Aguja e hilo en las manos de una madre amorosa, remendando los agujeros de la ropa de su hijo que pronto sale a vagar por el mundo. Su cocida se acelera mientras la fecha se acerca, las preocupaciones de un regreso retrasado hacen eco en su corazón. Era como un amor maternal, la más grande existencia del amor en el mundo, el amor que es como el pico más alto de una cordillera.
El hijo hizo algo malo y se topó con el desastre de ser aprisionado. A pesar de que Zhang Shi no divulgó sus sentimientos, la inquietud y la preocupación residían dentro suyo. Anhelo y anticipación de que su hijo pronto sería liberado de la prisión y que aparecería ante sus ojos. Medio año pasó con incontables fantasías e incontables plegarias. Cuando ese sueño finalmente se hizo realidad, todo su ser tembló, sintiéndose emocionada y asustada.
Asustada de que estuviera soñando, y dos líneas de lágrimas cayeron.
Putong...