Hou descansaba con los ojos cerrados en su trono en la oficina del presidente mientras pensaba en su plan.
Los lamentos de Mo Shan afirmando que Lu era su hermana resonaban en su mente. Era como si la chica se hubiera transformado en su esposa detrás de escena y se paró delante de él dándole una mirada tendenciosa.
Hou fue invadido por una especie de irritación mientras marcaba rápidamente en el teléfono fijo. —Llámalos esta noche, Golden City—dijo.
—¿Qué sucede hermano Hou? Sonabas mal hoy. ¿Alguien te hizo enojar de nuevo? ¡Calmaré a esa bestia por ti!
Hou Li continuó balbuceando sobre qué tan bueno era el hermano Hou con él, mientras elaboraba su bien creado castigo para ese parásito. Los ojos de Hou Yunting estaban perdiendo el color.
…
...
—¿Hola? —dijo Hou Li en el teléfono—, hoooooolaaa. ¿Tierra llamando al hermano Huo, Tierra llamando al hermano Huo?
…
—Llamando al hermano Huo, el hermoso, genial, único…
—¿Me acabas de maldecir para que sea un solitario por el resto de mi vida? —dijo Huo Yunting con una sonrisa irónica.
—¡Absoluta, positivamente no señor! Con "único" quise decir que el hermano Huo es "único en su clase" por sus talentos, logros y honores, ¡la única persona que podría tenerlos todos juntos en este siglo!
—¿Hermano Huo? ¿Hola?
*Tono…tono…tono…tono…*
Huo Yunting ya había arrojado su receptor, el cual cayó justo sobre el botón para colgar.
El receptor luego rebotó y quedó colgando del otro lado de la mesa.
Frunció el ceño, consternado, mientras miraba el oscuro reloj en la pared. Debería haberse ido a casa hace mucho tiempo… Se levantó, tomó su abrigo y se dirigió a la salida mientras se lo ponía.
No pudo evitar mirar dentro de la oficina de la secretaria cuando pasó por ahí. La oficina ya estaba vacía pero había una pequeña silueta trabajando duramente en el escritorio.
Caminó con pasos más rápidos y ligeros mientras se burlaba.
—Hahh... —bostezó Lu mientras se estiraba, dándose cuenta de que toda la oficina ahora le pertenecía solo a ella.
Mientras pensaba en el contrato, se levantó de su asiento para buscar agua en el dispensador. Ella conocía a cada persona de la oficina pero no podía decir quién era el culpable de la sucia enmienda del contrato.
A menos que estuvieran respaldados por alguien…
Alguien…
Hm...
Espera, había uno.
Yu Man'er.
El nombre resonó en su mente. Cerró la canilla del dispensador. Una extraña sonrisa se dibujó en su rostro.
Hm…
Lu caminó de vuelta a su asiento.