—No se preocupe, señorita Miao Xiao. Será mejor que se lave la cara y se calme. Yo seré quien les explique a los estudiantes que fue lo que ocurrió. Tómeselo con calma. Usted es una maestra excelente y los estudiantes la quieren mucho. —Consejero Song intentó confortarla.
—Gracias. —La señorita Miao Xiao se limpió las lágrimas y se apuró a salir de la oficina.
—Estudiante Song, lamento lo ocurrido. —Consejero Song comenzó a limpiar el desastre.
—Está bien. Tal vez le mostré una mirada aterradora de forma inconsciente, lo cual la asustó. Es genial que la señorita Miao Xiao está bien. Vamos a olvidarnos de que esto ocurrió. —Song Shuhang dijo rápidamente. El sentiría culpa por toda su vida si la maestra hubiera sido despedida por su culpa.
Viendo que el estudiante Song Shuhang era tan considerado, Consejero Song quedo conmovido.
«¡Pero que buen estudiante!»
Como a Song Shuhang no le importaba, la disputa había quedado resuelta.