Su vista se mantuvo sobre el hombre indescifrable. Él era hermoso y confiable, lo que se podía ver por cómohablaba con confianza con la gente. —¡Te dije que nos vamos a casa!—dijo Mo Yuan fríamente mientras que le bloqueaba la vista.
—Papá...tú puedes ir a casa. Yo me quedaré. Sólo deja un conductor aquí para mí. Pensándolo mejor, no, llévate al conductor. Puedo irme a casa por mi cuenta.—Mo Shan ya tenía un plan en mente.
No habría chofer privado de la familia Mo, y Huo Yunting estaría muy ebrio como para llevarla a casa así que ella podría, como mínimo, pasar la noche en la mansión de la familia Huo.