Era una noche calurosa y sofocante. Una tormenta se avecinaba.
Lucien escogió a propósito un camino diferente, acercándose a la casa abandonada desde el lado donde estaba el alto sauce, lo que le tomó más de diez minutos. De pie en las sombras, no se acercó inmediatamente a la construcción, sino que se quedó allí por un rato, y notó que había tres personas con túnicas negras paradas al frente de la fachada.
A partir de sus figuras, Lucien pudo saber que dos de ellos eran Smile y Filósofo. Sin embargo, no pudo reconocer a la tercera persona. Debido a eso, no bajo su guardia. Luego de tomar un reactante mágico negro y de forma rara, lanzó un hechizo silenciosamente.
El objeto en su mano empezó a temblar cada vez más rápido y ondas ultrasónicas empezaron a expandirse en todas direcciones.
Ese era «Grito de Murciélago,» el primer hechizo que Lucien creó por su cuenta.