Humanos contra demonios.
CAPÍTULO 79
Estoy muy nervioso, pero siento que la mujer necesita mi ayuda, es por eso que acepto ayudarla.
—Mi nombre es Luna y, aunque lo parezca, no soy una prostituta.
—¿No lo eres? ¿Y por qué me ofreciste tu cuerpo?
—Escucha mi historia… Yo soy poseedora de un poder único.
—¿Poder único…? ¿Perteneces a un clan?
—Sí, pertenezco al desaparecido clan "Luna".
… Vaya, vaya… Pertenece a un clan que desapareció… Qué misteriosa.
—¿Te llamas Luna Luna?
—Sí, suena mal, pero así me llamo.
—No suena mal, me gusta… ¿Qué poder tienes?
—Puedo transformar mis sentimientos en magia.
—¿En magia? Suena interesante… Pero, ¿qué favor quieres pedirme?
—El Rey necesita un poco de tu magia… Yo puedo transformar los sentimientos de otros en magia también… Y el sentimiento del placer, puede transformarse en magia muy poderosa.
—¿El Rey necesita mi magia…? ¿Por qué no me la pide él?
—Es para un proyecto secreto… Lo siento, es todo lo que sé.
Se pone de rodillas y junta sus manos.
Tiene una expresión de tristeza… Realmente me da pena verla así.
—Por favor, tengamos relaciones sexuales… El Rey tiene a mi hijo, lo matará si no consigo la magia.
—¿Matarlo…? ¿Tiene un rehén?
—Sí… Intentó convencerme de ayudarlo… Pero me negué… Sabía que él estaba planeando algo muy malo… Y cuando me negué, secuestró a mi hijo… Mi esposo intentó rescatarlo, pero desapareció… Lo más probable es que esté muerto… Fui obligada a aceptar ayudarlo… El dolor es el sentimiento más poderoso… No fui violada, pero me torturaron para transformar mi dolor en magia.
Cierro los puños con furia, odio a las personas que se aprovechan de otras.
—¡Golpearé al Rey y voy a rescatar a tu hijo!
Me alejo caminando y ella me toma del brazo izquierdo.
—¡Por favor, no lo hagas, dijo que mataría a mi hijo si te pedía ayuda…! Por favor, finge que no te dije nada… En el centro de la Capital, hay un casino, ahí se encuentran los experimentos del Rey.
—¿Experimentos?
—El Rey quiere tu magia para usarla en sus experimentos… Es todo lo que sé… Por favor, ten relaciones sexuales conmigo, quiero recuperar a mi hijo. El placer del sexo se transforma en magia menos poderosa que el dolor, pero puedo ver en tus ojos que no eres capaz de torturar a una persona inocente… Si tú no disfrutas lo que haces, la magia será menos poderosa.
… Tiene razón.
Si ella me pide que la torture, me negaré.
… Ah… Esto es complicado.
—Supongo que ese es el favor… Y me contaste todo eso porque quieres que yo detenga al Rey, ¿cierto?
—Sí… Aunque parezca un lugar tranquilo, la verdad es que los Orcos siguen aprovechándose de los humanos… Las prostitutas son obligadas a ser prostitutas, si intentan escapar, las matan… Este lugar es realmente horrible… Por favor, ayúdanos.
… Se aprovechan de las mujeres.
Las obligan a ser prostitutas.
… Maldita sea.
—Se aprovechan de las mujeres… Déjame pensar.
Cierro los ojos y me siento en el suelo.
Los experimentos del Rey… Debo descubrir qué son… También debo liberar a las prostitutas… Debo matar a los Orcos… Debo actuar rápido, si me descubren, matarán a las prostitutas… Puedo revivirlas, pero los Orcos tendrán la oportunidad de escapar si me descubren… Debo actuar rápido… Rápido… Tengo un plan.
Abro los ojos y me levanto.
—Está bien… Lo haré…
—¡Gracias!
—Pero dime una cosa más… ¿Hay Orcos buenos?
—No lo sé… No he conocido Orcos buenos… Todos en la Capital son malos.
—Siento que dices la verdad… Está bien…
Me quito la camisa y tomo aire.
Esto lo hago por el bien del plan… Ah… Desearía que Rei tomara mi cuerpo, pero algo lo evita… Debo hacerlo yo.
—Hagamos esto rápido.
Rei se pegó a mi espalda y se volvió polvo.
—¿Eh?
Me rodeó y se unió a mí.
—Te daré consejos para que lo hagas mejor. Eres un novato en esto. No sentiré nada, no me llames pervertido. El Rey necesita mucha de tu energía mágica. Seguramente tienes un plan, ¿no?- Dijo Rei dentro de mi mente.
