บท 22: SORPRESAS, RESPUESTAS Y EL INICIO DE UN IMPERIO
— Entonces tú… ¿Estás seguro de tu decisión? — le pregunté mientras sentía mi corazón latir desbocadamente.
— Sí, yo… Cometí un error grave al elegirte jordana, creí que podrías corresponder a mis sentimientos y ahora puedo ver que estaba sumamente equivocado. Tú nunca me amarás lo suficiente como para casarte conmigo, ¿Cierto? Y esto no es más que un simple juego para ti. — respondió Chen con frialdad y dolor impresos en su voz.
— Lamento herirte, pero no puedo casarme contigo si aun tengo sentimientos por alguien más. No creo que sea lo correcto…
— Entonces sólo vete, vete y no regreses nunca más.
— No, el que se va eres tú — dije mientras lo empujaba hacia el acantilado que estaba tras él aún sabiendo que aquello significaba su muerte — siempre serás tú. — concluí mientras él clamaba amarme entre gritos de terror. Todo esto mientras yo lo miraba caer en cámara lenta con inmutable frialdad.
— Tomaste la decisión correcta Jordana. — dijo Baekhyun tras de mí con una sonrisa siniestra en el rostro antes de besarme. Sin embargo, al separarme de él y mirarlo nuevamente a los ojos ya no era Baekhyun; en su lugar me encontré con Chen frente a mí. Ante esto, caminé rápidamente hasta la orilla del acantilado y me asomé solo para ver como Baekhyun yacía muerto sobre la arena mientras, a mi lado, Chen lo observaba con una sonrisa triunfal en el rostro.
Desperté agitada sin saber donde me encontraba hasta que mis ojos se encontraron con los de mi mejor amiga. Me encontraba en un spa lujoso en Nueva York, me había quedado dormida mientras me daban un masaje y de paso había tenido una terrible pesadilla; entonces sólo había sido eso, un mal sueño. El resto de mi día transcurrió con tranquilidad, Chen me había invitado a una cena romántica así que fui con Andy a buscar un vestido apropiado para la ocasión, luego fuimos a comer a nuestro restaurante de comida china favorito mientras recordábamos con nostalgia los viejos tiempos; aquellos en los que cada fin de semana se parecía a este y nuestra única preocupación aparte de la universidad era qué película veríamos en el cine.
Finalmente llegó la hora de reunirme con Chen, así que tomé un taxi hasta nuestro punto de encuentro; me había citado en su lugar favorito diciendo que tenía una sorpresa para mí, lo cual me ponía bastante nerviosa. Llevaba puesto un vestido corto color rojo de falda semicircular, hombros descubiertos, cuello barco y sujetado por cordones en la espalda; zapatillas tipo stiletto negras y un bolso de mano negro; adicionalmente, me coloqué el collar que Chen me regaló en mi graduación y planche mi cabello. Había dejado a Andy en su hotel con la promesa de verla al otro día pero me encontraba tan nerviosa en ese momento que me encantaría que estuviera a mi lado sosteniendo mi mano; pues, debido a lo nervioso que sonaba Chen a través del teléfono, intuía de qué iba todo esto.
Una vez en Riverside Park, bajé del taxi y caminé hacia donde mi memoria me indicaba que se encontraba nuestro punto de encuentro de acuerdo a su lugar favorito. Pude ver a lo lejos un arco de flores blancas y luces color crema entre un par de árboles, también había un camino de pétalos rojos desde donde yo me encontraba hasta el arco de flores y luces. Di los últimos pasos hasta su encuentro mientras sentía que mi corazón se saldría de mi pecho a juzgar por la rapidez con la que latía sin parar, mientras más cerca estaba, más rápido temblaban mis manos a causa del nerviosismo y sentía una sensación vibrante que me recorría el cuerpo igual al día en que lo vi por primera vez. Una vez que estuvimos frente a frente, besó mis mejillas antes de tomar mis manos y comenzar a hablar; tras él se encontraban Sehun y Andrea lado a lado, ver la sonrisa de esta última me dio bastante valor para poder mirar a Chen a los ojos.
— Luces hermosa esta noche, y ese collar te queda de maravilla McClane. — dijo con una sonrisa divertida.
— Gracias, tú luces bastante sexy y adorable. Nada nuevo realmente. — dije con una sonrisa pícara. No decía ninguna mentira, él lucía bastante guapo con su smoking azul marino, su corbata negra, su camisa blanca, sus zapatos oxford negros y su cabello alborotado delicadamente de aquella manera sexy que tenía la capacidad de volverme loca.
— Bueno, si ya ha sido suficiente coqueteo creo que procederé a cumplir con mi cometido del día de hoy. —musitó con una sonrisa nerviosa— Jordana, estando aquí frente a frente te puedo jurar que no hay nada que pueda faltarme si tú estás conmigo. No me gustaría separarme una vez más de ti porque todas esas veces que estuve sin ti me sentía incompleto. Eres lo más valioso que he conocido en mi corta vida, lo más hermoso y también lo más maravilloso, existes para darle sentido al brillo del sol, a la existencia del amor y al latir de mi corazón; dado lo que siento por ti no imagino el mundo de mierda que sería sin tu existencia. Te quiero a ti y al hermoso café de tus ojos que me quita el sueño, te quiero a ti y a tus ideas, tus planes y tus metas, así como tus ganas de ser mejor. Te amo, te amo por todo lo que representas para mí, por nuestras carcajadas e incluso cuando te enfadas conmigo; te amo en los días buenos, en los malos y aquellos en los que estás lejos de mí; te quiero a mi lado o encima por el resto de mis días y por eso es que hoy, frente a dos testigos — dijo mientras se ponía de rodillas; con una mano sostenía una pequeña caja negra que contenía una hermosa sortija de diamante y con la otra mano sostenía la mía — te pido que seas mi esposa, ¿Qué dices?, ¿Te casarías conmigo?
