Después de la recepción, Sei llevó a Davi en sus brazos como una princesa mientras se dirigían hacia el lugar especial que él preparó para ellos.
Mientras estaban en el pasillo, Davi habló mientras miraba con amor a su querido esposo.
—Marido, todavía es por la mañana, ¿vamos a ir a descansar? —preguntó ella y Sei se detuvo mientras él la miraba a los ojos.
—Para nosotros no será una noche de bodas sino una mañana de bodas. —Él respondió y Davi parpadeó con sorpresa.
—Pero, ¿no estás cansado ahora? Has estado trabajando duro desde ayer. —Davi volvió a decir. Bueno, aunque ayer durmieron durante el viaje, preparar la propuesta y la boda seguramente cansaría a cualquiera.
Sin embargo...