquinas demasiado raras.
... Ah... Esto se puso más raro.
—E-esto es demasiado raro.
Sandro apunta con su dedo índice algo.
—¿Qué demonios es eso?
Está apuntando a tres Orcos, que están devorando restos humanos. Los Orcos son muy raros, tienen enormes alas, enormes garras, cola de dragón y dientes puntiagudos.
—¿Es una Quimera...? Creo que se les llama así.
—¿Son Orcos? Son muy raros.- Digo sorprendido y nervioso.
... ¿Eh?
Siento un pequeño dolor en mi pecho.
Me acaricio el pecho y comienzo a respirar rápidamente.
—Daniel, ¿te sientes bien?
—Mi abuela... Mi abuela está en peligro... Lo presiento.
—¿En peligro?
Tomo de la mano derecha a Sandro.
¡Mi abuela es más importante que la misión!
—¡Luego los matamos!
Desaparecemos de ahí y aparecemos en mi habitación.
—N-no...
Mi abuela tiene el rostro cubierto de sangre y está desnuda sobre la cama.
Un Orco está acariciando sus pechos mientras acaricia la pierna derecha de mi abuela.
Ese Orco... golpeó a mi abuela... Y ahora intenta violarla... Está intentando violar a mi abuela.
—Aléjate...
Lágrimas comienzan a salir de mis ojos... Estoy a punto de perder el control... ¡¡Te mataré!!
—¡Aléjate de ella!
Con una gran velocidad, me dirijo a él.
Le doy una gran patada en el cuerpo y lo saco volando.
Choca contra la pared y cae al suelo.
—D-Dani.- Dijo mi abuela mientras sangre sale de su boca.
Cierro los puños con furia y me acerco al Orco caminando lentamente.
—Tocaste a mi abuela... Lastimaste a mi abuela...
Tomo del cuello al Orco y lo levanto.
—Nadie toca a mi abuela... ¡Nadie!
Comienzo a golpear al Orco con mi puño izquierdo.
—¡Nadie, nadie, nadie, nadie, nadie, nadie, nadie!
Tomo impulso... Un último golpe.
—¡Nadie toca a mi abuela!
Con un último golpe, le destruyo la cabeza al Orco.
El cuerpo sin vida del Orco cae al suelo.
—¡Nadie!
Comienzo a golpear el cuerpo sin vida del Orco.
—¡Te odio, te odio, te odio!- Digo llorando.
Sandro me toma el brazo izquierdo, intenta detenerme.
—¡Ya está muerto, Daniel!
Volteo a verlo enojado. Él no sabe lo que se siente ver que un maldito Orco esté a punto de violar a su abuela.
—¡Cállate!
Estoy a punto de golpearlo, pero me detengo antes de que mi puño toque su rostro.
—N-no... Tienes razón... Está muerto...
Me acerco a mi abuela y acaricio su mejilla.
—... ¿Te hizo... algo más?
—No... Llegaste a tiempo.- Dijo mi abuela sonriendo y llorando.
—Abuela, pronto estarás mejor.
Mi mano comienza a brillar por unos segundos.
Después de 5 segundos, mi mano deja de brillar y sangre comienza a salir de mi boca... Absorbí todo el dolor que ella recibió.
Mi abuela se acaricia la cara.
—Y-ya no me duele... ¿Q-qué hiciste?
—Usé mi magia para curar tus heridas... Aunque es agotador.- Digo sonriendo.
Omitiré la parte de absorber su dolor.
No quiero que se preocupe por mí.
Comienzo a toser sangre y mi abuela se levanta preocupada.
—¡Dani!
—E-estaré bien... Es un efecto secundario... Ponte ropa.
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Sara está afuera de la habitación, sonriendo... Ella planeó el ataque.
—Casi... No logró violarla... Pero al menos logró despertar la furia de Daniel.- Pensó.
Entra a la habitación y su expresión cambia a uno de preocupación.
•
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Sara entra a la habitación.
—¡¿Qué pasó?!- Dijo preocupada.
Me acerco a ella.
—Cuida a mi abuela, yo tengo algo importante qué hacer.
Desaparezco de ahí y aparezco en Godfer, en una habitación.
Rei se acerca a mí.
—¿Y bien? ¿Qué pasó?
—¡Luego te cuento!
Golpeo una pared con mi puño derecho y la destruyo.
¡¡Mataré a esos asquerosos Orcos!! ¡¡Se atrevieron a hacerle daño a mi abuela!!
—¡Realmente estoy furioso!
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