Sí… No quiero que maten a su hijo… Si no soy capaz de complacerla, no reunirá la magia que le pide el Rey… Debo hacerlo bien.
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Luna y yo… lo hicimos… Siendo sincero, lo hice porque sentía que ella necesitaba mi ayuda, no estaba mintiendo… Pero bueno, lo hice… Volví a tener relaciones con alguien que apenas conozco.
—Y-ya llegué a mi límite, D-Daniel.
Después de 3 horas, por fin terminamos.
Mi espalda me duele... Ella me arañó demasiado mientras me abrazaba... Pero ese dolor me ayudó a mantenerme despierto.
—P-por fin puedo dormir.
Me había esforzado demasiado para no quedarme dormido... Por fin... Por fin puedo dormir.
Me quedé dormido inmediatamente.
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Ya amaneció, un nuevo día comenzó, y Luna y Daniel están dormidos juntos, ella lo está abrazando fuertemente.
Sandro los está observando dormir y está sonriendo.
—Sabía que no eras tan bueno.- Dijo con un tono burlesco.
Se acerca a Daniel y lo sacude de los hombros.
—Daniel, despierta, vamos a desayunar.
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Ah... No me despierten tan temprano... Quiero dormir más... Ah, es cierto, debo entrenar... Qué flojera.
Abro los ojos poco a poco y veo a Sandro.
—Buenos días… ¡¿Sandro?!- Digo asustado.
Mierda, él es un pervertido, él puede darse cuenta de que... ¿Eh?
S-siento que alguien me está abrazando.
Volteo y... N-no... ¡¿Eh?!
Luna abre los ojos poco a poco y bosteza.
—Buenos días, amo Daniel.
¡¿Qué hace aquí todavía?!
—¡¿Qué haces aquí?! ¡¿Por qué no te fuiste?!
—Cuando terminamos de hacerlo, te dormiste inmediatamente, no pude decirte que no podía levantarme, no sentía mis piernas. Para ser un chico puro y bueno, lo haces muy bien. Hace años que no sentía tanto placer.- Dijo sonriendo.
¡Uwaaaah! ¡¿Por qué dice cosas tan vergonzosas?!
Sandro sonríe y yo me pongo completamente rojo.
—Vaya, Daniel, aparte de guapo, eres todo un…
Le tapo la boca a Sandro con mi mano derecha.
—¡Esto tiene una explicación, no confundas las cosas!- Digo apenado.
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Le conté a Sandro lo que pasaba con el Rey y el por qué lo hice con ella. Él me creyó, pues sabe que yo no soy un chico que se acuesta con alguien que apenas conoce.
—Vaya… Eso explica todo… ¿Qué haremos?
—Tengo un plan, necesitaré tu ayuda.
—Está bien.
—Por ahora, actuaremos como si no supiéramos nada.
Volteo a ver a Luna.
—Espero que te entreguen a tu hijo.
—Gracias por tu ayuda, amo Daniel.
Me levanto de la cama y Rei se pega en mi espalda.
Ah... Maestro, no sé qué tipo de vida tenía usted antes de conocerme, pero sus consejos funcionaron al 100%... ¿Usted fue un mujeriego? Ah, mejor no te pregunto nada.
—Iré a cambiarme.
Desaparezco de ahí y aparezco en Godfer, en una pequeña casa de madera, que está en medio de una gran ciudad.
Aparezco en una habitación.
Esta casa fue un regalo de un Dios.
—Maestro… ¿Por qué quieren mi magia?
—Tal vez piensen que, con tu magia, pueden crear armas poderosas… Es muy probable que sea por eso.
—¿Y pueden?
—Sí, pueden hacerlo… ¿Tienes un plan?
—Lo tengo, pero necesitaré ser rápido… Hoy es la fiesta, así que el Rey estará ocupado… Aprovecharé y buscaré sus experimentos.
—¿Qué harás después?
—Destruiré sus experimentos, después de eso, voy a rescatar a las prostitutas y mataré a los Orcos.
—Ya veo… Espero que funcione.
—Funcionará, estoy seguro.
—Por cierto, Daniel… ¡Realmente te tengo envidia! ¡La tienes grande, eres guapo y aprendes rápido! ¡Eres demasiado perfecto, eso es injusto!
Me pongo rojo y bajo la mirada.
—Y-yo no tengo la culpa, así nací… Soy un cliché, pero no puedo cambiar lo que soy... ¡Y la culpa la tiene mi padre, yo heredé su apariencia!
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El Dios supremo está observando a Daniel por medio de un gran espejo mágico.
Está en medio de un bosque.
—Daniel tiene razón, no es su culpa, y tampoco es la culpa de su padre… Es la mía.- Dijo sonriendo.