Lu Zhaoyang permaneció en silencio.
—¡Vete ya! ¿No has visto suficiente de lo depravada que soy? ¿Qué más quieres de mí?
No había comparación entre ella y Lu Zhaoyang ahora.
¡Ella lo había perdido todo!
Cuanto más emotiva estaba Mo Shan, más tranquila estaba Lu Zhaoyang.
Recordó todo lo que Mo Shan le había hecho.
Pero esta vez, no fue por verla haciendo el ridículo que decidió intervenir.
—Lu Zhaoyang, ¿crees que eres la salvadora? No tienes nada, como yo. ¡Solo estás utilizando a Yunting! ¡Deja de fingir! ¡Vete!
Mo Shan estaba emocionada; su pecho subía y bajaba.
—Te ayudé solo porque nos conocemos. No hay amistad entre nosotras, ni disfruto viéndote sufrir, ni siento pena por ti. Puedes hacer lo que quieras de ahora en adelante.
Lu Zhaoyang se dio la vuelta y se fue.