— ¡Sí sí sí! ¡Mil veces sí! ¡Sí quiero casarme contigo! — respondí entre lágrimas de emoción inmediatamente después de que terminó de hablar mientras lo abrazaba y lo llenaba de besos. Una vez que acepté su propuesta, inició en el cielo un hermoso show de fuegos artificiales que formaban corazones a su vez.
Una vez que nos pusimos de pie, mi prometido me colocó delicadamente en el dedo anular de mi mano derecha la sortija de diamante y luego fuimos a cenar a donde él me guío luego de colocar una venda negra sobre mis ojos. Pude escuchar el motor de un auto arrancar luego de que me ayudó a sentarme en algo que yo supuse era el asiento de un auto y posteriormente me ayudó a bajar del auto antes de guiarme hasta un lugar que yo no supe reconocer, sólo pude reconocer el sonido familiar de una pequeña campana al abrirse una puerta. Luego de ayudarme a subir toda una escalera y posteriormente a sentarme en una silla, Chen me indicó que ya podía quitarme la venda lo cual hice con rapidez y sin titubeos guiada por la curiosidad incesante. Nos encontrábamos en una terraza la cual ofrecía una vista hermosa hacia toda la ciudad de New York, la terraza se encontraba adornada de igual manera que el lugar donde estuvimos antes y sobre la mesa había un folder el cual contenía un conjunto de papeles misteriosos. Los platos, copas y cubiertos estaban puestos de una manera bastante elegante y habían más mesas a nuestro alrededor indicando que muy probablemente estábamos en la terraza de algún restaurante, lo cual picaba aún más mi curiosidad.
— No tienes idea de lo que contiene el folder, ¿Cierto querida?
— Cierto.
— ¿Alguna idea?
— Mm, ¿Un acuerdo prenupcial?, ¿Las escrituras de una casa?
— Ninguna de las dos, quizá te lo diga pronto. — dijo con una sonrisa pícara.
— ¡Dímelo ahora! — exigí con un gesto de enojo falso que parecía más un puchero de niña berrinchuda.
— Estos papeles significan el inicio de nuestro imperio querida, no empezaremos desde cero, empezaremos llenos de motivación y poder para conquistar el mundo juntos. Por lo tanto, me tomé la libertad de comprar un lugar muy especial para nosotros y poder convertirlo en una franquicia que con suerte nos generará buenas ganancias.
— ¿Tú… compraste este lugar?
— Así es, los papeles que están dentro del folder son las escrituras de este sitio y sólo les hace falta una firma tuya para pertenecer a ti también.
— ¿Qué lugar es este?
— ¿No lo reconoces? Estamos en Yummy & Ready mi querida McClane. Así que… ¿Firmarás los papeles o tendré que comenzar este imperio solo?
— ¿Tienes una pluma? — concluí con una sonrisa mientras a él se le iluminaban los ojos a causa de la alegría.
Cinco minutos después, llegó Taehyung a atendernos, tenía años que no lo veía y lucía bastante cambiado, quizá un poco más alto y robusto, mucho más maduro y varonil que antes. Una vez que terminamos de cenar, nos dirigimos al hotel para poder estar finalmente a solas luego de haber bebido mucho vino. La noche concluyó maravillosamente con nuestros cuerpos desnudos volviéndose uno mismo al alba, amaba con locura a ese hombre y no quería volver a estar lejos de él nunca más.
El resto del mes de nuestras vacaciones improvisadas transcurrió maravillosamente, fuimos a varios puntos turísticos alrededor de todo Estados Unidos y aprovechamos al máximo cada instante que estuvimos juntos. Realmente todo parecía perfecto hasta el punto de parecer inmutable, esto último me provocaba un poco de miedo en algún punto, ya que a veces cuando todo luce perfecto e inmutable es un indicio de que cualquier cambio va a suponer cosas totalmente malas. Intenté no pensar mucho en ello pero realmente no tenía ni la menor idea de lo que se avecinaba para nosotros ahora que estábamos comprometimos finalmente, ¿Realmente todo sería tan perfecto como la premisa prometía?
* * * * * * * *
Regresamos a Corea un martes por la tarde muy cansados como cuando llegamos a Estados Unidos, acordamos que viviríamos en su departamento el tiempo que faltaba para nuestra boda y mientras buscaríamos un lugar más grande donde poder establecernos permanente y formalmente para poder empezar a formar una familia en un par de años. Haríamos la mudanza de mi apartamento al suyo en un par de días y haríamos oficial nuestro compromiso ante la prensa y nuestros familiares en un par de semanas luego de ponernos al corriente con nuestros labores. Ambos sabíamos que nos esperaban varios días de trabajo pesado en el grupo KIM luego de habernos ausentado tanto tiempo pero por el momento sólo teníamos ganas de acostarnos a ver películas en su cama por el resto de la tarde. En eso estábamos cuando una llamada repentina me despertó, se trataba de un número desconocido pero que reconocía a la perfección aún así.
— ¿Hola?
— Hola Jordana, me da gusto escucharte, escuché por ahí que ya regresaste a Corea.
— ¿Cómo sabes que me fui siquiera?
— Ese no es el punto.
— ¿Entonces cuál es?
— Yo… Tengo que hablar de algo contigo seriamente, yo… tengo información muy importante que quizá a tu noviecito y a ti podría importarles y podría ofrecertela a cambio de un par de cosas. Antes de que preguntes cualquier cosa, debo decirte que una de las condiciones que pongo es que Chen no se entere de mi llamada, si logras cumplir con eso entonces te veré mañana para discutir todo con calma, ¿Okay?
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