Ni Huang Xu, ni Fei Shan, o Wang Zidong podían entender a Yinyin en absoluto, pero Tang Xiu la conocía muy bien. Esta niña todavía puede ser joven, pero era más madura que sus iguales y poseía capacidades muy superiores a la gente adulta. En cuanto a la razón de por qué Tang Xiu quería comprar yates, no era solo para dárselos a Gu Yin sino por necesidad puesto que la Isla Nueve Dragones se localizaba en mitad del océano.
—Huang Xu, ¿qué les pasó a esos cuatro? —Al recordar al grupo de cuatro de Tang Zhen y del Director Bai, Tang Xiu sintió que debe aprender sobre su situación antes de dejar Ciudad Azul.
—Un periodo trágico y miserable —dijo Huang Xu con una sonrisa —Perdieron sus trabajos, familias, y libertad. No obstante, no hay nada que decir sobre la Academia de Música Clásica Real, y nada afectó a Li Xiaoqian en absoluto. Incluso el primer y segundo líder prometieron que ayudarán a Li Xiaoqian después bajo circunstancias razonables y realizables.