El diseño de la habitación no era tan extravagante como el de las otras en la residencia Huo, pero era espaciosa y ordenada. Todo estaba colocado en el lugar designado.
«El orden... se siente casi como… no puede ser…».
El corazón de Lu se aceleró. Bombeaba tan rápido que casi no podía respirar, la adrenalina le llegó a la cabeza mientras caminaba hacia el escritorio, donde halló un marco de foto parcialmente cubierto.
El suspenso se acumuló mientras ella estiraba su temblorosa mano para quitar esa sábana blanca. Había una briza irracional que congeló su mano mientras ella vacilaba frente al escritorio.
La familiaridad la estaba sumergiendo, un nombre se estaba abriendo paso a través de su cerrada garganta. Racionalmente quería negar todo lo que sentía, pero su instinto estaba golpeando el terreno, refutando la afirmación.
La ambivalencia de ambos, "sí" y "no". La punta de su dedo tocó la tela.