Presionándola con su cuerpo encima, comenzó a hacerlo con ella en esa posición.
Su protesta y resistencia no eran tan feroces como antes. Su débil lucha no era digna para que él la tomara en cuenta.
Al acercarse al clímax, ella solo atinó a enterrar su pequeño rostro lleno de ese placer secreto en la base de su cuello.
Ella se asimilaba a un adorable gatito coqueto por la forma en la que protestaba con debilidad.
Su aliento caliente que llegaba a la oreja de Mu Yazhe era como una excitación sádica para él. Ella no sabía que su comportamiento en la cama casi lo había transformado en una bestia, hambriento de ella.
Sin duda, Mu Yazhe estaba lleno de vitalidad en este aspecto, pero la resistencia de Yun Shishi era baja, por lo que, llegando al final, comenzó a sentirse somnolienta.