El picaporte de la puerta giró.
Giró nuevamente.
—¿Yang Yang?
Lu respiró aliviada.
Phew…Por suerte Yunting había cerrado la puerta con llave.
—M-mamá, recordé que tengo algunos trabajos sin terminar en la ciudad y debo terminarlos hoy. Me iré más tarde ¡No te preocupes por mí!
Tuvo que reunir todas sus fuerzas para poder pronunciar solo esas palabras mientras estaba bajo los juegos del diablo.
Sus labios estaban sellados nuevamente.
«¡¿Qué diablos quieres?! ¡Había dicho lo que tú querías que dijera! ¡Había hecho lo que tú querías que hiciera! ¿Qué otra cosa quieres?».
—Bue...bueno, ten un viaje seguro...ten cuidado, ¿vale? Tu hermano mayor la pasó mal esta noche, no pelees con él, ¿sí? —dijo su madre.
Bueno, ¿quién podría saber que este supuesto "hermano mayor" estaba, para ese entonces, mordiendo los labios de su hermana?
—¿Cariño?