En Samara, una pequeña ciudad en Paphos, Holm...
Al final del Mes del Oro, el anochecer se había adelantado. El momento en el que la puesta de sol teñía todo de rojo se volvió sombrío y oscuro. Sin embargo, puesto que Paphos era una de las tres ciudades más prósperas de Holm, lámparas urbanas y postes estaban instalados por todas partes en las calles de Samara. Conectadas por cables eléctricos, las lámparas mágicas empezaron a resplandecer con luz cálida y brillante, alejando a la oscuridad de sus rangos de acción.
Los ciudadanos del pueblo caminaban por la calla hacia la Plaza Barón Bechig, la única del lugar. La radio mágica del ayuntamiento había sido instalada allí. Diariamente, al caer la noche, esta transmitiría a todo volumen los programas como Voz de la Arcana a todos los presentes.